La revista Psicothema fue fundada en Asturias en 1989 y está editada conjuntamente por la Facultad y el Departamento de Psicología de la Universidad de Oviedo y el Colegio Oficial de Psicología del Principado de Asturias. Publica cuatro números al año.
Se admiten trabajos tanto de investigación básica como aplicada, pertenecientes a cualquier ámbito de la Psicología, que previamente a su publicación son evaluados anónimamente por revisores externos.
Psicothema, 1995. Vol. Vol. 7 (nº 2). 267-282
Jesús de la Fuente Arias y Manuel de la Fuente Arias
Universidad de Almería
Una de las líneas de investigación reciente sobre el constructo Patrón de conducta tipo A (PCTA) se ha centrado en especificar el grado de asociación de determinados componentes más patogénicos, tales como la impaciencia y, la hostilidad, con otros constructos psicológicos relacionados con el estrés. Sin embargo, queda aún por delimitar con mayor precisión la interacción de los mismos con diversidad de situaciones a la hora de predecir la emisión de posibles respuestas desadaptativas de los sujetos. En este estudio se analizaron las relaciones de los distintos componentes del PCTA con distintas situaciones estimulares específicas con el fin de evaluar los distintos perfiles de respuestas ansiógenas (cognitivas, fisiológicas y motoras). Los resultados mostraron diferencias significativas en los tipos y cantidad de respuestas ansiógenas según los componentes y situaciones estimulares analizadas, por lo que dichos resultados deberían tomarse en consideración de cara a la intervención terapéutica como un indicador de la especificidad de respuesta.
Type A behaviour pattern component analysis and specific situation anxious responses: implications for the intervention. One of the recent lines of investigation about Type A behavior pattern construct (TABP) has been focused on specifying the degree of association in certain more pathogenic components, such as impatience and hostility, with other psychological constructs related to stress. However, it has not been yet delimited with a greater accuracy their interaction with a variety of situations when predicting the generation of possibly non-adaptative responses by the subjects. In this study, relationships on the several TABP components with distinct stimulus situations were analyzed in order to assess different anxiety response perfiles (cognitive, physiological, motor). The results showed significative differences in type and amount of responses according to the components and stimulus situations analyzed: thus, results should be taken into account for the therapeutic intervention as a responsive specificity indicator.
La literatura investigadora reciente sobre las características de personalidad definitorias del Patrón de Conducta Tipo A (PCTA) ha puesto de manifiesto la relación de este constructo con los desórdenes clínicos coronarios (CHD)(Rosenman et al-1975; Rosenman & Friedman, 1974), sugiriendo que dicho constructo es predictor de la enfermedad coronaria e indicando al componente hostilidad como el más «tóxico» del patrón (Dembroski & Costa, 1988; Matthews, Glass, Rosenman & Bortner, 1977). En esta línea, se ha encontrado también que las distorsiones cognitivas asociadas a la hostilidad tienen un importante papel en las experiencias de ira y agresividad de los sujetos Tipo-A (Yuen & Kuiper, 1991) y que la vertiente cínica de la hostilidad, así como su valor potencial de riesgo para la salud, está asociada a la responsividad fisiológica en conflictos interpersonales y a mayores niveles de estrés interpersonal (Smith & Pope, 1990; Swan, Carmelli & Rosenman, 1990).
El estudio de la relación del PCTA y la ansiedad, aunque no es especialmente reciente, sigue generando interés investigador. Byrne y Rosenman (1990) han puesto de manifiesto la importancia del estudio de las relaciones entre las alteraciones cardiovasculares y la ansiedad, así como la relación del PCTA con la ansiedad, la hipertensión esencial y la reactividad cardiovascular. No obstante, los resultados no son concluyentes quedando bastantes extremos por explicar en las relaciones entre ambos constructos.
