La revista Psicothema fue fundada en Asturias en 1989 y está editada conjuntamente por la Facultad y el Departamento de Psicología de la Universidad de Oviedo y el Colegio Oficial de Psicología del Principado de Asturias. Publica cuatro números al año.
Se admiten trabajos tanto de investigación básica como aplicada, pertenecientes a cualquier ámbito de la Psicología, que previamente a su publicación son evaluados anónimamente por revisores externos.
Psicothema, 2003. Vol. Vol. 15 (nº 4). 595-609
Diana Agudelo, Juana Bretón-López, Ginés Ortiz-Recio, Jorge Poveda-Vera, Inmaculada Teva, Inmaculada Valor-Segura y Cynthia Vico
Universidad de Granada
Se analiza la productividad científica medida en tesis doctorales de Psicología en España entre 1992 y 2001, de acuerdo con los datos de la base Tesis Españolas Ordenadas. Se analiza la productividad según el número de profesores titulares y catedráticos de universidad en cada área de la Psicología académica en España, los directores y universidades con mayor productividad y la evolución temporal de las tesis. Se analizaron 1.344 tesis y 1.269 profesores. Los resultados evidencian importantes diferencias en los índices analizados. La proporción de tesis por profesor es de 1,06. Hay productividad diferencial considerable entre los directores, destacando que más del 50% de los profesores no ha dirigido tesis en el período analizado. Sobresale la Universidad de Valencia en cuanto al número de tesis doctorales dirigidas, además de aportar el 40% de los directores más productivos. Se realizan algunas reflexiones sobre estos datos, sus implicaciones y su utilidad.
Analysis of the scientific productivity of the Spanish psychology through the doctoral thesis. An analysis of the scientific productivity measured in doctoral thesis of Psychology in Spain from 1992 to 2001 has been achieved, according to the so-called Tesis Españolas Ordenadas. It was carried out an analysis of number of thesis directed in relation to the number of teachers in each of the academic areas of the spanish psychology, as well as, the directors and universities with a higher degree of productivity and the temporal evolution of thesis. 1.344 thesis as well as 1.269 teachers were analyzed. Important differences through the issues analyzed were found. The proportion of thesis by teacher is 1,06. There are a differential productivity through teachers, indicating that more than the fifty per cent have not directed any thesis in this period. The University of Valencia is the most productive, further this university provides forty per cent of the most productive directors. Finally, some reflections about these results, has been achieved.
El interés por la producción de la investigación científica en la Psicología española ha venido creciendo en los últimos años y ha dado lugar a trabajos en los que se revisa y compara la producción académica en función, por ejemplo, de las tesis doctorales (véase Civera y Tortosa, 2001; Mestre y Pérez-Delgado, 1991), o en función de las publicaciones en revistas internacionales (Alcaín y Carpintero, 2001), o recurriendo a estudios bibliométricos de diferentes revistas y en distintas áreas (Bretón-López y Buela-Casal, 2003; Buela-Casal, Carretero-Dios y De los Santos-Roig, 2002; Montero y León, 2001; Sierra y Zubeidat, 2002).
Ahora bien, la elección de uno u otro índice para hablar de la producción de la investigación científica supone siempre un interés particular, pero de manera general, remite, como han señalado algunos autores, al problema del criterio (Buela-Casal, 2001, 2002; Echeburúa, 2002; Garfield, 2003; Yela, 1990). Desde esta perspectiva es necesario señalar la importancia no sólo de utilizar «unos criterios», sino de explicitar el tipo de criterios empleados y ser riguroso a la hora de tratar los datos, pues las implicaciones de la información errónea son acumulativas y en ocasiones distan considerablemente de la realidad. Así, el poco rigor en la búsqueda y análisis de los datos puede conducir a la asignación incorrecta de trabajos a personas e instituciones, o interpretaciones que, vistas con un poco de lógica y destinando un mayor tiempo a su análisis, podrían reflejar una situación más ajustada al panorama académico actual. En esta línea es importante señalar las imprecisiones encontradas en el mencionado artículo de Mestre y Pérez-Delgado (1991), puesto que se analiza el volumen de tesis realizadas por universidades desde 1976/77 hasta 1988/89, lo cual tampoco, en rigor, son los últimos años, sino casi la totalidad del tiempo que lleva la formación doctoral en España (entendiendo que, de acuerdo con la fecha de publicación del artículo, se disponía de datos hasta esa fecha). También es conveniente señalar que, pese a que los datos sobre el número de tesis por universidad sean correctos, debe considerarse que es inadecuado comparar las universidades sin tener en cuenta, y ni siquiera mencionar que tienen distinta antigüedad y diferente número de profesores, lo cual hace que los resultados sean apenas obvios y quizá poco ilustrativos de la evolución de la investigación en las universidades evaluada a través de las tesis doctorales. También en el estudio de Civera y Tortosa (2001), se incurre en situaciones parecidas a las mencionadas anteriormente, ya que no sólo se tratan con poca finura los datos, sino que se incurre en informaciones erróneas. Así, si se está hablando de las tesis de Psicología es impensable que se mencionen, y con gran énfasis, tesis que nada tienen que ver con esta disciplina, lo cual conduce a que se denomine como uno de los directores con mayor número de apariciones a Alfonso Velasco Martín, quien, aunque en realidad tiene una gran productividad en tesis, no tiene contribuciones para la Psicología y sus trabajos son del campo de la Medicina, con lo cual aun cuando se suponga la relación entre estas dos disciplinas, no es comparable ni se encuentra razón para que se le ubique en una tabla donde se mencionan los directores más productivos de Psicología, tal como se enuncia en el título del trabajo. Estos errores se producen por no realizar un análisis pormenorizado de las fichas de tesis y utilizando como elemento de búsqueda los descriptores para determinar si una tesis es psicológica o no. Otro error de este artículo es la manera en que se tratan los datos globales, que, al igual que en el artículo de Mestre y Pérez-Delgado (1991), no se hace ninguna ponderación en función ni del número de docentes por universidad ni con referencia a la antigüedad de las mismas, lo cual obviamente hace que los datos no sean comparables y, en consecuencia, que los resultados se presten a confusión y su interpretación diste de la realidad.
