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La revista Psicothema fue fundada en Asturias en 1989 y está editada conjuntamente por la Facultad y el Departamento de Psicología de la Universidad de Oviedo y el Colegio Oficial de Psicología del Principado de Asturias. Publica cuatro números al año.
Se admiten trabajos tanto de investigación básica como aplicada, pertenecientes a cualquier ámbito de la Psicología, que previamente a su publicación son evaluados anónimamente por revisores externos.

PSICOTHEMA
  • Director: Laura E. Gómez Sánchez
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         Febrero | Mayo | Agosto | Noviembre
  • ISSN: 0214-9915
  • ISSN Electrónico: 1886-144X
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Psicothema, 1996. Vol. Vol. 8 (nº 3). 465-474




EVALUACIÓN DIFERENCIAL DE LA IMAGEN SOCIAL DE LOS CONSUMIDORES DE DROGAS

David Llopis Goig, Javier Pons Díez y Enrique Berjano Peirats

Universitat de València

El objetivo de este trabajo es realizar un análisis comparativo de la imagen de diferentes tipos de consumidores de drogas institucionalizadas y no institucionalizadas. Se seleccionó una muestra de 222 sujetos de ambos sexos y mayores de 15 años, a los que se aplicó el cuestionario Imago-93. Este instrumento está elaborado a partir de cuatro dimensiones racionalmente establecidas: Rechazo, Hedonismo, Atribución de Patología y Atribución de Problemas Psicológicos. La escala se aplicó a diferentes posibilidades de consumo, relativas a diez tipos diferentes de consumidores de drogas: tabaco, alcohol, cannabis, estimulantes y heroína, considerados tanto en su uso esporádico, como en su uso diario. Los resultados indican la existencia de diferencias significativas en la percepción que las personas de nuestra sociedad manifiestan hacia los diferentes tipos de consumidores de drogas.

Differential evaluation of the social image of drug abusers. The goal of this research is to make a comparative analysis of the image of different types of abusers of institucionalized and non-institutionalized drugs. It was chosen a sample of 222 subjects of both sexes and older than 15. There were applied an Imago-93 questionnaire. This tool was elaborated from 4 dimensions rationality stablished: Refuse, Hedonism, Pathology (attribution) and Psychological Problems (attribution). It was applied a method to differentiate possibilities of consumptions related to ten different types of drug abusers: tobacco, alcohol, cannabis, stimulants and heroine, considered in a sporadic use and in a daily use. The results show the existence of significative differences in the perception that people of our society have towards different types of drug abusers.

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Los individuos que forman parte de nuestra sociedad tienen una determinada imagen de las personas consumidoras de drogas. Esta imagen forma parte de su propio esquema cognitivo-social, y será aplicada para orientar sus respuestas sociales y actitudinales ante estos sujetos, en tanto que esta imagen viene a representar un cierto consenso social, o al menos grupal, más allá de las diferencias individuales. En cualquier caso, proponemos que la forma en que las personas que comparten unos mismos referentes socioculturales construyen la imagen del sujeto consumidor, variará en torno a dos dimensiones características de la conducta de consumo, como son el tipo de sustancia con la que se mantenga relación, y la forma en que ésta tenga lugar -consumo ocasional, diario, abusivo, compulsivo....

Algunos trabajos realizados en el Estado Español que han abordado el tema que nos ocupa, han utilizado básicamente procedimientos descriptivos, sin profundizar en el análisis diferencial que proponemos respecto de las distintas percepciones acerca de las diferentes sustancias y sus consumidores; sin embargo, podemos apuntar algunas interesantes conclusiones derivadas de estos estudios.

Así Pinazo (1993) propone la existencia de una tendencia social dirigida hacia el rechazo del consumo de drogas en general, aunque la tolerancia es mucho mayor respecto al consumo de las sustancias institucionalizadas, que en cierta forma son consideradas como facilitadoras de la relación social. Por otro lado, en este mismo trabajo se constata un acuerdo mayoritario en cuanto a atribuir problemas afectivos y emocionales a las personas consumidoras de drogas, así como una creencia bastante extensa en una dimensión hedónica motivadora del consumo de drogas en general.

