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La revista Psicothema fue fundada en Asturias en 1989 y está editada conjuntamente por la Facultad y el Departamento de Psicología de la Universidad de Oviedo y el Colegio Oficial de Psicología del Principado de Asturias. Publica cuatro números al año.
Se admiten trabajos tanto de investigación básica como aplicada, pertenecientes a cualquier ámbito de la Psicología, que previamente a su publicación son evaluados anónimamente por revisores externos.

PSICOTHEMA
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Psicothema, 2001. Vol. Vol. 13 (nº 2). 252-257




PERSONALIDAD Y CONDUCTA DELICTIVA AUTOINFORMADA EN ADULTOS JÓVENES

Montserrat Gomà-i-Freixanet, Inma Grande Pérez, Sergi Valero i Ventura y Joaquín Punti i Vidal

Universitat Autònoma de Barcelona

La teoría de personalidad de H. J. Eysenck (1964) respecto a la conducta antisocial predice que entre la población reclusa se hallaría una determinada combinación de las dimensiones básicas de personalidad, consistente en puntuaciones elevadas en Extraversión, Neuroticismo y Psicoticismo. Estudios posteriores parecían indicar que las predicciones únicamente se cumplían para la dimensión P, cuestionando la relación con E y N. La finalidad de este estudio consiste en analizar la relación entre personalidad evaluada mediante el EPQ, la Escala Búsqueda de Sensaciones y la conducta delictiva autoinformada en adultos jóvenes de ambos sexos, corrigiendo algunas limitaciones metodológicas de los estudios anteriores. Así, se seleccionaron tres grupos de sujetos con distinto grado de conducta antisocial: estudiantes universitarios (n= 172) presumiblemente normativos; estudiantes pertenecientes a institutos conocidos por su conflictividad (n= 177), y sujetos reclusos (n= 87). Los resultados corroboran la teoría de Eysenck en cuanto a la relación entre conducta delictiva autoinformada y Psicoticismo. Con respecto a la dimensión Extraversión, dicha relación parece estar mejor estimada a partir del rasgo Búsqueda de Sensaciones y sus subescalas, que de la dimensión propiamente dicha. Finalmente, en cuanto al Neuroticismo, los resultados van en la dirección predicha aunque sólo en el grupo de sujetos varones alcanza valores superiores a 0.30.

Personality and self-reported delinquency in young adults. H. J. Eysenck’s (1964) personality theory predicts that the high Psychoticism, Neuroticism and Extraversion personality combination is over-represented in criminal populations. However, more recent studies have not provided unanimous support for this theory. The aim of this study is to test the relationship between personality assessed by the EPQ and the SSS, and Self-reported Delinquency in young adults of both sexes. The current study used an alternative design consisting of three groups of subjects of similar age with different degrees of antisocial behaviour: a normative group of undergraduates, a group of subjects from high schools with a high number of problem students, and a group of imprisoned youngsters. The results show a positive relationship between Self-reported Delinquency and Psychoticism. With regards to Extraversion, this dimension seems to be better estimated by a trait measure such as the Sensation Seeking Scale and its subscales. With respect to Neuroticism, it shows a positive relationship with Self-reported Delinquency although it only reached significance among males.

