La revista Psicothema fue fundada en Asturias en 1989 y está editada conjuntamente por la Facultad y el Departamento de Psicología de la Universidad de Oviedo y el Colegio Oficial de Psicología del Principado de Asturias. Publica cuatro números al año.
Se admiten trabajos tanto de investigación básica como aplicada, pertenecientes a cualquier ámbito de la Psicología, que previamente a su publicación son evaluados anónimamente por revisores externos.
Psicothema, 2004. Vol. Vol. 16 (nº 3). 476-480
M. Soria, A. Otamendi*, C. Berrocal, A. Caño y C. Rodríguez Naranjo
Universidad de Málaga y * Florida State University
La percepción de no contingencia se muestra determinante en el surgimiento de las expectativas de incontrolabilidad desde el modelo original de Indefensión Aprendida. En su última versión, las expectativas de desesperanza, que consisten en percibir el futuro como incontrolable, dependen de la atribución de los acontecimientos negativos a causas globales y estables. En este estudio se examina si las atribuciones de incontrolabilidad son a su vez determinantes de las expectativas de desesperanza. En una muestra de 256 estudiantes (15-20 años), se administraron el Cuestionario de Estilos Cognitivos para Adolescentes Españoles, el Listado de Experiencias Vitales y la Escala de Desesperanza. Se encontró que ni la globalidad ni la estabilidad predecían expectativas de desesperanza, si bien atribuir los acontecimientos negativos a causas incontrolables las incrementaba significativamente. Estos hallazgos muestran la utilidad de incorporar una nueva dimensión atribucional, que evalúa la percepción de no contingencia, en la predicción de las expectativas de desesperanza.
Uncontrollability in the origin of hopelessness expectancies in adolescents. In the Learned Helplessness model, perception of non contingency is a key factor in the appearance of uncontrollability expectations. In its last version, this model poses that hopelessness expectancies, which consist in perceiving the future as uncontrollable, depend on attributing negative events to stable and global causes. In this study we tested if attributions of uncontrollability are also needed for the development of hopelessness. We used the Spanish Cognitive Style Questionnaire for Adolescents, the Life Experiences Survey, and the Hopelessness Scale in a sample of 256 students (aged 15-20 yrs). Results showed that neither globality, nor stability, predicted hopelessness expectations; however, attributing negative events to uncontrollable causes did predict hopelessness. These findings show the utility of including a new attributional dimension that evaluates the perception of non contingency in the prediction of hopelessness expectancies.
La mayoría de las teorías cognitivas actuales sobre depresión postulan que los factores de vulnerabilidad cognitiva interaccionan con la ocurrencia de acontecimientos vitales negativos para desencadenar reacciones depresivas (Alloy, Clements y Kolden, 1985; Kwon y Oei, 1992; Olinger, Kuiper y Shaw, 1987; Wise y Barnes, 1986). Dichas teorías han quedado agrupadas bajo la denominación de enfoques interactivos de la depresión. Dentro de los mismos, una teoría que actualmente goza de gran validez empírica es la Teoría de la Depresión por Desesperanza (DD) en la que se define un subtipo de depresión caracterizado por unos síntomas concretos (Abramson, Metalsky y Alloy, 1989). Sus autores la consideran como un modelo de vulnerabilidad-estrés ya que se estima que algunos sujetos presentan un factor de vulnerabilidad cognitiva, consistente en ciertos estilos cognitivos que, permaneciendo en estado latente, se activarán ante la ocurrencia de estresores o acontecimientos vitales negativos e importantes (Abramson et al., 1989).
Los estilos cognitivos que, según esta teoría, conforman dicha vulnerabilidad a la DD, son: un estilo atribucional depresivo, concretamente el factor de generalidad, definido como la tendencia a realizar atribuciones globales y estables sobre los acontecimientos vitales negativos; la tendencia a inferir consecuencias negativas de dichos acontecimientos; y, por último, la tendencia a inferir características negativas personales dada la ocurrencia de los mismos (Abramson et al., 1989). De este modo, ante la ocurrencia de uno o varios acontecimientos vitales negativos e importantes para los sujetos, se activará dicha vulnerabilidad, dando lugar a que se generen atribuciones e inferencias negativas sobre los mismos. Esta forma de interpretar los acontecimientos negativos contribuye a generar un estado de desesperanza, la cual se define como la expectativa de que algo negativo va a ocurrir, unido a un sentimiento de indefensión sobre la posibilidad de hacer algo para evitarlo. Estas expectativas van a ser una causa determinante de este subtipo de depresión, de tal modo que su presencia será suficiente para que se generen los síntomas depresivos característicos de la DD.