En otra reciente investigación, Calvo y Díaz (1993) encuentran que la palabra "toxicómano" se asocia mayoritariamente con el consumo de heroína, de cocaína y de cannabis, y con los términos "enfermo", "necesitado de ayuda" y "débil". Además, entre los numerosos datos aportados por este interesante trabajo, destacamos que los sujetos consideran como "los más toxicómanos" a los consumidores diarios o esporádicos de heroína y de cocaína, y como "los menos toxicómanos" a los consumidores ocasionales de cannabis, a los fumadores diarios de tabaco, y a los consumidores de anfetaminas y tranquilizantes motivados por utilidades justificables como conciliar el sueño o estudiar.

Queremos mencionar que estas imágenes y opiniones que se mantienen ante las drogas y sus consumidores, están en parte mediatizadas por la interpretación que los medios de comunicación social llevan a cabo en la elaboración y presentación de las noticias referidas a las drogas. Se suele identificar "droga" con sustancia ilegal, y no con otras sustancias institucionalizadas, reforzando además un modelo jurídico-policial de aproximación al problema, que asocia la droga a la inseguridad ciudadana. De este modo, se contribuye a crear un estado de opinión basado en la demanda de procedimientos represivos como vía de solución, y en la identificación de consumo de drogas no institucionalizadas con un problema de índole policial (Ferrer y Dacosta, 1993; Froján, Rubio y Peris, 1994). Por añadidura, las drogas que más presencia tienen en los medios de comunicación son la heroína y la cocaína, por encima de otras sustancias mucho más consumidas en nuestra sociedad como el alcohol, el tabaco o el cannabis (Froján, Rubio y Peris, 1994), lo que pone de manifiesto la tendencia a que la problemática social drogas se asocie a los problemas derivados del consumo de sustancias no legales.

Como consecuencia de lo anterior, podría derivarse una menor aceptación hacia el consumidor de sustancias no institucionalizadas, basada más en una serie de falsos estereotipos y creencias socialmente transmitidos y compartidos, que en la constatación real de las posibles "malignidades" asociadas al consumo de determinadas drogas, y que harían más indeseable su consumo.

El objetivo de la presente investigación es realizar una comparación de las opiniones de una muestra de población general acerca de la imagen de diferentes tipos de consumidores de drogas, tanto institucionalizadas como no institucionalizadas, y en dos posibilidades de consumo: ocasional y diario/adicción. La existencia de diferencias significativas en la percepción que nuestros conciudadanos tienen respecto de las distintas sustancias tóxicas, pondría de manifiesto la especificidad diferencial de unas determinadas creencias asociadas a estas sustancias y sus consumidores. Pensamos con Páez et al. (1992) que el conocimiento de este tipo de creencias será relevante para explicar el consumo, y útil para planificar experiencias educativo-preventivas.

Método

El universo al que pertenece la muestra de sujetos que han participado en la presente investigación está compuesto por personas pertenecientes a la población general, de ambos sexos, mayores de 15 años y que eran residentes en la provincia de Valencia en el momento de responder al cuestionario. Partiendo de este universo fue seleccionada de forma aleatoria, una muestra de 222 sujetos.

En relación a la distribución de la muestra en función del sexo, el 43.2% de los sujetos seleccionados son varones, mientras que el 56.8% son mujeres.

En cuanto a la distribución por edades, el 21.2% de la muestra se encontraba entre los 15 y los 20 años, el 25.6% tenía de 21 a 30 años, el 32% se situaba entre los 31 y 50, mientras que un 21.2% tenía más de 50 años.

Para obtener los datos de esta investigación se elaboró un instrumento denominado Imago-93 ( ver apéndice). Esta escala fue elaborada a partir de diez frases alusivas a diez diferentes concepciones del consumidor de drogas, basadas en cuatro dimensiones racionalmente establecidas: Rechazo, Hedonismo, Patología y Problemas Psicológicos. Cada una de estas diez frases fue sometida a la opinión de los sujetos, mediante una escala tipo Likert de cinco pasos: "totalmente de acuerdo", "algo de acuerdo", "opinión intermedia", "algo en desacuerdo" y "totalmente en desacuerdo".