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La teoría de personalidad de H. J. Eysenck (1964) respecto a la conducta antisocial predice que entre la población reclusa se hallaría una determinada combinación de las dimensiones básicas de la personalidad, consistente en puntuaciones elevadas en Extraversión (E), Neuroticismo (N) y Psicoticismo (P). Sin embargo, los estudios posteriores no aportaron evidencias unánimes a favor de la teoría (Passingham, 1972). Las revisiones sugirieron un acuerdo completo respecto a que los reclusos puntúan alto en P, algunos estudios aportaron evidencias a favor de la dimensión N, y respecto a la dimensión E todo parecía indicar que la teoría no se cumplía. En 1996, en un artículo de revisión, el propio Eysenck apuntó algunas de las razones por las cuales los resultados obtenidos en la década de los 60 no se habían podido considerar definitivos, dado que muchos de los estudios no reunían las garantías metodológicas, no se utilizaba grupo control, no se controlaba la deseabilidad social, tampoco el efecto del encarcelamiento, así como la variable «edad». A raíz de constatar dichas deficiencias metodológicas, los Eysenk iniciaron una serie de trabajos (Eysenck y Eysenck, 1970; 1971; 1973; 1974; 1977) que, en general, favorecieron las hipótesis enunciadas en 1964. Sin embargo, Eysenck apuntó que sería probable que, en dichos estudios, en el grupo control existieran sujetos con conducta antisocial pero que no hubieran sido encarcelados. Así pues, se iniciaron estudios donde la evaluación de la conducta antisocial se realizaba mediante autoinformes. Dicha técnica, en principio, permite obviar dos problemas: en primer lugar, el efecto del encarcelamiento sobre las variables de personalidad y en segundo lugar, el hecho de no ser necesaria la utilización de un grupo control. Los resultados de los diferentes trabajos realizados (Allsop y Feldman, 1976; Jamison, 1980; Rushton y Chrisjohn, 1981; Furnham, 1984 y Martin, 1985) utilizando las puntuaciones obtenidas mediante autoinforme favorecieron todos ellos la hipótesis de la existencia de una alta correlación entre la conducta delictiva y las dimensiones P y E; sin embargo, la dimensión N sólo se confirmó parcialmente. Todo parecía indicar que una puntuación elevada en Neuroticismo estaría relacionada con la conducta antisocial solamente en edades adultas, entendiéndose alrededor de los 30 años o más (Rushton y Chrisjohn, 1981) y en población reclusa (Eysenck y Eysenck, 1971; 1977; Wilson y McClean, 1974).

En una serie de trabajos realizados por nosotros (Gomà, Pérez y Torrubia, 1988; Gomà y Puyané, 1991; Gomà, 1995; 1998; 2001), con sujetos encarcelados y con grupo control, donde se controlaba la deseabilidad social, la población reclusa conformaba un grupo homogéneo, las edades de los grupos oscilaban alrededor de los 30 años y con muestras de ambos sexos; los resultados obtenidos muestran de forma reiterada que el P y el N están íntimamente relacionados con la conducta antisocial, no así la E. Así pues, nuestros resultados están totalmente de acuerdo con los reseñados en las revisiones acerca de la relación entre la conducta antisocial y la teoría de la personalidad de Eysenck en sujetos adultos reclusos.

Sin embargo, la ausencia de relación entre la conducta antisocial y la dimensión Extraversión tal vez sea debida a que las medidas globales de E sean menos sensibles en la predicción de dicha conducta que los rasgos que la componen. Así pues, en nuestros estudios (Gomà, 1995; 1998; 2001) hemos incorporado medidas de rasgo tales como la Escala Búsqueda de Sensaciones, ya que muestra una elevada correlación con la dimensión E (Zuckerman, 1994). Los datos obtenidos utilizando dicha escala fueron en la dirección predicha, i.e., los sujetos antisociales puntuaron más alto en la escala de Búsqueda de Sensaciones. Por consiguiente, todo parece indicar que el P y el N a nivel de dimensiones y la E a nivel de rasgos primarios estarían relacionados con la conducta antisocial en sujetos adultos reclusos.

Quedaba por resolver qué resultados se obtendrían si se utilizaba un autoinforme para evaluar la conducta delictiva y se analizaban poblaciones más jóvenes. Algunos de los trabajos revisados (Furnham y Thompson, 1991; Heaven, Caputi, Trivellion-Scott y Swinton, 2000) utilizando dicha metodología y en esta franja de edad, no han hallado la esperada relación entre conducta antisocial y personalidad, excepto para la dimensión P. Sin embargo, ambos estudios se han llevado a cabo con estudiantes, es decir, con población presumiblemente normativa.

Así pues, el objetivo del presente trabajo consiste en analizar la relación entre personalidad, evaluada mediante las dimensiones básicas de Eysenck y el rasgo Búsqueda de Sensaciones, y conducta delictiva autoinformada en adultos jóvenes de ambos sexos. Para ello utilizaremos un diseño alternativo consistente en tres grupos de sujetos con distinto grado de conducta antisocial: un grupo de estudiantes universitarios presumiblemente normativos; un grupo de estudiantes pertenecientes a institutos conocidos por su conflictividad y un tercer grupo de sujetos reclusos. Dicha estrategia nos permite por un lado abarcar todo el rango posible de variabilidad de la conducta delictiva autoinformada, y por otro evaluar la personalidad con medidas de rasgo y dimensiones.