Algunos autores han considerado el valor del rasgo de ansiedad como una medida característica de dicho constructo (Booth-Kewley & Friedman, 1987). También se ha encontrado una relación positiva entre el PCTA y la ansiedad (Helft,Thorensen & Kirmill-Gray, 1988; Lee & Cameron, 1987) entre el componente impaciencia y la ansiedad (Llorente & Torrubia, 1988), así como entre la hostilidad y la ansiedad (Swan et al., 1990). Además, la relación ha sido positiva entre ansiedad y reactividad cardiovascular (Rosenman, 1990; Ward, 1990).
Otros autores, sin embargo, en una revisión de estudios, no han encontrado diferencias sustanciales entre puntuaciones en ansiedad rasgo-estado de sujetos Tipo-A y sujetos trabajadores adultos (Spielberger & Rickman, 1990). De forma similar, tampoco se han encontrado diferencias en puntuaciones de ansiedad rasgo-estado entre sujetos con infarto de miocardio y sujetos trabajadores normales (Spielberger, 1976; Roskies, 1979).
A la vista de los resultados contradictorios existentes y a la constatación de que la mayoría de los estudios, y los resultados encontrados en consecuencia, han tenido prioritariamente una perspectiva unidimensional del rasgo-estado de ansiedad, constatamos que sigue teniendo sentido abordar las relaciones entre los constructos PCTA y, ansiedad desde una perspectiva de estudio multidimensional que ponga de manifiesto las relaciones existentes entre ambos constructos de personalidad en contextos estimulares distintos.
El estudio de la ansiedad desde una perspectiva multidimensional ayuda a delimitar los tres sistemas o componentes de respuestas (Bellack & Lombardo, 1984): (1) malestar subjetivo o reacción cognitiva primaria; (2) respuestas fisiológicas generalmente asociadas con un incremento de la actividad del S.N.S. o del S.N.A. como resultado de la activación del S.N.C. o de la activación neuroendocrina mediada por el S.N.C.; y (3) las respuestas motoras directas e indirectas, resultado del arousal fisiológico y de las cogniciones.
Además, estudiar en qué medida el constructo PCTA es discriminante respecto a la ansiedad experimentada, tomada ésta desde la perspectiva de un modelo interactivo (Bermúdez, 1983), supone consiguientemente delimitar contextos situacionales diversos para establecer relaciones específicas entre ambos constructor en función de las características estimulares.
A nivel de intervención y respecto a la conexión deseable que debería existir entre la investigación de personalidad y la intervención en PCTA, diversas cuestiones siguen estando pendientes de resolver, referidas específicamente al campo de las relaciones entre PCTA y ansiedad. Específicamente:
1. Aunque existen distintos programas de intervención que incluyen apartados referidos directa o indirectamente al tratamiento de la ansiedad (Jenni & Wollersheim, 1979; Hart, 1984; Lobitz & Bramell, 1981; Southern & Smith, 1982; Suinn, 1975; Suinn & Bloom, 1978; Roskies et al., 1978; en Sánchez-Elvira, 1990), preferentemente se han encontrado reducciones significativas de ella en aquellos que incluyen específicamente el entrenamiento en el manejo de la misma.
2. Las investigaciones sobre los programas de entrenamiento dirigidos a sujetos con riesgo o con peligro de recurrencia coronaria, no siempre reflejan la gama componencial existente dentro del constructo PCTA.
A partir de estos análisis, los objetivos que se plantearon en el presente estudio fueron los siguientes: (1) evaluar las relaciones entre PCTA y ansiedad-rasgo desde un enfoque interactivo multidimensional; (2)analizar en qué medida el PCTA, en su nivel global y componencial, discrimininaba distintos tipos de respuestas de ansiedad situacionales específicas.
Método
Sujetos
La muestra estuvo compuesta por un total de 201 jóvenes, de sexo masculino, de los primeros cursos de diversas Facultades de la Universidad de Almería, tomados al azar, con una media de edad de 20.01 años (dt=3.78).
Material
Para la medida del «Patrón de conducta tipo-A», se utilizó el JASE-H (Bermúdez, Sánchez-Elvira y Pérez García, 1988; Pérez García, Sánchez-Elvira, Susin y Bermúdez, 1993) y para la evaluación de la «Ansiedad Situacional» se aplicó el ISRA, «Inventario de Situaciones y Respuestas de Ansiedad» (Miguel y Cano, 1986).