Con el objetivo de aclarar cómo opera el componente de vulnerabilidad-estrés para contribuir a que se generen expectativas de desesperanza, creemos necesario acercarnos a los orígenes de los que parte dicha teoría. Concretamente, al Modelo Experimental de Indefensión Aprendida (IA) (Seligman, 1975) y a la Teoría Reformulada de la IA (Abramson, Seligman y Teasdale, 1978). En el Modelo Experimental de IA se postulaba que cuando un sujeto experimenta una situación incontrolable, entendida como la falta de contingencia objetiva entre sus respuestas y resultados, éste genera una expectativa generalizada de incontrolabilidad sobre los resultados de futuros acontecimientos importantes (Seligman, 1975). Así, esta expectativa de incontrolabilidad era el elemento clave que explicaba las reacciones de indefensión, consideradas similares a los síntomas depresivos.
Posteriormente, en la Teoría Reformulada de la IA de Abramson et al. (1978), se consideraba que, ante una situación de no contingencia objetiva, era la percepción de no contingencia que se generaba en el sujeto la que le llevaba a formarse expectativas de no contingencia futura. La forma en que se desarrollaba la percepción de no contingencia dependía del tipo de atribuciones que el sujeto realizara sobre las causas de la situación objetivamente no contingente. Así, atribuir los sucesos incontrolables o no contingentes a causas globales y estables, es decir, causas generales y que iban a permanecer en el tiempo, generaba una percepción de no contingencia que llevaba a que las expectativas de incontrolabilidad fuesen recurrentes tanto a través de diversas situaciones como del transcurso del tiempo, dando lugar a que la indefensión y los síntomas depresivos se cronificaran (Seligman, Abramson, Semmell y Von Baeyer, 1979). De este modo, las atribuciones se convertían en determinantes de la forma en que se iban a desarrollar dichas expectativas (Abramson et al., 1978).
Esta teoría ofrece un avance, con respecto al modelo anterior, al explicar cómo las expectativas de incontrolabilidad, en función de la percepción causal que tienen los sujetos, se hacen generales y recurrentes. No obstante, en algunos de los estudios que se han llevado a cabo para poner a prueba las predicciones de la teoría, la falta de contingencia se evalúa a partir de acontecimientos vitales negativos y no a través de situaciones en las que se generen condiciones objetivas de no contingencia (p.ej., Metalsky, Halberstadt y Abramson, 1987; Robins y Block, 1989), por lo que dicha percepción de incontrolabilidad o no contingencia es en ocasiones supuesta.
Finalmente, con el desarrollo de la Teoría de la DD (Abramson et al., 1989), las expectativas de incontrolabilidad determinantes de los síntomas depresivos en el Modelo Experimental de IA y en la Teoría Reformulada de la IA, pasan a denominarse expectativas de desesperanza, definidas como la expectativa de que algo negativo va a ocurrir unido a un sentimiento de indefensión respecto a la posibilidad de hacer algo por evitarlo. Dichas expectativas serán las que generen unos síntomas depresivos y no otros, conformando así por primera vez un subtipo de depresión con unos síntomas concretos.
Si bien las expectativas de incontrolabilidad, fundamentales en el Modelo Experimental de IA y en la Teoría Reformulada de la IA, siguen presentes en la Teoría de la DD como un elemento que forma parte de las propias expectativas de desesperanza, continúa evaluándose la percepción de no contingencia, determinante de dichas expectativas, a través de la vivencia de acontecimientos vitales negativos, sin tener certeza, por tanto, de que el sujeto los viva como realmente incontrolables.