Método

Sujetos

La muestra total estaba constituida por 436 sujetos de ambos sexos (53% hombres, 47% mujeres) divididos en tres grupos. El primer grupo estaba integrado por 172 sujetos (edad M= 18.88, DS= 1.66) estudiantes de 1er curso de licenciatura, pertenecientes a tres facultades distintas de una misma universidad. El segundo grupo estaba formado por 177 sujetos (edad M= 18.41, DS= 1.74) estudiantes de último curso, pertenecientes a cuatro institutos de enseñanza secundaria. Dichos institutos fueron seleccionados por presentar un elevado número de problemas de comportamiento entre sus alumnos, de los cuales fuimos informados por el director del centro. El último grupo lo componía un total de 87 sujetos (edad M= 20.33, DS= 1.48) procedentes de tres instituciones penitenciarias.

Material

La personalidad se evaluó mediante el Cuestionario de Personalidad de Eysenck (EPQ; Eysenck y Eysenck, 1975) en su versión catalana (Eysenck, García Sevilla, Torrubia, Ávila y Ortet, 1992) que nos proporciona información acerca de tres dimensiones básicas de la personalidad: Extraversión, Neuroticismo y Psicoticismo, así como sobre la Sinceridad (L) de las respuestas emitidas. Asimismo, se administró la Escala de Búsqueda de Sensaciones (SSS-V; Zuckerman, Eysenck y Eysenck, 1978) consistente en 40 ítems, subdivididos en cuatro subescalas: Búsqueda de Peligro y Aventura (TAS), Búsqueda de Experiencias (ES), Desinhibición (Dis) y Susceptibilidad al Aburrimiento (BS). Dicha escala nos proporciona además una puntuación Total consistente en la suma de las escalas anteriormente mencionadas. La evaluación de la conducta delictiva se realizó mediante la administración de un cuestionario autoinformado consistente en 51 ítems de respuesta SÍ/NO, el cual informa acerca de si el sujeto ha participado en distintas actividades antisociales o ilegales. El cuestionario de Conducta Delictiva Autoinformada (SRD) es el mismo que han utilizado Furnham y Thompson (1991) y es una versión actualizada del cuestionario de Gibson (1967), y Shapland, Rushton y Campbell (1975). Las puntuaciones oscilan entre 0 (baja puntuación en delincuencia) y 51 (alta puntuación en delincuencia). Dicho cuestionario muestra una buena fiabilidad test-retest: 0.73 a dos años y 0.65 a un año (Shapland, 1978; Blakely, Kkushler, Parisian y Davidson, 1980) y una buena validez, tanto predictiva (West y Farrington, 1975) como concurrente (Shapland, 1978; Blakely et al., 1980).

Procedimiento

Una vez obtenidas las autorizaciones de los directores de los distintos centros, se procedió a la administración de las pruebas. En el caso de la universidad y de los institutos, la administración de los cuestionarios se hizo en situación de aula escolar. En las instituciones penitenciarias la administración se llevó a cabo en grupos más reducidos utilizando las aulas o bien las bibliotecas según las disponibilidades de los centros. A todos los sujetos se les pidió su participación voluntaria y anónima en el estudio.

Resultados

Las Tablas 1 y 2 muestran el patrón de correlaciones por separado en hombres (n= 232) y en mujeres (n= 204) y en la muestra total (n= 436) entre las variables del EPQ, SSS y SRD. Las correlaciones halladas entre el EPQ y la SSS van en la dirección esperada, es decir, correlaciones positivas entre las escalas de la SSS y las dimensiones E y P, y baja o casi nula correlación con la dimensión N. Respecto a los valores de la SRD, éstos correlacionan positivamente con todas las variables, excepto con la escala L. Debido al tamaño de la muestra, casi todos los valores alcanzan el nivel de significación. Sin embargo, a efectos de interpretación sólo consideramos los valores iguales o superiores a 0.30, tal como recomienda la literatura sobre personalidad (McCrae y Costa, 1989). Así pues, en la muestra total la SRD correlaciona positiva y significativamente con P, ES, DIS, BS, Total y negativamente con L. La correlación entre SRD y N, si bien no alcanza el nivel consensuado, va en la dirección predicha; alcanzándolo únicamente en el caso de sujetos varones.