El JASE-H, consta de 32 ítems, que permiten evaluar los factores «competitividad», «sobrecarga laboral» e «impaciencia-hostilidad» y es una revisión del JASE, adaptación española realizada por Bermúdez et al.(1988) y Perez et al. (1993) de la «Jenkins Activity Survey» en su versión para estudiantes (Glass, 1977; Grau, Yarnold y Grimm, 1982; Krantz, Glass y Snyder, 1974), que incorpora items dirigidos a medir el componente hostilidad. Contiene un sistema de respuesta unitario tipo Lickhert, con un rango de intensidad graduada de 1 a 6 puntos (indicando «1» que el individuo no se identifica en absoluto con la cuestión y «6» que la misma le es totalmente aplicable). Este inventario permite obtener una medida global del PCTA, resultado de la suma directa de las puntuaciones en los 32 items, y tres de sus factores.
El ISRA o «Inventario de Situaciones y Respuestas de Ansiedad» (Miguel y Cano, 1986), es un inventario S-R, que permite, mediante autoinforme de los sujetos, evaluar por separado la frecuencia de respuestas cognitivas, fisiológicas y motoras de ansiedad ante distintas situaciones de la vida cotidiana. A través de 22 items situacionales, evalúa los tipos de respuesta específica (tres sistemas de respuestas de ansiedad) (Anexo 1) para cuatro categorías en las que agrupa las 22 situaciones (Anexo 2). Permite evaluar respuestas, situaciones e interacciones entre ambas. En concreto, con respecto al triple sistema de respuestas de ansiedad, evalúa respuestas cognitivas (RC), respuestas fisiológicas (RF) y respuestas motoras (RM).
Con la agrupación factorial de las situaciones este instrumento permite evaluar «los rasgos específicos de ansiedad generados en cada situación o los factores situacionales de la misma» (Sanz,1991). Estos son: a) Factor 1 de Ansiedad ante la Evaluación (F1); b) Factor 2 de Ansiedad interpersonal (F2); c) Factor 3 de Ansiedad fóbica (F3) y d) Factor 4 de Ansiedad ante situaciones habituales o de la vida cotidiana (F4).
Este inventario permite obtener, por lo tanto, ocho puntuaciones: tres que se corresponden con cada uno de los tres tipos de respuestas de ansiedad (RC, RF y RM), cuatro correspondientes a cada uno de los tipos de situaciones generadoras de ansiedad (F1, F2, F3 y F4) y una puntuación global del rasgo ansiedad (TOTAL), que pueden ser interpretadas como «indices de la tendencia del sujeto a presentar estados de ansiedad en diferentes áreas situacionales» (Sanz, 1991, pp. 170).
Un resultado añadido, digno de tenerse en cuenta se refiere a la correlación total del ISRA con otros instrumentos muy difundidos, tales como el MAS (Taylor, 1953) (r=0.62; p<.001) o el STAI (Spielberger, Gorsuch y Lushene, 1970) (r=0.60; p<.001).
Procedimiento
Los sujetos cumplimentaron los inventarios JASE-H e ISRA en una sesión colectiva, durante horas de clase y sin tener tiempo límite para su realizacion. Se les informó que era una investigación sobre la salud y se les pidió que lo rellenaran reflejando lo más realmente posible su comportamiento habitual.
Resultados
Como análisis preliminar, se comprobó que la formación de los grupos extremos fuera adecuada, encontrando diferencias estadísticamente significativas en todos los casos (p<.0001).
En el tratamiento estadístico, se efectuaron análisis por grupos extremos - altos y bajos- en PCTA y en sus componentes, para evaluar en qué medida dichos niveles eran discriminantes respecto a los distintos tipos de respuestas de ansiedad y a las respuestas de ansiedad emitidas ante distintos tipos de situaciones.