En el presente trabajo se revisa la producción científica reflejada en tesis doctorales de Psicología, a través de las diferentes áreas y en el período comprendido entre 1992 y 2001. Es importante resaltar que al elegir el índice de tesis doctorales no se pretende con ello hablar en general de la investigación científica, pues es un hecho que existen otros trabajos diferentes a las tesis, pero que en conjunto con éstas dan cuerpo a lo que se denominaría investigación científica o académica, tal como bien lo señalan Mestre y Pérez-Delgado (1991): «Las tesis doctorales constituyen una de las vías en las que se plasma parte de la investigación llevada a cabo en una Universidad y, por lo tanto, es reflejo de las líneas de interés académico en diferentes momentos» (p. 59); aunque, como dice Pelechano (2002b), hablando de la dirección de tesis: «no se valora como investigación y tampoco como docencia» (p. 336). Sin embargo, es claro que constituyen un indicativo de gran valor de la producción científica y no un requisito para obtener un título académico (Agudelo et al., 2002; Ortiz-Recio et al., 2003; Polaino, 2002). De la misma manera, tampoco se pretende hacer un juicio acerca de la calidad de la investigación, pues los datos que se recogen no serían suficientes para emitir ningún concepto definitivo al respecto, excepto que se pueda intuir, y probablemente sea así, que la productividad vaya de alguna manera relacionada con la calidad, puesto que es claro que debe haber algo particular en la manera de trabajar que hace que los directores de tesis difieran en su producción a lo largo de los años, a través de las universidades y según las distintas áreas del conocimiento psicológico y aunque cantidad sea diferente de calidad, habría que ser muy cuidadoso para no caer en el otro extremo de pensar que a mayor cantidad mejor calidad o al contrario. Es conveniente en este sentido mencionar que el proceso de la evaluación de la calidad y la productividad de las tesis en España tiene serias limitaciones, tal como lo ha indicado Buela-Casal (2002) (para una reflexión entre calidad y cantidad véase: Gil Roales-Nieto y Luciano, 2002).
La información aquí presentada fue obtenida de la base de datos TESEO (Tesis Españolas Ordenadas) con los datos actualizados hasta el 2001, para efectos de homogeneidad en la búsqueda; ésta se restringió en el tiempo desde el 15 de enero hasta el 15 de febrero de 2003, de tal manera que se desconoce si se han introducido datos posteriores a esta fecha, en cuyo caso no han sido contabilizados.
Se analiza la productividad de acuerdo al área de la Psicología a la cual pertenece el director, según los años de realización y según las distintas universidades, recurriendo desde luego a las ponderaciones referidas a la cantidad de docentes por universidad y área para hacer comparables los datos entre sí.
La importancia de artículos de esta naturaleza estriba en las repercusiones que puede tener a la hora de comparar las distintas universidades, al elegir una universidad, un programa de doctorado y un director de tesis, asuntos que no son siempre fáciles de decidir y ante los cuales surge de nuevo la inquietud por los criterios que permitan estimar el peso de cada uno de estos aspectos para poder hacer elecciones más ajustadas a la realidad.