Las Tablas 3 y 4 nos muestran las medias y desviaciones de los distintos grupos para ambos sexos. Los valores de las variables evaluadas están en la línea de los obtenidos por nuestro equipo en colectivos similares (véase Gomà, 1995 y Gomà, 2001).

Mediante el Modelo Lineal General, se analizaron las diferencias entre grupos y sexos para todas las dimensiones y escalas (véase Tabla 5). Ya que los grupos se diferenciaban en la variable edad [F(2, 433)= 39.73, p<.0005], los datos fueron analizados de nuevo mediante análisis de covarianza para controlar dicha variable. Se aplicó la corrección de Bonferroni para contrastes múltiples, es decir, 0.05 dividido entre 10 (el número de contrastes realizados) para determinar qué nivel de significación sería considerado (p≤ 0.005). Las diferencias halladas respecto a la variable sexo están en la línea de las encontradas en otros estudios similares. Así pues, ambos sexos se diferencian significativamente en N, P, Dis y Total. En todas las escalas los varones puntúan más alto que las mujeres, excepto en la dimensión N. A su vez, los grupos también se diferencian significativamente entre sí en las variables N, P, L, TAS, BS y Total. Los contrastes post hoc de Bonferroni mostraron que el grupo de sujetos encarcelados se diferencia de los otros dos en todas las variables anteriormente reseñadas, excepto en la escala L donde sólo se diferencian los dos otros grupos de estudiantes entre sí.

La variable SRD merece una consideración especial. Aquí encontramos una interacción entre grupo y sexo [F(2, 429)= 9.18, p<.0005]. Los contrastes muestran que los varones se diferencian significativamente de las mujeres en los tres grupos en la dirección esperada, es decir, los varones puntúan más alto que las mujeres en SRD, pero es en el grupo de sujetos encarcelados donde las diferencias entre sexos se maximizan. Al mismo tiempo, en ambos sexos, los sujetos encarcelados se diferencian significativamente y en la dirección esperada en SRD, tanto de los estudiantes universitarios como de los de instituto. Sin embargo, ambos grupos de estudiantes no se diferencian entre sí. Finalmente, la Tabla 6 nos muestra los ítems presentados en el cuestionario SRD y el porcentaje de sujetos varones y mujeres que informaron haber cometido cada uno de los actos. Las puntuaciones obtenidas por los tres grupos estudiados respecto a la conducta delictiva autoinformada abarcan todo el rango posible de variabilidad de dicha variable. Así, el rango de los estudiantes universitarios fue de 0 a 41 y el de los reclusos de 3 a 50. Dicho porcentaje nos da una indicación de la frecuencia de comisión de los actos delictivos. Los resultados indican que las transgresiones más frecuentes entre los varones son: visionar películas pornográficas antes de la edad permitida (94.80), viajar sin billete (78.40), hacer novillos (68.10), entrar en propiedad privada ajena (66.80) e ingesta de drogas ilegales (64.20). En el caso de las mujeres: hacer novillos (63.20), viajar sin billete (55.40), ingesta de drogas ilegales (52.90) y visionar películas pornográficas (52.00).