La percepción de incontrolabilidad o no contingencia que tienen algunos sujetos ante tales acontecimientos podría evidenciarse en la creencia que éstos sostienen respecto a su falta de control sobre la causa de los mismos. La investigación muestra, consistentemente, que las atribuciones que realizan los sujetos sobre sus resultados son determinantes del tipo de expectativas que se formulan respecto a su futuro (Manassero y Vázquez, 1995). El objetivo del presente estudio es, por tanto, poner a prueba si el estilo atribucional que consiste en atribuir los acontecimientos vitales negativos a causas incontrolables influye en que se generen expectativas de desesperanza. En concreto, se evalúa si tal como se predice desde la Teoría de la DD para las dimensiones atribucionales de globalidad y estabilidad, la dimensión atribucional de incontrolabilidad también interacciona con la ocurrencia de acontecimientos vitales negativos para generar tales expectativas.
Método
Sujetos
En este estudio participaron un total de 248 adolescentes, de los cuales 203 habían completado los datos (>90% de ítems completados) en todas las medidas. De los 203 participantes en esta muestra, 110 eran mujeres y 93 varones, con edades comprendidas entre los 15 y los 20 años (M= 17.93; DS= 1.08), pertenecientes a cursos de E.S.O., Bachiller, antiguo B.U.P. y C.O.U., cursados en dos centros públicos y uno privado de la provincia de Málaga. Los sujetos presentaban un nivel socioeconómico medio (M= 3.97; DS= 1.19), evaluado mediante la Escala de Nivel Socioeconómico (Fierro, 1986). El índice se obtiene calculando el cociente entre el número de personas de la vivienda y el número de habitaciones de la casa familiar (y segunda vivienda, si existe), y sumándole los vehículos familiares (máximo 2 puntos) y el nivel de profesión de los padres (máximo 3 puntos). El rango habitual es de 0 a 8.
Instrumentos de evaluación
Cuestionario de Estilos Cognitivos para Adolescentes Españoles (SCSQ-A; Otamendi, 2003)
Este cuestionario se utilizó para evaluar el estilo atribucional de los sujetos y se deriva del «Attributional Style Questionnaire» (ASQ) desarrollado para la evaluación del estilo atribucional en adultos por Peterson et al. (1982) y Seligman et al. (1979). Este cuestionario, adaptado específicamente a la población adolescente, consta de 18 situaciones negativas hipotéticas, mediante las que se evalúa, a través de una escala de siete puntos, la tendencia a atribuir los acontecimientos negativos a causas internas, estables, globales e incontrolables, así como a inferir consecuencias negativas y características negativas personales dada la ocurrencia de los mismos. La escala cuenta en nuestra muestra con una alta consistencia interna total (α= .84), así como para cada una de las dimensiones, internalidad (α= .68), estabilidad (α= .87), globalidad (α= .80) e incontrolabilidad (α= .80). De acuerdo a las hipótesis planteadas sólo fueron evaluadas las dimensiones atribucionales de estabilidad, globalidad e incontrolabilidad.
Listado de Experiencias Vitales (LES; Sarason, Johnson y Siegel, 1978)
Este cuestionario, dirigido a evaluar el nivel de estrés vivido por los sujetos, consta de una primera parte formada por 47 acontecimientos estresantes que el sujeto puede haber vivido durante el año anterior. Aparecen también tres espacios para que se registren otros acontecimientos diferentes a los del cuestionario, si el sujeto lo viese oportuno. La segunda parte, a su vez, consta de 10 situaciones adaptadas especialmente para estudiantes, pues son de carácter académico. El formato de esta escala permite obtener la valoración de cada acontecimiento (positiva o negativa) y el impacto del mismo en una escala de 7 puntos (–3 a +3), en la que el signo indica la valoración y el valor numérico, su impacto. Esta escala permite, así, poner a prueba el postulado de la Teoría de la DD que establece que son los acontecimientos valorados como negativos e importantes por los sujetos los que generan expectativas de desesperanza. Por ello, la puntuación de estrés se obtuvo exclusivamente a través de aquellos items valorados por el sujeto como negativos. La fiabilidad test-retest de la escala es de 0.53 para los acontecimientos positivos, 0.88 para los negativos, y de 0.64 para la total. La validez de constructo es, según su autores, muy alta (Sarason et al., 1978). La consistencia interna de esta escala para los acontecimientos vitales negativos es de 0.71 en nuestra muestra.