Procedimiento
El presente trabajo es un estudio descriptivo mediante el análisis de documentos, de acuerdo con la clasificación propuesta por Montero y León (2002). El proceso de investigación se llevó a cabo en dos fases. En la primera fase se realizó una revisión general de la base de datos TESEO, partiendo de la utilización de los diferentes campos disponibles para la búsqueda; sin embargo, después de la primera revisión se encontraron algunas limitaciones. Así, eligiendo como criterio la búsqueda a través del campo «Universidad», se corría el riesgo de excluir algunas tesis en aquellos casos donde los directores han cambiado de institución universitaria, en donde podrían no contabilizarse algunas tesis a los respectivos directores, aun cuando sí se pudieran contabilizar para la Universidad. También había limitaciones al elegir como criterio que el «centro de lectura» fuera Psicología, ya que en muchos casos las tesis se han leído en centros diferentes a aquellos a los cuales pertenecen y a la inversa, que el centro de lectura sea Psicología no garantiza que la tesis sea de esta disciplina. Esto puede ocurrir por razones puramente logísticas, como el espacio físico, la división administrativa de las distintas universidades y facultades y la colaboración en las tesis de otras áreas del conocimiento, entre otras. De la misma manera, si la búsqueda se realiza de acuerdo con los «descriptores» también ocurre que éstos no siempre son de Psicología, o aun siéndolo las tesis pueden ser de otra disciplina. Esto puede ocurrir porque las fichas no son cumplimentadas correctamente, puesto que se obvian datos, se utilizan descriptores distintos a los propuestos en la lista oficial aportada por la misma base de datos, se cometen errores en la introducción de los datos acerca de los directores, los programas de doctorado y los departamentos.
Por lo comentado anteriormente, para la segunda fase, es decir, para la recolección de los datos, se procedió a realizar un análisis pormenorizado de cada ficha de tesis doctoral considerando: director, título de la tesis, universidad, centro de lectura, centro de realización, departamento, programa de doctorado, descriptores y año, para decidir su inclusión o no, y siempre contabilizando las tesis para el director, para el área a la cual pertenece, para la Universidad y según el año en que se presentó dicha tesis.
La búsqueda se realizó de manera independiente y en momentos temporales distintos por dos investigadores en cada área, en el período comprendido entre el 15 de enero y el 15 de febrero de 2003, utilizando para la búsqueda los campos de «Director» (siempre en mayúsculas), y «año», limitando el período entre 1992 y 2001, por ser los diez últimos años que recoge la base de datos TESEO.
Se emplearon las listas de profesores por área y universidad aportadas por la Dirección General de Universidades y actualizadas a diciembre de 2002. El análisis se restringió a los profesores catedráticos de universidad y titulares de universidad pertenecientes a las universidades públicas españolas, atendiendo a que la fuente de datos son las listas oficiales donde sólo aparecen los funcionarios; se excluyeron los catedráticos de Escuela Universitaria y los titulares de Escuela Universitaria porque, en el caso de los titulares, muchos de ellos no son doctores y, en consecuencia, no han dirigido tesis; en el caso de los catedráticos de Escuela Universitaria porque su distribución no es homogénea a través de las áreas, así mientras en Psicología Evolutiva y de la Educación hay una alta proporción de estos profesores, en áreas como Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico o Psicobiología dicha proporción es considerablemente baja, además dado que trabajaron en su mayoría en Escuelas Universitarias junto con los titulares de Escuela Universitaria y se ha dicho que estos últimos en general no son doctores, entonces, obviamente, no dirigieron allí tesis doctorales. Se contabilizaron sólo las tesis de Psicología y sólo aquellas donde el profesor en cuestión aparece claramente como director, excluyendo del análisis aquellas donde aparece como codirector. Esto debido, fundamentalmente, a que, dadas las imprecisiones en las fichas de las tesis, es muy difícil controlar la coautoría y además, al solicitar los datos, se introdujo claramente la información concerniente al campo de «Director», único campo disponible en la base de datos para este tipo de información.
Una vez finalizada la búsqueda individual se procedió a la comparación de los datos para establecer el porcentaje de acuerdo entre cada pareja de evaluadores, cuando se encontraban diferencias que no era posible resolver entre los dos investigadores se recurría al criterio del grupo general (siete investigadores en total), y en los casos más extremos donde había dudas sobre la pertenencia de las tesis a doctorados de Psicología y donde tampoco se lograba una decisión consensuada se recurrió a la revisión de las páginas web de las universidades para corroborar la información y tomar decisiones en función de estos datos, si aún persistía la duda se procedió a contactar vía correo electrónico a los directores de las tesis que daban lugar a dudas para confirmar los datos. El porcentaje de acuerdo entre los investigadores fue en todos los casos entre un 98 y un 100%.
Es importante anotar que pese al control que se realizó de los datos, dadas las deficiencias de las fichas de TESEO, pueden aparecer errores como alguna omisión en la contabilización de las tesis para algún autor en particular o para alguna de las áreas, así como otros errores debidos a imprecisiones en el registro de los nombres y apellidos de los docentes titulares de Universidad y catedráticos de universidad, en las listas ofrecidas por la Dirección General de universidades. Lo anterior pudo ocurrir también en aquellos casos donde los directores han realizado algún cambio de área, asuntos que desde luego escapan al control de los investigadores, por cuanto se ha seguido como criterio de clasificación los datos oficiales actualizados hasta 2002, tanto en referencia a las listas de los profesores como a las fichas de la base de datos TESEO (aunque los datos ingresados a la fecha corresponden a las tesis leídas hasta 2001). No obstante, si se hubieran analizado estas tesis se hubiera encontrado, probablemente, que su contenido está más relacionado con el área hacia la cual se ha efectuado el cambio; esto hace suponer que dichos cambios son naturales, en el sentido que indican el interés investigador del director.