La escala de diez ítems fue aplicada a la muestra obtenida de forma aleatoria y a partir de la población general antes descrita, mediante entrevistas individuales para conocer las opiniones expresadas respecto de los consumidores de cinco sustancias diferentes: tabaco, alcohol, cannabis, estimulantes y heroína. Además, para cada tipo de sustancia fueron consideradas dos posibilidades de consumo: por una parte el consumo ocasional y por otra el consumo diario -en el caso del tabaco y el cannabis- o la adicción -en el caso del alcohol, los estimulantes y la heroína-.

Como hemos mencionado, el instrumento está conformado por cuatro dimensiones racionales alusivas a las representaciones sociales del consumidor de drogas, en cuatro dominios diferentes. Pasamos a describirlas.

Hedonismo. Esta variable está definida por los ítems "no puede controlar sus deseos" y " lo hace por buscar placer". Una puntuación alta en este factor racional alude a que el consumidor lleva a cabo su conducta motivado por las consecuencias gratificantes inmediatas derivadas del consumo, así como por la evitación del displacer que supone la privación de la sustancia.

Rechazo. Está definido por los ítems "es un vicioso", "es un delincuente", "merece ser rechazado por la sociedad" y "es una persona normal". Las puntuaciones de este último ítem han sido interpretadas de forma inversa con la finalidad de que la puntuación global del factor aludiera a un posicionamiento de rechazo hacia el consumidor.

Problemas Psicológicos. En esta variable están contenidos los ítems "tiene poca estima de sí mismo" y "tiene problemas personales". Una puntuación alta representa la atribución de determinado tipo de carencias personales al consumidor de drogas.

Patología. Esta variable está compuesta por los ítems "es un enfermo" y "tiene problemas mentales", y alude al etiquetado de patología asociado al consumo de las distintas sustancias.

Resultados

Los resultados de la presente investigación han sido obtenidos comparando, en cada dimensión, las puntuaciones obtenidas en relación a los diferentes tipos de consumidores de drogas. Las comparaciones se han realizado mediante la prueba de hipótesis "t" de Student para grupos dependientes.

A continuación se presentan los resultados obtenidos en cada uno de las cuatro dimensiones racionalmente establecidas: Hedonismo, Rechazo, Patología y Problemas Psicológicos.

Hedonismo

En primer lugar, y a través de la tabla 1, se puede observar como las medias de las puntuaciones obtenidas por las personas entrevistadas son más elevadas cuando la opinión hace referencia al consumo diario o adicción que cuando hace referencia al consumo ocasional. Así mismo, se puede observar cómo las puntuaciones aumentan siguiendo este orden: tabaco, alcohol, cannabis, estimulantes y heroína, excepto en el caso del consumo ocasional de tabaco y alcohol, donde se observa una menor puntuación en éste último.

En esta misma tabla se pueden observar los resultados obtenidos una vez realizadas las comparaciones entre las medias de cada grupo mediante la prueba "t" para muestras dependientes.

Como se puede observar, en el factor racional Hedonismo se encontraron diferencias significativas en casi todas las comparaciones. No se encontraron diferencias significativas entre las medias de las puntuaciones obtenidas sobre el consumo esporádico de alcohol y de tabaco (p=0.678). Tampoco se encontraron entre las del consumo esporádico de cannabis y la adicción al tabaco (p=0.053); entre el consumo esporádico de estimulantes y el abuso del alcohol (p=0.105); entre el consumo ocasional de heroína y la adicción al cannabis (p=0.292) y el uso ocasional de estimulantes (p=0.417). Finalmente, tampoco se encontraron diferencias significativas entre las opiniones sobre el adicto a la heroína y el adicto a los estimulantes (p=0.175).