Escala de Desesperanza (HS; Beck, Weissman, Lester y Trexler, 1974)
Esta escala se construyó para detectar expectativas de ocurrencia de acontecimientos negativos y de no poder hacer nada por evitarlos. Ha sido ampliamente utilizada en investigaciones que relacionan la desesperanza con depresión y con la ideación suicida (Beck, Kovacs y Weissman, 1975; Brown y Beck, 1989). Actualmente, es prácticamente la única escala que se utiliza para medir las expectativas de desesperanza en las investigaciones sobre depresión por desesperanza. La escala consta de veinte items con posibilidad de respuesta verdadero/falso sobre afirmaciones del tipo «mi futuro parece oscuro» o «contemplo el futuro con entusiasmo y esperanza», y presenta en nuestra muestra una consistencia interna de 0.30.
Procedimiento
Los sujetos participaron voluntariamente en la investigación, previo consentimiento por parte de los tutores y director del centro. Todos los cuestionarios se pasaron el mismo día de forma individualizada durante el horario normal de clases. El orden y los tiempos medios en que se administraron fueron los siguientes: 25-30 minutos (SCSQ-A), 15-20 minutos (LES) y 5-10 minutos (HS). Las instrucciones que daban los encuestadores, para lo cual fueron previamente entrenados, consistían en informar a los sujetos que se estaba realizando una investigación sobre la forma de pensar de los adolescentes, y que debían contestar lo más sinceramente posible. Se les aseguró la confidencialidad de los datos.
Análisis estadísticos
En este estudio se siguió el procedimiento de regresión múltiple jerárquica (Cohen y Cohen, 1983), utilizando para ello el paquete estadístico SPSS 11.5. Este tipo de análisis nos permite introducir las variables siguiendo el orden establecido para las mismas en el modelo teórico. Para poner a prueba la interacción, tal como establece el procedimiento se introducían las variables por separado en un primer bloque, y la interacción en el segundo. Tras los análisis, las ecuaciones de regresión cumplieron con los índices de tolerancia e inflación; además, el histograma de residuos, así como el gráfico de probabilidad, cumplieron con la normalidad.
Resultados
Las medias (M) y desviaciones estándar (DS) y correlaciones entre todas las variables utilizadas en los análisis de regresión se presentan en la Tabla 1. Los análisis descriptivos de los datos indicaron que la muestra se caracterizaba por niveles medios en las variables estudiadas. Estos resultados preliminares son consistentes con la investigación previa y sugieren que esta muestra es comparable a otras muestras de adolescentes (por ej., Docampo, 2002; Hankin, Abramson y Siler, 2001; Lewinsohn, Joiner y Rohde, 2001). Como puede observarse, las tres dimensiones atribucionales correlacionaban significativamente entre sí. Las atribuciones de globalidad e incontrolabilidad correlacionaban significativamente con el estrés y la desesperanza, pero no las atribuciones de estabilidad, lo que apoya que se realicen los análisis para las tres dimensiones atribucionales separadamente. Ninguna de las correlaciones entre las variables era tan elevada que pudiera ser indicativa de multicolinealidad en los análisis de regresión.
Se construyeron tres ecuaciones de regresión para examinar la influencia de cada una de las tres dimensiones del estilo atribucional depresivo y el estrés sobre los niveles de desesperanza informados por los individuos del estudio. Para cada ecuación, primero se introdujo el efecto principal de las variables y, después, la interacción de ambas variables, estilo atribucional depresivo y estrés, como predictores de los niveles de desesperanza. Consistente con la hipótesis, tal como se muestra en la Tabla 2, en la primera ecuación de regresión se encuentra que las puntuaciones en el estilo atribucional de incontrolabilidad del SCSQ-A predijeron significativamente los niveles de expectativas de desesperanza (pr= .22, t [198]= 3.13, p<.01). Las puntuaciones de estrés del LES también predijeron significativamente los niveles de expectativas de desesperanza (pr= .21, t [198]= 3.05, p<.01).