La estructura general del artículo se ha realizado siguiendo las indicaciones propuestas por Bobenrieth (2002).
Unidad de análisis
– Fichas de Tesis Doctorales: se emplearon los datos registrados en la base de datos TESEO (Tesis Españolas Ordenadas).
– Profesores: se consideraron los catedráticos de universidad y titulares de universidad pertenecientes a universidades públicas españolas según datos actualizados a diciembre de 2002 y aportados por la Dirección General de Universidades.
– Universidades: se analizaron las universidades públicas españolas en las cuales se imparte licenciatura y programas de doctorado en Psicología.
Materiales
Base de datos TESEO (Tesis Españolas Ordenadas)
Esta base de datos se distribuye en línea desde 1997 y se encuentra disponible en la página web del Ministerio de Educación y Cultura (www.mcu.es/TESEO/teseo.html), aunque su diseño se planteó a partir del interés del Ministerio de Educación y Ciencia en 1975 por recoger en un registro automatizado la información correspondiente a las tesis doctorales leídas en las universidades españolas. La base funciona a través de una comunicación permanente con las universidades, que, a través de las comisiones de doctorado, deben enviar sistemáticamente las fichas de las tesis. Pese a que la base de datos está adaptada según los códigos de la UNESCO, lamentablemente la cumplimentación de las fichas por parte de los doctorandos, o en algunos casos de personal administrativo, no siempre es adecuada y además de obviar el empleo de los códigos y términos sugeridos en la clasificación adoptada por la base de datos, también se cometen errores con respecto a datos relativos al centro de lectura, el programa de doctorado, el departamento, etc., lo cual hace que su uso en la práctica tenga muchas limitaciones.
Resultados
Los resultados presentados a continuación recogen la información referente a las tesis doctorales de Psicología realizadas en universidades españolas públicas entre 1992 y 2001, dirigidas por profesores titulares de universidad y catedráticos de universidad de acuerdo con las listas oficiales aportadas por la Dirección General de Universidades a diciembre de 2002. En total se analizaron 1.344 tesis y 1.269 profesores, no obstante, los datos finales recogidos en la Tabla 15 ofrecen un total de 1.295 tesis y 1.192 profesores, indicando que fueron excluidas de la tabla 49 tesis y 77 profesores debido a que pertenecían a universidades privadas, o a universidades donde no hay licenciatura de Psicología, o bien donde no había programas de doctorado ajustados a los criterios del estudio.
Es importante resaltar que para poder hacer comparables los datos y no incurrir en sesgos en la interpretación de la información, se utilizaron criterios de ponderación en función del número de profesores por universidad y por área analizada. Por otro lado, las universidades que no cumplen los criterios de inclusión ya enunciados no fueron incluidas para la clasificación general de productividad por universidades, tal como es el caso de universidades como la de Jaén, Almería, Jaume I de Castellón, Girona y Miguel Hernández, aunque las tesis que han dirigido profesores adscritos a ellas se contabilizaron para el director y para el área a la cual éste pertenece, así como para el registro de la productividad por años. De todas maneras se explica y se describe lo observado en estas universidades aun cuando no aparezcan los datos por las razones ya expuestas. También se analizan los resultados encontrados en universidades como la de Extremadura, Valladolid y A Coruña, donde a pesar de no existir licenciatura en Psicología se dirige una cantidad considerable de tesis a partir de la existencia de departamentos de Psicología adscritos a otras facultades. Los resultados se presentan según las áreas de la Psicología académica en España.
Para estimar los directores de tesis más productivos por área se eligió como criterio la dirección de 5 o más tesis en el período analizado.
Área de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico
Esta área cuenta con 283 profesores entre titulares de universidad y catedráticos de universidad y fueron analizadas un total de 332 tesis, por lo cual la proporción de tesis por profesor es de 1,17, tal como puede apreciarse en la Tabla 13. Llama la atención el considerable número de profesores que no ha dirigido tesis en el período analizado, un total de 161, que representa el 56,89% de la totalidad de profesores del área, con lo cual se indica que las tesis son dirigidas por el 43,11% de los profesores del área (Gráfica 1).
Los datos recogidos en la Tabla 1 muestran los directores de tesis más productivos, el número de tesis dirigidas por ellos y la universidad a la cual pertenecen. Este dato fue obtenido siguiendo como criterio la dirección de 5 o más tesis en el período de tiempo analizado. Para el caso fueron 23 profesores, que corresponden al 8,13% del total de profesores del área, y dirigieron el 42,77% de las tesis (142 tesis).