Se llevó a cabo, por un lado, el análisis entre grupos extremos en PCTA (sujetos tipo-A y tipo-B) y en sus componentes (sujetos altos y bajos) con respecto a los tipos de respuestas de ansiedad autoinformadas y los tipos de situaciones; por otro, los análisis por grupos extremos en PCTA y en cada componente respecto a los tipos de respuestas de ansiedad ante distintos tipos de situaciones; y por último, el análisis por grupos extremos en PCTA y en cada componente respecto a los tipos de respuestas de ansiedad emitidas ante situaciones específicas.
En cuanto al primer tipo de análisis, los primeros resultados encontrados, reflejados en la Tabla 1, pusieron de manifiesto diferencias casi inexistentes en respuestas de ansiedad y en factores de ansiedad situacional entre los niveles extremos del constructo PCTA. Es decir los sujetos tipo-A y tipo B, solamente se diferenciaron en respuestas de ansiedad de tipo fisiológico. Sin embargo, el análisis por componentes puso de manifiesto dos hechos claros: (1)que los sujetos bajos en competitividad puntuaron significativamente con más respuestas de ansiedad y de ansiedad situacional en todos los casos; y, (2) que los sujetos altos en impaciencia-hostilidad puntuaron con más respuestas de ansiedad, destacando específicamente ante la tipología de situaciones de ansiedad evaluativa (F1).
Los análisis pormenorizados por componentes de las diferencias existentes entre los distintos sujetos para los tipos de respuestas cognitivas, fisiológicas y motoras autoinformadas, corroboraron los resultados anteriores. Así, en el caso de las respuestas cognitivas de ansiedad (Tabla 2) constatamos que: (1)los sujetos bajos en competitividad y los sujetos altos en impaciencia-hostilidad puntuaron significativamente con más respuestas de este tipo prácticamente en todos los casos, a diferencia de la ausencia de diferencias significativas entre sujetos tipo-A y tipo-B; (2) el componente sobrecarga laboral prácticamente no llevó consigo diferencias. Sin embargo, para las respuestas fisiológicas (Tabla 3) aunque se mantuvo la misma tendencia de resultados aparecieron algunas diferencias: (1)los niveles altos de PCTA si estuvieron asociados con algunas respuestas fisiológicas específicas de ansiedad: (2)para los componentes competitividad e impaciencia-hostilidad, de nuevo se confirmó la tendencia, aunque con una mayor selectividad de las respuestas.
En las respuestas motoras (Tabla 4) encontramos que (1)las diferencias entre altos y bajos en competitividad fueron significativas en menos casos; (2) los sujetos altos en impaciencia-hostilidad puntuaron significativamente más en casi todas las respuestas motoras.
Los análisis por grupos extremos en PCTA y en cada componente respecto a los tipos de respuestas de ansiedad ante distintos tipos de situaciones, tuvieron por objetivo evaluar en qué medida los sujetos extremos en las variables del constructo definidas autoinformaban de distintos tipos de respuestas de ansiedad ante los distintos tipos de situaciones presentadas (Tabla 5).
Los sujetos altos en PCTA (sujetos tipo-A) solamente puntuaron de forma significativa con más respuestas fisiológicas ante situaciones del tipo F1 (situaciones de evaluación) y F2 (situaciones interpersonales).
El análisis por componentes puso de manifiesto nuevamente que los sujetos bajos en competitividad autoinformaron de más respuestas cognitivas, fisiológicas y motoras de ansiedad ante situaciones del tipo F1 y F2. Los sujetos altos en sobrecarga laboral puntuaron significativamente con más respuestas fisiológicas y motoras de ansiedad ante situaciones del tipo F1. Finalmente, los sujetos altos en impaciencia-hostilidad, autoinformaron significativamente de más respuestas de ansiedad de los tres tipos ante situaciones del tipo F1 (situaciones de evaluación) y F3 (situaciones estimulares fóbicas), mientras que sólo mostraron más respuestas de tipo motor ante situaciones del tipo F2 (situaciones interpersonales) y de tipo cognitivo-motor ante situaciones del tipo F4 (situaciones habituales o de la vida cotidiana).