No obstante, no se encontraron efectos significativos de la interacción (pr= .05, ns). Respecto a las otras dos dimensiones del estilo atribucional, ni la globalidad ni la estabilidad, ni su interacción con el estrés, produjeron un efecto significativo sobre las expectativas de desesperanza. Así, en la segunda ecuación de regresión, si bien el bloque de los componentes principales resultó significativo, los análisis indicaron que sólo el estrés, independientemente de la dimensión atribucional de globalidad, tiene un efecto significativo sobre las expectativas de desesperanza (pr= .30, t [200]= 4.36, p<.001). De nuevo, tampoco se encontraron efectos significativos de la interacción (pr= -.03, ns). Por último, en la tercera ecuación de regresión, se observa que si bien el bloque de los componentes principales resultó significativo, de nuevo sólo el estrés, independientemente de la dimensión atribucional de estabilidad, tiene un efecto significativo sobre dichas expectativas (pr= .32, t [200]= 4.72, p<.001). Al igual que con las dimensiones de incontrolabilidad y globalidad, tampoco se encontraron efectos significativos de la interacción entre ambas variables (pr= -.03, ns)
Discusión
Los hallazgos obtenidos en el presente estudio ponen de manifiesto que, de acuerdo a la hipótesis planteada, el estilo atribucional que consiste en atribuir los acontecimientos vitales negativos a causas incontrolables influye en que se generen expectativas de desesperanza. Concretamente, los resultados obtenidos a partir de los análisis de regresión realizados muestran que tanto la dimensión de incontrolabilidad como el estrés influyen significativamente y de manera independiente sobre las expectativas de desesperanza. Es decir, si bien ambas variables tienen un efecto significativo sobre dichas expectativas, su interacción no contribuye a la aparición de las mismas.
En segundo lugar, no se confirma uno de los postulados principales de la Teoría de la DD, en concreto la influencia del factor de generalidad del estilo atribucional sobre las expectativas de desesperanza. Así, los resultados obtenidos indican que ni la dimensión de globalidad ni la de estabilidad, solas o en interacción con el estrés, influyen significativamente en que se generen dichas expectativas. Este mismo resultado ha sido obtenido en los estudios realizados por Johnson (1992) y Priester y Clum (1992), si bien en este último sus autores encontraron que las atribuciones a causas estables sí influían en las expectativas de desesperanza. A diferencia de estos hallazgos, únicamente los resultados obtenidos en el estudio de Alloy y Clements (1998) confirmaron la influencia de ambas dimensiones sobre las expectativas de desesperanza.
Los hallazgos obtenidos en este estudio, y aquellos otros que también encuentran que el factor de generalidad del estilo atribucional no influye en que se generen expectativas de desesperanza, si bien contrarios a lo que se espera desde la Teoría de la DD, no resultan sin embargo incoherentes si nos ajustamos rigurosamente a los postulados teóricos de los cuales se ha derivado dicha teoría. En concreto, la Teoría reformulada de la IA postulaba que sería la percepción de incontrolabilidad o no contingencia del sujeto la que le llevaría a generar expectativas de incontrolabilidad y que las atribuciones de globalidad y estabilidad sólo influirían en la generalidad y recurrencia de las mismas. Como puede observarse, esto último no es lo que, en rigor, los estudios llevados a cabo en este contexto teórico han puesto a prueba, dirigiéndose sin embargo a comprobar si dichas atribuciones influyen en la aparición de expectativas de desesperanza.
El resultado obtenido en el presente estudio que muestra un efecto significativo de las atribuciones de incontrolabilidad sobre las expectativas de desesperanza tiene derivaciones importantes en la identificación de los determinantes causales de la depresión por desesperanza y, consecuentemente, en sus posibilidades de cambio. De este modo, las atribuciones de incontrolabilidad, al influir significativamente en la aparición de expectativas de desesperanza, se constituyen en una variable relevante para detectar si los acontecimientos vitales negativos son realmente vividos como incontrolables. Se prueba así la percepción de no contingencia que, según el modelo original de IA, conduce a este tipo de expectativas y que, en los estudios realizados sobre la Teoría Reformulada de la IA y la Teoría de la DD, quedaba asumida de forma implícita en los propios acontecimientos vitales negativos sin verificar en modo alguno que éstos fuesen realmente percibidos como incontrolables.