Es de anotar que sólo dos de ellos han dirigido un máximo de 10, lo cual supone, en este caso, un promedio de 1 tesis por año. Estos profesores son Serafín Lemos Giráldez, de la Universidad de Oviedo, y Gualberto Buela-Casal, de la Universidad de Granada, quienes han dirigido, respectivamente, el 43,48% y el 38,46% de la totalidad de las tesis del área en su respectiva Universidad.
De acuerdo con la Tabla 2, las universidades con mayor productividad de tesis doctorales en el área de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico, en el período comprendido entre 1992 y 2001, son: Murcia, con una proporción de 2,63 tesis por profesor, seguida de Oviedo con una proporción de 2,30 tesis por profesor, y en tercer lugar la Universidad de Santiago de Compostela, con 2,18 tesis por profesor. Las demás universidades tienen una proporción menor. Es de indicar que la productividad más baja en función del número de tesis y de profesores por área se encuentra en la Universidad de Sevilla, donde sólo se han dirigido 2 tesis y se cuenta con 12 profesores, lo cual indica una proporción de 0,17 tesis por profesor. Este dato será matizado en la discusión.
La evolución temporal de las tesis indica, de acuerdo con la Gráfica 7, que se mantiene un patrón regular en la producción de tesis doctorales, exceptuando la acrofase observada en el año 1995, donde se evidencia la mayor producción de tesis a lo largo de los diez años analizados (45 tesis). También es notorio el nadir observado en el año 2001, donde hay un decrecimiento importante en la producción de tesis (sólo 14), 10 menos que las producidas en el año 1992, donde se había dado el anterior pico más bajo (24 tesis).
Área de Psicología Básica
En esta área fueron analizadas 235 tesis y cuenta con 257 profesores, lo cual indica una proporción de 0,91 (Tabla 13). En la Gráfica 2 se puede observar que el 58,75% de los profesores titulares de universidad y catedráticos de universidad de esta área no ha dirigido tesis de Psicología en el período analizado, con lo cual se indica que el total de las tesis en esta área son dirigidas por el 41,25% de los profesores. Los nueve profesores que han dirigido 5 o más tesis forman el grupo de los directores con mayor productividad, tal como se indica en la Tabla 3, y corresponden al 3,50% del total de profesores del área y han dirigido 63 tesis equivalentes al 26,81% del total de las tesis del área. Cabe destacar como el más productivo al profesor Heliodoro Carpintero Capel, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, quien ha dirigido 10 tesis doctorales de Psicología en el período analizado, equivalentes al 34,48% de las tesis del área en su Universidad; seguido por Francisco Manuel Tortosa Gil y Esteban Pérez Delgado, ambos catedráticos de la Universidad de Valencia, y quienes han dirigido 9 y 8 tesis, respectivamente, las cuales equivalen al 29,82% del total de tesis del área en su Universidad.
Entre las universidades con mayor productividad de tesis se encuentra, en primer lugar, la Universidad de Valencia, que, con 57 tesis realizadas ( 24,26% del total de tesis dirigidas en el área) y 25 profesores en esta área, presenta una proporción de 2,28 tesis por profesor. La segunda sería la Universidad de Almería, que cuenta con 7 tesis dirigidas y 4 profesores y tiene una proporción de 1,75. En los puestos tercero y cuarto, con un mayor número de tesis dirigidas que de profesores, se encuentran la Universidad del País Vasco, con una proporción de 1,57, y la Universidad de las Islas Baleares, con 1,33 tesis por profesor. Con el mismo número de tesis dirigidas y de profesores, es decir, una proporción igual a 1,00, aparecen la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad de Granada. El resto de universidades tiene una proporción menor, siendo la Universidad con menor productividad la Universidad Autónoma de Barcelona, con 16 profesores numerarios y tan sólo 5 tesis realizadas en los 10 años del estudio (Tabla 4).
La distribución por años no es lineal, tal como puede apreciarse en la Gráfica 7, encontrando continuas subidas y bajadas. Aunque la acrofase más llamativa se produce en 1999, donde se realizaron 40 tesis, el doble que el año anterior y 14 tesis más que el segundo año más productivo. Se evidencia una disminución en la producción de tesis en el año 2001.
Área de Psicología Social
En esta área fueron analizadas 263 tesis y un total de 198 profesores, lo cual indica una proporción de 1,33 tesis por profesor (Tabla 13). Los resultados encontrados en la Gráfica 3 muestran cómo el 58,59% (116) de los profesores de éste área no ha dirigido ninguna tesis durante el período analizado, con lo cual el total de las tesis del área (263) han sido dirigidas por el 41,41% de los profesores. Respecto a los profesores más productivos, es decir, los que más tesis doctorales han dirigido en esta área, sería importante mencionar que los 18 profesores con 5 o más tesis representan sólo el 9,09% del total de los profesores pertenecientes a dicha área, y son quienes han llevado a cabo la dirección de más de la mitad de las tesis dirigidas en Psicología Social (54,37%) (Tabla 5). También sería importante señalar que dentro de los directores más productivos el caso del Profesor José María Peiró Silla es muy relevante, pues cuenta con 27 tesis dirigidas en este período, equivalentes al 10,27% del total de tesis de su área y al 52,94% del total de tesis dirigidas en la Universidad de Valencia, a la cual pertenece; esto lo ubica sin lugar a dudas como el director más productivo de su área y el más productivo en general (Tabla 15).