A partir de estos resultados y teniendo presente las medias de cada subgrupo, se puede afirma que: en primer lugar y como se puede observar en el cuadro 1, el consumo ocasional de alcohol (media= 5.464) y de tabaco (media=5.518) es el que menos se considera que se realiza motivado por las consecuencias gratificantes inmediatas derivadas de su consumo, así como por la evitación del displacer que supone la privación de la sustancia. A continuación, y de menor a mayor puntuación, aparecerían las siguientes modalidades de consumo: el consumo esporádico de cannabis (media=6.347) y la adicción al tabaco (media= 6.622); posteriormente, el consumo ocasional de estimulantes (media= 7.550) y la adicción al alcohol (media= 7.302). A continuación la adicción al cannabis (media=7.779) y el consumo esporádico de heroína (media=7.640). La imagen de esta última modalidad de consumo no se diferencia de forma significativa de la del consumo esporádico de estimulantes. El consumo que se considera más motivado por estos aspectos hedonistas sería la adicción a los estimulantes (media=8.252) y a la heroína (media= 8.373).

Rechazo

En relación a la actitud de rechazo hacia los distintos consumidores, en la tabla 2 se puede observar como las medias de las puntuaciones obtenidas en este factor racional son más elevadas cuando la opinión hace referencia al consumo diario o adicción que cuando hace referencia al ocasional. De igual forma que en el caso del factor racional Hedonismo, se puede observar que las puntuaciones aumentan siguiendo este orden: tabaco, alcohol, cannabis, estimulantes y heroína.

Tras la realización de las comparaciones entre las medias de las puntuaciones de cada subgrupo se obtuvieron los resultados que se exponen en la tabla 2.

En esta tabla se puede observar que existen diferencias significativas en casi todas las comparaciones realizadas. Las diferencias entre medias no son estadísticamente significativas entre la opinión en relación al consumo esporádico de tabaco y a la del alcohol (es decir, se rechaza de forma similar estos dos tipos de consumo) (p=0.145). También se acepta la hipótesis nula de igualdad de medias al comparar entre si las puntuaciones que hacen referencia a la imagen del consumidor esporádico de heroína, del dependiente del alcohol y del adicto al cannabis.

De estos resultados se desprende (cuadro 2) que el consumo menos rechazado es el ocasional de las drogas institucionalizadas (tabaco- media= 5.122 - y alcohol -media= 5.311). Después, y con diferencias significativas respecto a los anteriores, estaría la adicción al tabaco (media= 6.793). A continuación se encuentra el consumo esporádico de cannabis (media= 7.315) y posteriormente el consumo ocasional de estimulantes (media= 8.914). Tres consumos son rechazados de forma similar: el uso esporádico de heroína (media= 9.725), la adicción al alcohol (media= 9.586) y la adicción al cannabis (media= 9.842). Finalmente, los consumidores más rechazados son los adictos a los estimulantes (media= 11.273) y, por último los adictos a la heroína (media= 11.946).

Patología

En relación a la opinión que considera a la persona que consume sustancias como persona "enferma" o con problemas mentales, como en los factores racionales anteriores, el consumo abusivo o adicción genera una imagen más negativa que el uso esporádico. Como se puede observar en la tabla 3, las medias de cada tipo de consumo se distribuyen de forma similar a los factores anteriores, si bien, en este caso, destaca la alta puntuación en la imagen patológica de la adicción al alcohol, en comparación con los factores racionales anteriores.

De igual forma que en los casos anteriores, se han comparado las medias a través de la prueba "t" para muestras dependientes y se encontraron diferencias significativas en todas las comparaciones excepto en algunas (tabla 3): consumo esporádico de tabaco y de alcohol (p= 0.095); consumo esporádico de cannabis y consumo diario de tabaco (p= 0.278); consumo esporádico de heroína y adicción al cannabis (p= 0.145) y adicción de alcohol y a los estimulantes (p= 0.200).

Los personas que consumen ocasionalmente alcohol (media= 2.473) y tabaco (media= 2.617) son a las que menos se les considera como personas "enfermas" con problemas mentales (cuadro 3). A continuación se encuentran los consumidores ocasionales de cannabis (media=3.622) y las personas que consumen a diario tabaco (media=3.450). Después de estos, se encuentran los consumidores esporádicos de estimulantes (media=5.009). El consumo esporádico de heroína (media=6.009) y la adicción al cannabis (media=5.743) son los siguientes. A continuación y con una imagen más "patológica" se encuentran los adictos a los estimulantes (media=7.802) y al alcohol (media=7.626). Finalmente, son los adictos a la heroína (media=8.284) a los que más se etiqueta como "consumidores patológicos".