Por último, el análisis por grupos extremos en PCTA y en cada componente, respecto a los tipos de respuestas de ansiedad emitidas ante situaciones específicas, mostró distintos resultados recogidos en la Tabla 6. En el caso de la variable PCTA las diferencias en respuestas de ansiedad entre sujetos tipo-A y tipo-B aparecidas fueron casi inexistentes, aunque las encontradas lo fueron preferentemente de tipo fisiológico y con bastante especificidad situacional.
Los sujetos altos en competitividad puntuaron significativamente con menos cantidad de respuestas de ansiedad de los tres tipos (Tabla 7). Además este, efecto se produjo en numerosas situaciones, destacando el incremento significativo en los tres sistemas de respuesta ante las situaciones de tipo evaluativo y de asunción de responsabilidades, tales como «tomar una decisión o resolver un problema difícil» (S4) y «al ser observado en el trabajo o supervisado, recibir críticas o siempre que pueda ser evaluado negativamente» (S9), así como en las de interacción social, referidas a «acudir a una cita con el sexo opuesto» (S15) y «cuando tengo que asistir a una reunión social o conocer gente nueva» (S18).
No obstante, también se podría hablar de una menor información de ansiedad cognitivo-fisiológica de los sujetos altos en competitividad, en las situaciones específicas de interacción social o sexual (S7), de evaluación y asunción de responsabilidades (S10, S13) y de tipo fóbico (S12, S17).
Los sujetos altos en sobrecarga laboral destacaron por informar de forma significativa de más respuestas fisiológicas en distintas situaciones y de tipo cognitivo o motor ante situaciones específicas; destacando la situación de «después de haber cometido algún error» (S13) como la situación ante la que los sujetos altos en este componente informaron significativamente de más respuestas de ansiedad de los tres tipos (Tabla 8). También en los sujetos altos en este componente apareció una mayor activación significativa de tipo fisiológico-motor, respecto a los sujetos bajos, ante las situaciones de «pensar en experiencias recientes en las que me he sentido ridículo, tímido, humillado o rechazado» (S11) y «cuando pienso en mi futuro o en dificultades y problemas futuros» (S16).
Respecto a los sujetos altos en impaciencia-hostilidad, pusieron de manifiesto un complejo de respuesta cognitivo-fisiológico-motor (con más diferencia en éstas últimas) mucho más claro que al tomar los grupos extremos en los otros componentes y el patrón global (Tabla 9). Este patrón de activación apareció especialmente consistente ante las situaciones específicas de tipo evaluativo y asunción de responsabilidades (F1), como «ante un exámen en el que me juego mucho o si voy a ser entrevistado para un trabajo importante» (s1), «pensar en las muchas cosas que tengo que hacer» (S3), «a la hora de tomar una decisión o resolver un problema difícil» (s4), «cuando soy observado o mi trabajo es supervisado, cuando recibo críticas o siempre que pueda ser evaluado negativamente» (s9), «después de haber cometido algún error» (s13), y «cuando pienso en mi futuro o en dificultades y problemas futuros» (s16).
Aparecieron otras situaciones en las que los sujetos respondieron con un complejo de respuesta fisiológico-motor, tales como «cuando me molestan o discuto» (s8), «al observar escenas violentas» (s20) o «por nada en concreto» (s23).
Discusión
Los resultados del presente estudio respecto a la relación entre los constructos PCTA y ansiedad, prestan apoyo parcial a evidencias anteriores y sugieren diversas reflexiones. La primera cuestión está referida a la relación global entre ambos constructos. Efectivamente, los niveles altos en PCTA, es decir los sujetos tipo-A, no tuvieron más respuestas totales de ansiedad, lo que sería congruente con el resultado negativo obtenido en algunos estudios en los que se ha intentado establecer relaciones globales entre ambos constructos (Chesney, Black, Chadwick y Rosenman, 1981).