Por otra parte, las atribuciones de incontrolabilidad, al influir significativamente en la génesis de las expectativas de desesperanza y ser éstas, a su vez, causa suficiente de los síntomas de DD, se convierten en el primer elemento de la cadena causal que permite predecir la aparición de los síntomas característicos de este subtipo de depresión. Con objetivos de intervención, este hallazgo se traduce en la necesidad de aplicar técnicas dirigidas hacia el cambio en la tendencia a realizar atribuciones de incontrolabilidad sobre los acontecimientos vitales negativos que caracteriza a los sujetos con expectativas de desesperanza, habiéndose mostrado estas últimas determinantes en la aparición de los síntomas depresivos característicos de la DD (Alloy y Clements, 1998; Lynd-Stevenson, 1997; Whisman, Miller, Norman y Keitner, 1995).
Por último, teniendo en cuenta los hallazgos obtenidos en el presente estudio y ateniéndonos a los postulados de la Teoría Reformulada de la IA, consideramos de interés que futuros estudios vayan encaminados a analizar el papel que las dimensiones atribucionales de globalidad y estabilidad puedan ejercer sobre la generalidad y duración de las expectativas de desesperanza, a través de estudios longitudinales. Asimismo, la Escala de Desesperanza requiere un análisis detallado dada la baja consistencia interna que presenta en nuestro estudio (.30), similar a la hallada por otros autores, de .39 a .72 (Kapçi, 1998). Esto puede explicarse por la combinación de dos componentes –expectativas concernientes a un mayor o menor control personal y expectativas de que ocurrirán buenos o malos resultados–, tal como se refleja en la medida que utilizan DeVellis y Blalock (1992) para evaluar las expectativas de desesperanza en situaciones de enfermedad física, que arroja puntuaciones independientes para ambos componentes. Futuras investigaciones deberían dirigirse, por tanto, a revisar el constructo expectativas de desesperanza así como el instrumento elaborado para su evaluación.
En síntesis, los hallazgos obtenidos en este estudio muestran la utilidad de incorporar una nueva dimensión atribucional que evalúa la incontrolabilidad en la predicción de las expectativas de desesperanza, lo que es coherente con el papel central que la percepción de incontrolabilidad tiene en el Modelo Experimental y la Teoría Reformulada de la Indefensión Aprendida.
Agradecimientos
La realización de este trabajo ha sido posible gracias a la financiación de sendos proyectos de investigación, de la DGESIC (BSO2000-1405) y la Junta de Andalucía (HUM-690).
Abramson, L.Y., Metalsky, G.I. y Alloy, L.B. (1989). Hopelessness depression: A theory-based subtype of depression. Psychological Review, 96, 358-372.
Abramson, L.Y., Seligman, M.E.P. y Teasdale, J.D. (1978). Learned helplessness in humans: Critique and reformulation. Journal of Abnormal Psychology, 87, 49-74.
Alloy, L.B., Clements, C.M. y Kolden, G. (1985). The Cognitive Diathesis-Stress Theories of Depression: Therapeutic Implications. En S. Reiss y R. Bootzin (Eds.), Theoretical Issues in Behavior Therapy. New York: Academic Press.
Alloy, L.B. y Clements, C.M. (1998). Hopelessness theory of depression: Tests of the symptom component. Cognitive Therapy and Research, 22, 303-335.
Beck, A.T., Kovacs, M. y Weissman, A. (1975). Hopelessness and suicidal behavior: An overview. Journal of the American Medical Association, 47, 1.146-1.149.
Beck, A.T., Weissman, A., Lester, D. y Trexler, L. (1974). The measurement of pessimism: The Helplessness Scale. Journal of Consulting and Clinical Psychology, 42, 861-865.
Brown, G.B. y Beck, A.T. (1989). The role of imperatives in psychopathology: A reply to Ellis. Cognitive Therapy and Research, 13, 315-321.
Cohen, J. y Cohen, P. (1983). Applied múltiple regresión/correlation análisis for the behavioural sciences. Hillsdale, NJ: Erlbaum.