Problemas psicológicos

Por lo que respecta a la atribución de carencias personales en los distintos tipos de consumidores, factor racional Problemas Psicológicos, en la tabla 4 se puede observar cómo también en este caso las medias son más altas cuando hacen referencia al abuso o adicción de sustancias que cuando hacen referencia al consumo esporádico.

Así mismo, en tabla 4 se pueden observar los resultados obtenidos una vez realizadas las comparaciones entre las medias de cada subgrupo mediante la prueba "t".

Se encontraron diferencias significativas en todas las comparaciones excepto en dos: entre adicción a estimulantes y adicción al alcohol (p= 0.595) y entre consumo ocasional de tabaco y de alcohol (p= 0.371).

A partir de estas diferencias se puede afirmar que las personas que consumen ocasionalmente tabaco (media= 3.108) o alcohol (media= 3.212) son a las que menos se les atribuyen problemas personales. A continuación, y por este orden -diferenciándose significativamente uno de los otros- tendríamos: el consumo diario de tabaco (media= 4.005), consumo esporádico de cannabis (media= 4.514), consumo esporádico de estimulantes (media= 6.045), adicción al cannabis (media= 6.419) y consumo esporádico de heroína (media= 6.892). Posteriormente se encontraría la adicción al alcohol (media= 8.014) y a los estimulantes (media= 8.095) (sin diferencias significativas entre ellas). Finalmente, es la persona adicta a la heroína (media= 8.704) a la que más se le atribuyen carencias personales, baja autoestima y, en definitiva, problemas personales.

Discusión y conclusiones

Los resultados que hemos expuesto en el apartado anterior sugieren que los individuos de nuestra sociedad poseen muy diferentes percepciones respecto de las personas consumidoras de drogas, según sea la modalidad de consumo de éstas últimas. Analizaremos este hecho estableciendo las conclusiones más relevantes derivadas de la observación de los resultados obtenidos para cada uno de los factores racionales que establecimos en el inicio de esta investigación.

En el factor racional Hedonismo los resultados indican una tendencia general a considerar que el adicto o consumidor habitual está más motivado por la búsqueda del placer o la evitación del displacer que el consumidor esporádico. Por otro lado, es también constatable como el usuario de sustancias no institucionalizadas recibe en mayor medida opiniones explicativas de su conducta basadas en esta dimensión placenterista, en comparación a los consumidores de drogas legales. De esta manera, las puntuaciones más elevadas en este factor racional aparecen asociadas a los consumidores habituales de heroína, estimulantes y cannabis, siendo las más bajas las que recogen los consumidores ocasionales de tabaco y alcohol.

Se puede inferir, en vista de estos datos, que las sustancias percibidas como mayores fuentes potenciales de placer son, por este orden, la heroína, los estimulantes y el cannabis; pero también resulta destacable que la imagen hedónica que se tiene del usuario esporádico de determinadas sustancias es muy similar a la poseída respecto al adicto o abusador de otros productos situados en lugares inferiores de esta hipotética escala placenterista. Así ocurre en los casos del uso de cannabis respecto al abuso de tabaco, del uso de estimulantes respecto al abuso de alcohol, y del uso de heroína respecto al abuso de cannabis.

Por lo que se refiere al factor racional Rechazo, se da una circunstancia similar a la comentada en el caso anterior, cual es que las puntuaciones directas son más elevadas en el caso del abuso/adicción, y que, además, aumentan a medida que pasamos de drogas institucionalizadas a drogas no institucionalizadas. Ocurre pues, que el estereotipo más rechazado es el del adicto a la heroína, seguido por el del consumidor diario de estimulantes, apareciendo en tercer lugar un grupo formado por el usuario esporádico de heroína, el consumidor diario de cannabis, y el alcohólico. Por su parte, los consumidores esporádicos de alcohol y tabaco, reciben las mayores opiniones de aceptación social, junto al adicto a esta última sustancia.