Con respecto a la productividad por universidades se puede observar en la Tabla 6 que las cinco universidades con mayor productividad en el área de Psicología Social son: Autónoma de Madrid, Granada, Santiago de Compostela, Valencia y Murcia. Es conveniente destacar que, por motivos de criterio, señalados en el procedimiento, se han eliminado del análisis algunas universidades, aunque las tesis dirigidas en ellas se han tenido en cuenta para analizar la productividad del área, de los directores y la evolución temporal en la producción de tesis doctorales. En este caso se excluyeron las universidades de: A Coruña, Alicante, Pompeu Fabra, Rey Juan Carlos, Jaén y Miguel Hernández. De las universidades descartadas habría que destacar en esta área la de Miguel Hernández, que, aun siendo una universidad bastante joven, cuenta con un buen volumen de tesis en el área de Psicología Social (5 tesis con sólo 2 profesores), lo cual indica una proporción de 2,5 por profesor. Con lo cual, de haber sido incluida, ocuparía el tercer lugar en la lista de universidades más productivas, en Psicología Social, en cuanto a tesis doctorales se refiere. De igual manera es notorio que la universidad con menor productividad de tesis es la Universidad de las Islas Baleares, donde no se han dirigido tesis y se cuenta con 2 profesores, y la Universidad de Barcelona, donde sólo se han dirigido 7 tesis entre 20 profesores, obteniendo una proporción de 0,35 tesis por profesor.
En cuanto a la evolución por años de las tesis se puede observar en la Gráfica 7 que hay tres años importantes por su productividad, que son: 1995, 1997 y sobre todo 1999, con un número superior de dirección de tesis doctorales respecto a los demás años. Se observa, al igual que en las demás áreas, una disminución importante en la producción de tesis en el año 2001.
Área de Metodología de las Ciencias del Comportamiento
Esta área cuenta con 181 profesores y 133 tesis, lo cual indica una proporción de 0,73 tesis por profesor (Tabla 13). Es significativo que el 67,95% de los profesores no ha dirigido tesis en el período comprendido entre 1992 y 2001, lo cual supone que el total de tesis del área (133) ha sido dirigido por el 32,05% de los profesores del área (Gráfica 4). Entre los profesores más productivos del área se encuentran, en primer lugar, Constantino Arce Fernández, de la Universidad de Santiago de Compostela, y Rosario Martínez Arias, de la Universidad Complutense de Madrid, con 7 tesis dirigidas, respectivamente, entre 1992 y 2001. En segundo lugar se encuentra Concepción San Luis Costas, con 6 tesis dirigidas en este período, seguida de Vicente González Roma, José Muñiz Fernández, Juan Pascual Llobell y Guillermo Vallejo Seco, con 5 tesis dirigidas cada uno (Tabla 7). Estos profesores constituyen el 3,87% del total de profesores del área, quienes han dirigido entre 1992 y 2001 el 30,07% del total de tesis en el área de Metodología de las Ciencias del Comportamiento en dicho período.
Respecto a las universidades con mayor productividad en dirección de tesis doctorales entre 1992 y 2001 se puede observar que Santiago de Compostela, Málaga, Oviedo y Granada son las que tienen una mayor proporción de tesis por profesor (Tabla 8). Las universidades con una proporción 0, es decir, 0 tesis por profesor, son Almería, Girona e Islas Baleares.
Con respecto a la evolución temporal de las tesis doctorales, de acuerdo con la Gráfica 7, se puede indicar que el año 1995 es en el que se registró el mayor número de tesis dirigidas, con un total de 19, seguido del año 1994, donde se leyeron 17 tesis. Llama la atención el descenso observado en el año 2001, donde sólo se leyeron 8 tesis.
Área de Psicología Evolutiva y de la Educación
Esta área cuenta con 228 profesores y 293 tesis, con una proporción de 1,29 tesis por profesor, una de las mayores con respecto a las demás áreas (Tabla 13). Los resultados indican que el 54,82% del total de profesores no ha dirigido tesis doctorales en el transcurso de los años analizados (Gráfica 5). Los datos son claros con respecto a los profesores más productivos del área, en total 23, los cuales constituyen el 10,09% del total de profesores, quienes además han dirigido el 50,51% del total de tesis realizadas entre los años 1992 y 2001 (Tabla 9). Es de mencionar el caso de los profesores Pedro Hernández Hernández, de la Universidad de La Laguna, y Emilia Serra Desfilis, de la Universidad de Valencia, quienes han dirigido 12 y 11 tesis, respectivamente, lo cual los ubica como los directores con mayor productividad dentro de su área.