DeVellis, B.M. y Blalock, S.J. (1992). Illness attributions and hopelessness depression: The role of hopelessness expectancy. Journal of Abnormal Psychology, 101, 257-264.
Docampo, M. (2002). Diferencias de género en las explicaciones causales de adolescentes. Psicothema, 14, 572-576.
Fierro, A. (1986). Escala de Nivel Socioeconómico. Universidad de Málaga: Texto Mimeografiado.
Hankin, B.L., Abramson, L.Y. y Siler, M. (2001). A prospective test of the hopelessness theory of depression in adolescence. Cognitive Therapy and Research, 25, 607-632.
Johnson, J.G. (1992). Gender and mood as mediators of the relationship between attributional style, daily life events, depression symptoms, and hopelessness. Cognitive Therapy and Research, 16, 687-697.
Kapçi, E.G. (1998). Test of the hopelessness theory of depression: Drawing negative inference from negative live events. Psichological Reports, 82, 355-363.
Kwon, S.M. y Oei, P.S. (1992). Differential Causal Roles of Dysfunctional Attitudes and Automatic Thoughts in Depression. Cognitive Therapy and Research, 16, 309-328.
Lewinsohn, P.M., Joiner, T.E. y Rohde, P. (2001). Evaluation of cognitive diathesis-stress models in predicting major depressive disorder in adolescents. Journal of Abnormal Psychology, 110, 203-215.
Lynd-Stevenson, R.M. (1997). Generalized and event-specific hopelessness: Salvaging the mediation hypothesis of the hopelessness theory. British Journal of Clinical Psychology, 36, 73-83.
Manassero, M.A. y Vázquez, A. (1995). La atribución causal como determinante de las expectativas. Psicothema, 7, 361-376.
Metalsky, G.I., Halberstadt, L.J. y Abramson, L.Y. (1987). Vulnerability to depresive mood reactions: Toward a more powerful test of the diathesis-stress and causal mediation components of the reformulated theory of depression. Journal of Personality and Social Psychology, 52, 386-393.
Olinger, L.J., Kuiper, N.A. y Shaw, B.F. (1987). Dysfunctional Attitudes and Stressful Life Events: An Interactive Model of Depression. Cognitive Therapy and Research, 11, 25-40.
Otamendi, A. (2003). Puesta a prueba de la teoría de la depresión por desesperanza. Tesis doctoral no publicada. Universidad de Málaga.
Peterson, C., Semmell, A., Von Baeyer, C., Abramson, L.Y., Metalsky, G.I. y Seligman M.E.P. (1982). The Attributional Style Questionnaire. Cognitive Therapy and Research, 6, 287-299.
Priester, M.J. y Clum, G.A. (1992). Attributional style as a diathesis in predicting depression, hopelessness, and suicide ideation in college students. Journal of Psychopathology and Behavioral Assessment, 14, 111-122.
Robins, C.J. y Block, P. (1989). Cognitive theories of depression viewed from a diathesis-stress perspective: Evaluations of the models of Beck and of Abramson, Seligman, and Teasdale. Cognitive Therapy and Research, 13, 297-313.
Sarason, I.G., Johnson, J.H. y Siegel, J.M. (1978). Assessing the impact of life changes: Development of the Life Experiences Survey. Journal of Consulting and Clinical Psychology, 46, 932-946.
Seligman, M.E.P. (1981). Indefensión: en la depresión, el desarrollo y la muerte. Madrid: Debate (orig. 1975).
Seligman, M.E.P., Abramson, L.Y., Semmell, A. y Von Baeyer, C. (1979). Depressive Attributional Style. Journal of Abnormal Psychology, 88, 242-247.
Wise, E.H. y Barnes, D.R. (1986). The Relationship Among Life Events, Dysfunctional Attitudes, and Depression. Cognitive Therapy and Research, 10, 257-266.
Whisman, M.A., Miller, I.W., Norman, W.H. y Keitner, G.I. (1995). Hopelessness depression in depressed inpatients: Symptomatology, patient characteristics, and outcome. Cognitive Therapy and Research, 19, 263-284.
English