Sin embargo, desde nuestro punto de vista, este hecho lo que pone en evidencia es la necesidad de abordar el estudio del PCTA, resolviendo el problema de la «unidimensionalidad predictiva del patrón» (Bermúdez, 1989). Los autoinformes en los sujetos altos en competitividad de menos respuestas de ansiedad en el triple sistema y ante los diversos tipos de situaciones, es consistente con la literatura anterior al poner de manifiesto cómo los sujetos competitivos inhibirían su sintomatología mediante un mecanismo atencional que supondría una menor percepción de los síntomas (Sánchez-Elvira, Bermúdez ), Pérez García, 1990; Sánchez-Elvira et al., 1993).
Que los sujetos altos en impaciencia-hostilidad mostraran mayores niveles de los tres sistemas de respuestas de ansiedad ante más tipos de situaciones y específicamente en más cuantía ante situaciones de evaluación personal también resulta consistente con evidencias anteriores referidas a los mayores niveles de sintomatología de dicho tipo de sujetos (Sánchez-Elvira et al., 1993). Estos sujetos han reflejado en sus niveles altos un claro complejo de respuestas de ansiedad en sus tres dimensiones; en tanto, a nivel cognitivo, son destacables la mayor cantidad de pensamientos de preocupación, inseguridad, rumiaciones cognitivas para tomar decisiones, miedo y dificultades de concentración; a nivel fisiológico, la mayoría de las respuestas son de tipo psicosomático tales como molestias en el estómago, dolores de cabeza, tensión corporal, falta de aire o respiración agitada y mareos; y nivel motor, existe una mayor cantidad de movimientos repetitivos, movimientos sin una finalidad concreta, conductas de evitación y fumar, comer o beber en exceso.
Estos resultados son coherentes con estudios anteriores que han puesto de manifiesto la asociación entre hostilidad y consumo de tabaco y alcohol (Jonson, Hunter, Amos, Elder, 1989), así como el patrón de tolerancia a la bebida y su efecto ansiolítico en los desórdenes de ansiedad de los sujetos Tipo-A (Wilson, 1988). Además podrían aportar luz a los resultados encontrados referentes a la ausencia de diferencias en puntuaciones de ansiedad entre sujetos trabajadores normales y sujetos tipo-A (Spielberger, 1983) dado que dicho constructo globalmente tomado no parece tener suficiente potencia explicativa para dar cuenta de las respuestas de ansiedad emitidas por los sujetos.
La segunda cuestión relevante, para la que los resultados de la presente investigación son esclarecedores, está referida a los efectos ansiógenos diferenciales que los distintos tipos de situaciones producen en los sujetos PCTA. En este caso, mientras que el constructo global no tuvo capacidad discriminante, la dimensión segunda del mismo, impaciencia-hostilidad, en sus niveles altos, llevó consigo más respuestas de ansiedad ante «situaciones de evaluación y asunción de responsabilidades» (S1), «situaciones fóbicas» (S3) y «situaciones habituales o cotidianas» (S4).
Por tanto, los resultados encontrados respecto a la medida en que los sujetos PCTA, en su gama componencial, tienen respuestas de ansiedad ante situaciones específicas, han revelado las limitaciones existentes en los acercamientos investigadores exclusivamente globales. Esta idea es consecuencia del hecho de que los constructos han mostrado su mayor capacidad discriminante al evaluar de forma más precisa las variables situacionales y las de personalidad. Por ello, sigue siendo necesario un acercamiento específico e interactivo entre variables específicas componenciales del PCTA, variables específicas situacionales y tipos de respuestas de ansiedad, no abordado como tal en este estudio.
Las implicaciones de los resultados, a nivel de intervención en PCTA, merecen diversas consideraciones. En base a lo expuesto anteriormente, parece difícil excluir al constructo ansiedad de un modelo explicativo que fundamente la intervención para la prevención del riesgo coronario en los sujetos PCTA. Dicho modelo debería perfilar más finamente el papel de la ansiedad según el peso de los distintos componentes en la configuración del perfil de cada sujeto. Además, dado que las distintas situaciones estimulares evocan diferencialmente respuestas de ansiedad de distinta modalidad según los perfiles de los sujetos Tipo-A, las técnicas cognitivo-conductuales deberían ajustarse al perfil topográfico y funcional de los sujetos, sin despreciar el papel relevante de la especificidad situacional para generar estados de ansiedad.