Al analizar, por otra parte, qué universidades tienen la mayor productividad en tesis, según se muestra en la Tabla 10, se puede observar cómo el grupo de las tres universidades con mayor producción de tesis lo constituyen Valencia, Autónoma de Madrid y País Vasco, respectivamente. Cabe destacar el trabajo realizado por la Universidad de Extremadura, donde, pese a que no se dispone de licenciatura de Psicología ni de programas de doctorado en Psicología, se ha producido un alto volumen de tesis (5) con respecto al número de profesores (2), que en el presente estudio se tienen en cuenta a la hora de contabilizar para el área y para el director, aun cuando, de acuerdo con los criterios, no se considere a la hora de analizar la productividad por universidades. Vale la pena mencionar que, en caso de haber sido incluida, se encontraría dentro del grupo de las universidades con mayor productividad (detrás de Valencia), gracias a la labor realizada por el profesor Florencio Vicente Castro.
Los resultados referentes a la evolución del número de tesis doctorales, pertenecientes al área de Psicología Evolutiva y de la Educación a lo largo del tiempo analizado y observados en la Gráfica 7, indican cómo se produce un aumento de tesis a partir de 1992 y durante los dos años sucesivos, realizándose 39 tesis en 1994. A partir de aquí, el número de trabajos varía durante los cinco años siguientes, destacando las 46 tesis realizadas en 1998, siendo éste el año de mayor producción para el área. Precisamente es a partir de este año donde se aprecia un decremento constante del número total de tesis hasta el 2001, en el cual se contabilizan tan sólo 15 trabajos.
Área de Psicobiología
En el área de Psicobiología hay un total de 122 profesores y se analizaron 88 tesis, lo cual supone una proporción de 0,72 tesis por profesor (Tabla 13). Los resultados indican que un 61,48% de los profesores no ha dirigido tesis en el período de 1992 a 2001, lo cual significa que el total de tesis fue dirigido por el 38,52% de los profesores del área (Gráfica 6).
Con respecto a los directores de tesis más productivos la Tabla 11 muestra que un total de 3 profesores, equivalentes al 2,46% del total, han dirigido 5 o más tesis, siendo, por tanto, los que tienen mayor productividad. Estos profesores son: Vicente Simón Pérez, de la Universidad de Valencia, con 6 tesis; Jorge Luis Arias Pérez, de la Universidad de Oviedo; y Francisco Navarro Humanes, de la Universidad de Málaga, con 5 tesis cada uno.
Las universidades con mayor productividad de tesis doctorales en el área de Psicobiología en este período, tal como lo muestra la Tabla 12, son Málaga, Sevilla, Oviedo y Valencia, destacando que las tres primeras universidades, contando con sólo dos profesores en el caso de Málaga y tres profesores en Sevilla y Oviedo, tienen el mismo o mayor número de tesis que Universidades con diez o más profesores.
La evolución temporal de las tesis observada en la Gráfica 7 indica que, para el área de Psicobiología, los años más productivos fueron 1999 y 2000, con 14 y 15 tesis, respectivamente, y el menos productivo 2001, con sólo 3 tesis doctorales realizadas.
Resultados generales
La información contenida en las tablas anteriores proporciona los datos referentes a aquellos directores que han dirigido más tesis doctorales, así como también las universidades más productivas en cada una de las áreas en el período analizado. Además se recoge la información referente a la productividad en tesis doctorales de acuerdo con las áreas académicas, tal como se aprecia en la Tabla 13. Sin embargo, también es importante resaltar los datos globales encontrados, de manera que se recoja la productividad de directores y universidades independientemente del área de la que se esté hablando y se presente, con estos datos, el panorama de la productividad en tesis doctorales de la Psicología española en general entre 1992 y 2001.
En la Tabla 14 se recogen los 10 directores de tesis doctorales de Psicología más productivos de España entre 1992 y 2001, independientemente del área a la que pertenezcan. De esta manera, se observa que el director que ocupa la primera posición es José María Peiró Silla, de la Universidad de Valencia, que cuenta con 27 tesis dirigidas entre 1992 y 2001. En segundo lugar, y con 13 tesis dirigidas, se encuentra Gonzalo Musitu Ochoa, que pertenece también a la Universidad de Valencia. La productividad de ambos directores, junto con Emilia Serra Desfilis y Francisco Manuel Tortosa Gil, también de la Universidad de Valencia y con 11 y 9 tesis, respectivamente, supone que Valencia tenga una representación del 40% en cuanto a la Universidad de pertenencia de los directores de tesis más productivos. Este dato anuncia la productividad de las universidades españolas que se verá más adelante.