Es de notar como nuestra sociedad acepta significativamente más al fumador diario de tabaco que al usuario esporádico de cualquier sustancia no institucionalizada; por otro lado, destacan las grandes diferencias encontradas entre las opiniones de rechazo recibidas por el adicto al alcohol y el consumidor ocasional de esta sustancia, lo cual, por una parte, pone de manifiesto la enorme aceptación social de las bebidas alcohólicas, y por otra, sugiere una posicionamiento moralidad ambigua presente en el rechazo de modelos de conducta abusivos de una droga que la misma sociedad propone y promociona.

En cuanto al factor racional Patología, y como era esperable, las puntuaciones son mucho más elevadas cuando se interroga acerca del abusador o adicto; sin embargo, queremos resaltar que el consumidor ocasional de heroína, no sólo es considerado más "enfermo" que el usuario esporádico de cualquier otra droga, sino que lo es al mismo nivel que el consumidor diario de cannabis, y más que el adicto al tabaco. Esto, pensamos, no hace sino reforzar la idea apuntada anteriormente, y referida al rechazo social que recibe esta sustancia y sus consumidores.

Por otro lado, cabe destacar que, independientemente de la significación estadística de las diferencias, las medias de cada categoría siguen un orden prácticamente idéntico al observado en el caso del factor racional Rechazo, por lo que podemos pensar que la percepción de patología asociada a una conducta de uso o abuso de tóxicos, está muy asociada al mayor o menor rechazo experimentado hacia el consumidor en cuestión. Sin embargo, sí es destacable que la imagen social del alcohólico ocupa un lugar ligeramente más elevado en la escala de patología respecto a la de rechazo, lo que podría sugerir un posicionamiento crítico comparativamente más condescendiente hacia este tipo de "enfermo".

Por último, comentaremos las principales conclusiones derivadas de los resultados obtenidos en el factor racional Problemas Psicológicos. En este caso, hemos comprobado que las mayores atribuciones de carencias personales o emocionales aparecen sobre el adicto a la heroína, seguido por el consumidor diario de estimulantes y el alcohólico. Una vez más, las puntuaciones más bajas aparecen en los consumidores ocasionales de tabaco y alcohol, y en el fumador diario de tabaco. Igualmente, es de nuevo destacable la relativamente elevada puntuación del consumidor esporádico de heroína.

En definitiva, como conclusiones finales de la investigación, observamos que la tendencia general es una cierta indulgencia con el consumidor de las drogas institucionalizadas y una menor consideración hacia los consumidores de estimulantes y de heroína, sean éstos adictos o no. El consumo de cannabis es más aceptado que el de las otras drogas no institucionalizadas. Por otra parte, se identifica la adicción con la enfermedad y, en el caso de las drogas no institucionalizadas, el consumo esporádico es, en mayor medida, percibido también como una enfermedad y como un síntoma de la existencia de problemas o dificultades personales.

Calvo, F. y Díaz, V. (1993). La mentalidad de la sociedad vasca ante el problema de las drogodependencias. Revista Española de Drogodependencias, 18 (2), 93-132.

Ferrer, X. y Dacosta (1993). La droga en los medios de comunicación: Algunos problemas y posibles soluciones. Boletín sobre Drogodependencias, 19, 17-20.

Froján, M.X., Rubio, R. y Peris, B. (1994). La imagen de la droga en la prensa española. Revista Española de Drogodependencias, 19 (3), 191-204.

Páez, D., Valdoseda, M., Igartua, J., Basabe, N., Iraurguij, J. (1992). Las representaciones sociales del alcohol. Revista de Psicología Social Aplicada, 2 (2-3), 33-54.

Pinazo, S. (1993). Programa de prevención del consumo de drogas en niños en edad escolar, dirigido a padres. Tesis Doctoral. Dirs.: E. Berjano y G. Musitu. Universitat de València.

Aceptado el 26 de diciembre de 1995

APÉNDICE. CUESTIONARIO

IMAGO-93

X. ¿En qué medida está de acuerdo con las siguientes frases para describir a una persona que fuma diariamente (o que es alcohólica, o que fuma "porros" diariamente, o que es adicta a estimulantes, o que es adicta a la heroína)?.

Impact Factor JCR SSCI Clarivate 2023 = 3.2 (Q1) / CiteScore SCOPUS 2023 = 6.5 (Q1)