La revista Psicothema fue fundada en Asturias en 1989 y está editada conjuntamente por la Facultad y el Departamento de Psicología de la Universidad de Oviedo y el Colegio Oficial de Psicología del Principado de Asturias. Publica cuatro números al año.
Se admiten trabajos tanto de investigación básica como aplicada, pertenecientes a cualquier ámbito de la Psicología, que previamente a su publicación son evaluados anónimamente por revisores externos.
Psicothema, 2002. Vol. Vol. 14 (nº 2). 504-505
J. Fernández del Valle y J. Fuertes
Madrid, Pirámide
REVISION DE LIBROS / BOOK REVIEW
En lo que genéricamente se llama «sistema de protección a la infancia en riesgo», los elementos más visibles social y profesionalmente son los que se sitúan en los extremos del proceso: por un lado, las situaciones de desamparo y desprotección relacionadas con las diversas formas de maltrato infantil; por otro, la alternativa más conocida y con mayor visibilidad: la adopción...
En lo que genéricamente se llama «sistema de protección a la infancia en riesgo», los elementos más visibles social y profesionalmente son los que se sitúan en los extremos del proceso: por un lado, las situaciones de desamparo y desprotección relacionadas con las diversas formas de maltrato infantil; por otro, la alternativa más conocida y con mayor visibilidad: la adopción. La mayor parte de las publicaciones que han ido produciéndose en castellano (casi todas de la década de 1990) se ocupan, en efecto, de esas cuestiones, dejando en una zona de mayor sombra otras partes del sistema de protección de infancia. Por ejemplo, todo lo relacionado con la intervención con las familias biológicas para tratar de hacer posible en ellas un funcionamiento que responda adecuadamente a las necesidades infantiles básicas. Por ejemplo, todo lo relacionado con el acogimiento residencial, o todo lo relativo al acogimiento en familia extensa o en familias ajenas.
Entre nosotros, el acogimiento residencial ha conocido cambios trascendentales en los últimos años. Ha cambiado el tipo de niños y niñas que están en residencias, ha cambiado el tipo de residencias en las que están (cada vez más pequeñas, cada vez más profesionalizadas, cada vez más normalizadas), ha cambiado el trabajo profesional que se hace en su interior. Las nuevas realidades residenciales son sin duda menos desfavorables que las antiguas macroinstituciones autosuficientes (con su médico, su peluquero, su escuela, su capilla, sus docenas o centenares de niños, entremezclados los que estaban por razones de protección con los que estaban por razones de beneficencia…). Pero los cambios operados no siempre han sido suficientes ni en todos los casos necesariamente positivos. La realidad de la atención residencial es enormemente desigual, con centros de excelente atención y otros que llevan a cabo prácticas mucho menos interesantes o incluso mediocres.
El libro de Fernández del Valle y Fuertes sobre acogimiento residencial constituye una muy importante novedad editorial para todos los interesados en el sistema de protección a la infancia y, muy particularmente, para los interesados en el acogimiento residencial, que se define en el libro, por un lado, por las necesidades infantiles derivadas de la situación de maltrato y separación familiar en que se encuentran los afectados y, por otro, por el destino posterior a que se les vaya a encaminar (reunificación familiar, separación provisional o definitiva de su familia, independencia). En cualquiera de estos casos, la obsesión por la buena calidad en la atención a niños y niñas debe presidir el trabajo que se hace en los centros y residencias. Para que ello sea posible, la planificación, la programación y la evaluación del trabajo se convierten en elementos esenciales.
El libro es de un contenido extraordinariamente rico. La idea de definir la atención residencial tanto por las necesidades derivadas de la situación en que se encuentran niños y niñas, como por el destino que vayan a tener después de la residencia, es tan adecuada como bien presentada y desarrollada. Baste, como botón de muestra, su magnífico análisis de los factores que influyen en la reacción ante la separación de la familia de origen y las fases por las que atraviesa el proceso de duelo consecuente. Sus «diez principios de actuación para la calidad en la atención residencial» son una excelente guía para la práctica residencial. Y sus propuestas de cara a la organización, la programación y la evaluación del acogimiento residencial constituyen, junto a su análisis del perfil de los profesionales que trabajan en los centros, aportaciones tan cargadas de sentido, como de larga experiencia y buen criterio profesional.
El acogimiento residencial no tendrá nunca la visibilidad social y profesional de otros elementos del sistema de protección a la infancia en situación de riesgo. Deseablemente, irá además teniendo menos peso en el sistema, si finalmente se van incrementando los acogimientos familiares que eviten la institucionalización de algunos niños y reduzca los tiempos de estancia de muchos otros. Pero el acogimiento residencial seguirá existiendo y seguirá cumpliendo un importante papel. Y la preocupación por la calidad de la atención y la estimulación en centros y residencias seguirá siendo obligada.
Gracias al libro de Fernández del Valle y Fuertes, debería ser más fácil asegurar un acogimiento residencial de mejor calidad, con mejores programaciones y actuaciones profesionales; un acogimiento residencial muy centrado en las necesidades de los niños y niñas que por él pasan, que deben constituir la preocupación central de todos los que en él tienen algún protagonismo y alguna responsabilidad.
Para todos los interesados en el sistema de protección a la infancia y muy particularmente para todos los que tienen algo que ver con el acogimiento residencial, el libro de Fernández del Valle y Fuertes es no sólo una lectura obligada, sino una guía de actuación imprescindible. Los niños y niñas que pasen por acogimientos residenciales sin duda se beneficiarán de ello. Y el sistema de protección será mejor de lo que era.