Por tanto, las futuras investigaciones para la validación de los distintos tipos de tratamiento y técnicas de intervención con sujetos Tipo-A y para la modificación de sus respuestas ansiógenas, deberían avanzar en la constatación de la validación de las intervenciones para distintos perfiles de sujetos tipo-A, a la vista de la abundante evidencia empírica que parte de una selección de los sujetos con un criterio unidimensional de PCTA (Burrel, Sundin, Strom & Ohman, 1986; Haaga, 1987: Holden & Wagner, 1990; Kendall, 1984; Kelly & Stone, 1987; Kratky, 1988; Maes, Van-Elderen & Haarbosch, 1986; Sardo, Ferrario & Goldwurm, 1988).
ANEXO 1
Situaciones estimulares potencialmente ansiógenas
s1. Ante un exámen en el que me juego mucho, o si voy a ser entrevistado para un trabajo importante.
s2. Cuando voy a llegar tarde a una cita.
s3. Cuando pienso en las muchas cosas que tengo que hacer.
s4. A la hora de tomar una decisión o resolver un problema difícil.
s5. En mi trabajo o cuando estudio.
s6. Cuando espero a alguien en un lugar concurrido.
s7. Si una persona del otro sexo está muy cerca de mí, rozándome, o si estoy en una situación sexual íntima.
s8. Cuando alguien me molesta o cuando discuto.
s9. Cuando soy observado o mi trabajo es supervisado, cuando recibo críticas, o siempre que pueda ser evaluado negativamente.
s10. Si tengo que hablar en público.
s11. Cuando pienso en experiencias recientes en las que me he sentido ridículo, tímido, humillado, sólo o rechazado.
s12. Cuando tengo que viajar en avión o en barco.
s13. Después de haber cometido algún error.
s14. Ante la consulta del dentista, las inyecciones, las heridas o la sangre.
s15. Cuando voy a una cita con una persona del otro sexo.
s16. Cuando pienso en mi futuro o en dificultades y problemas futuros.
s17. En medio de multitudes o espacios cerrados.
s18. Cuando tengo que asistir a una reunión social o conocer gente nueva.
s19. En lugares altos o en aguas profundas.
s20. Al observar escenas violentas.
s21. Por nada en concreto.
s22. A la hora de dormir.
ANEXO 2
Respuestas específicas de ansiedad
1) RESPUESTAS COGNITIVAS:
RC1. Me preocupo fácilmente.
RC2. Tengo pensamientos o sentimientos negativos sobre mí, tales como «inferior a los demás», «torpe». etc.
RC3. Me siento inseguro de mí mismo.
RC4. Doy demasiadas vueltas a las cosas sin llegar a decidirme.
RC5. Siento miedo.
RC6. Me cuesta concentrarme.
RC7. Pienso que la gente se dará cuenta de mis problemas o de la torpeza de mis actos.
2) RESPUESTAS FISIOLOGICAS:
RF1. Siento molestias en el estómago.
RF2. Me sudan las manos u otra parte del cuerpo hasta en días fríos.
RF3. Me tiemblan las manos o las piernas.
RF4. Me duele la cabeza.
RF5. Mi cuerpo está en tensión.
RF6. Tengo palpitaciones, el corazón me late muy deprisa.
RF7. Me falta el aire y mi respiración es agitada.
RF8. Siento náuseas o mareo.
RF9. Se me seca la boca y tengo dificultades para tragar.
RF10. Tengo escalofríos y tirito aunque no haga mucho frío.
3) RESPUESTAS MOTORAS:
RM1. Lloro con facilidad.
RM2. Realizo movimientos repetitivos con alguna parte de mi cuerpo (rascarme, tocarme, movimientos rítmicos con pies o manos, etc.).
RM3. Fumo, como o bebo demasiado.
RM4. Trato de evitar o rehuir la situación.
RM5. Me muevo y hago cosas sin una finalidad concreta.
RM6. Quedo paralizado o mis movimientos son torpes.
RM7. Tartamudeo o tengo otras dificultades de expresión verbal.
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