Discusión

Los resultados obtenidos a partir de la matriz de correlaciones aportan evidencia inequívoca acerca de la asociación positiva entre Delincuencia Autoinformada y Psicoticismo. Así pues, respecto al cumplimiento de las hipótesis generadas por la teoría de Eysenck, la dimensión Psicoticismo no parece suscitar ninguna duda, ya que se encuentra en todo tipo de muestras sean normativas o no, en ambos géneros y tanto en adultos como en jóvenes. Con respecto a la dimensión Neuroticismo, los resultados van en la dirección predicha, es decir, relación positiva entre SRD y N, aunque sólo en el grupo de sujetos varones alcanza valores superiores a 0.30. Los trabajos iniciales de Eysenck y otros autores en que se comparaban grupos de delincuentes frente a no delincuentes, los resultados favorecerían las hipótesis respecto a N; sin embargo, los estudios posteriores realizados con autoinformes en general no eran favorables a dichas hipótesis (Furnham y Thompson, 1991). No obstante, cabe señalar que la conducta delictiva, antisocial, evaluada mediante autoinformes formaría parte de un extremo del continuo de la conducta antisocial, que haría referencia a transgresiones leves, no penadas, de la «norma»; sin embargo, a medida que las transgresiones fueran de mayor empaque y gravedad incrementaría su relación con N tal como se desprendería de la interpretación del Neuroticismo como elemento motivacional, multiplicador (Nichols y Newman, 1986; Wallace, Newman y Bachorowski, 1991). De este modo, el hecho de hallar un elevado neuroticismo entre la población reclusa se podría interpretar no como el resultado del encarcelamiento, sino del hecho de que en general los que están recluidos son los que han cometido más faltas o las faltas más graves (Gomà, 1999). En este sentido, los resultados obtenidos en este estudio son muy ilustrativos. Los sujetos que puntúan más alto en SRD también puntúan más alto en N y constituyen el grupo de sujetos reclusos. En este caso concreto la elevada puntuación en Neuroticismo no se puede asignar al fenómeno del encarcelamiento, ya que los sujetos que componían nuestra muestra a lo sumo llevaban dos o tres años en la cárcel, debido a que hasta los 18 años no se alcanza la edad penal. Así pues, la interpretación anterior sería correcta en ambas premisas, un elevado Neuroticismo no sería consecuencia de los años de encarcelamiento, y sí que un elevado N iría parejo a una mayor Delincuencia Autoinformada, lo cual es indicativo de mayor número de actos delictivos cometidos o lo que es lo mismo, mayor reincidencia.

En cuanto a la dimensión Extraversión, ésta también va en la dirección predicha, aunque no alcanza valores superiores a 0.30. Todo parece indicar que la Impulsividad sería el mediador principal en la relación entre Conducta Delictiva Autoinformada y Extraversión. Como han señalado algunos autores (Díaz y Pickering, 1993), la escala de Extraversión del EPQ ha perdido respecto a su homóloga del EPI buena parte de los ítems que evaluaban impulsividad, y por consiguiente ha pasado a tener más peso la sociabilidad y la «liveliness»(Eysenck y Eysenck, 1991). Ésta podría ser una explicación de por qué algunos resultados no corroboran enteramente la relación entre E y conducta delictiva en función de la escala de Extraversión utilizada. Por otro lado Gomà (1999) y Heaven et al. (2000) han apuntado que tal vez la E sea una medida demasiado global y que sería conveniente utilizar medidas de rasgo para esta dimensión. Así, en este estudio hemos hallado que la conducta Delictiva Autoinformada correlaciona positivamente con la escala Búsqueda de Sensaciones y con tres de sus subescalas: Búsqueda de Experiencias, Desinhibición, y Susceptibilidad al Aburrimiento. En esta línea, tanto en este estudio como en anteriores hemos hallado que el rasgo Búsqueda de Sensaciones es un buen correlato de la conducta delictiva tanto en adultos como en jóvenes, en poblaciones normativas o no y en ambos géneros. Dicho rasgo nos ha aportado además información adicional ya que sus cuatro subescalas evalúan tanto la Búsqueda de Sensaciones normativa (i.e., ES) como la no normativa (i.e. Dis). Así, en sendos estudios (Gomà, 1995 y Gomà, 2001), la escala Dis nos ha sido útil para discriminar el grupo de sujetos antisociales del resto.

A modo de conclusión, y a partir de los resultados obtenidos todo parece indicar que en población constituida por adultos jóvenes de ambos sexos, la teoría de personalidad de Eysenck respecto a la conducta antisocial evaluada mediante autoinforme se cumple a nivel de dimensiones para el Psicoticismo y a nivel de rasgos para la Extraversión. Por lo que se refiere a la dimensión Neuroticismo, los resultados van en la dirección predicha aunque sólo en el grupo de sujetos varones alcanza valores superiores a 0.30.

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Aceptado el 19 de diciembre de 2000

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