Acerca de la productividad de las universidades en función de la proporción de tesis doctorales de cada una de ellas, obtenidas a través de la división del número de tesis dirigidas en cada universidad y promediado por el número de profesores titulares de universidad y catedráticos de universidad de la misma, los datos indican que, como anunciaba la información de la tabla anterior, es la Universidad de Valencia la que cuenta con una mayor proporción de tesis doctorales (Tabla 15). De esta manera, e interpretando los datos de esta tabla, se puede observar que en esta Universidad se produce una media de 1,78 tesis por profesor. A continuación, se encuentra la Universidad de Santiago de Compostela, en la que se produce una media de 1,62 tesis por profesor. En tercer lugar se encuentra la Universidad del País Vasco, con una media de 1,38 por profesor. Un análisis más detallado de estos datos permite observar la diferencia entre universidades y resaltar la importancia de considerar el número de profesores que tiene cada una, puesto que sólo así se realizará una estimación apropiada de la proporción real de las tesis que corresponden a cada universidad. En relación con esto, es importante destacar el caso de la Universidad Complutense de Madrid, que aun teniendo un alto número de tesis dirigidas (154), se ubica en la octava posición en la tabla, detrás de la Universidad de Granada, puesto que el número de profesores es mayor y, por lo tanto, esto afecta al número de tesis que se pueden realizar en la misma y que de hecho se realizan. Del mismo modo, universidades con un menor número de tesis quedan mejor posicionadas en la tabla, debido a que el número de profesores con el que cuentan también es menor. Otra información de utilidad que ofrece la Tabla 15 es que en la mitad de universidades la proporción de tesis por profesor no alcanza 1, lo que indica que en esas universidades no se logra una media siquiera de una tesis por profesor en un período tan amplio.
En la Gráfica 8 se muestra la evolución temporal de las tesis doctorales a través del período analizado, con independencia del área a la cual pertenezcan. Allí se puede evidenciar una acrofase en el año 1999 y una vertiginosa disminución en el año 2000, aunque mucho más pronunciada en el 2001.
Con respecto a las universidades es fundamental mencionar que, dadas las diferencias entre ellas en relación con su antigüedad y a la presencia no sólo de licenciatura de Psicología, sino de programas de doctorado en años recientes, no es posible, atendiendo a criterios de rigurosidad, hacer comparaciones directas entre ellas. Dado que se identificaron varias universidades públicas españolas donde se imparten los programas de doctorado de Psicología a partir de fechas posteriores al primer año considerado en el estudio, es decir, el año 1992, con lo cual no podrían contabilizarse tesis doctorales hasta pasados un mínimo de tres o cuatro años, se decidió no incluirlas en la Tabla general de productividad por universidades (Tabla 15), ya que esto perjudicaría la comparación, haciéndola inequitativa frente a las demás universidades; sin embargo, es importante hacer los comentarios pertinentes dada su contribución significativa a la producción académica a través de las tesis doctorales. Tal es el caso de la Universidad de Almería, en la cual se han dirigido 17 tesis y se cuenta con 21 profesores, indicando con ello una proporción de 0,81 tesis por profesor, considerando además que los primeros programas de doctorado se iniciaron en el curso 1993/1994. Igualmente, la Universidad de Girona donde con 15 profesores se han dirigido 12 tesis, indicando una proporción de 0,80. En esta Universidad los programas de doctorado comenzaron a impartirse en el curso 1994/1995. De la misma manera en la Universidad Jaume I de Castellón se han dirigido 17 tesis entre 24 profesores, es decir, 0,71 tesis por profesor, mientras que los programas de doctorado se iniciaron en el curso 1991/1992. Por su parte, la Universidad de Jaén, que inició sus programas de doctorado en Psicología en el curso 1999/2000, cuenta con 2 tesis y 8 profesores, indicando una proporción de 0,25. Por último, la Universidad Miguel Hernández, que inició sus programas de doctorado en el curso 1997/1999 y cuenta con 5 tesis y 2 profesores, indicando una proporción de 2,5 tesis por profesor (la mayor productividad entre todas las universidades analizadas). Estos datos son bastante importantes porque muestran la diferencia entre universidades de reciente trayectoria en cuanto a Doctorado se refiere frente a aquellas de mayor antigüedad. Es de indicar que si se esperara un crecimiento constante en la producción de tesis, algunas de estas universidades sin duda podrían estar en lugares destacados frente a la productividad en relación a otras universidades.
Discusión
La producción científica es, sin lugar a dudas, un índice del crecimiento de las diferentes disciplinas y en muchos casos un incuestionable criterio para valorar, al menos en parte, la calidad. Es un hecho además que cualquier dato, para ser considerado científico, requiere su divulgación, con lo cual cobra cada vez mayor importancia no sólo el promover la investigación, sino la comunicación científica. En este contexto la intención de la formación doctoral, además de fortalecer la suficiencia investigadora, es promover la difusión de los conocimientos científicos, contribuyendo con ello al avance de la disciplina o disciplinas en cuestión. De acuerdo con lo anterior, es indudable el valor que tienen las tesis doctorales dentro de la producción científica en el marco académico, pues al lado de otro tipo de trabajos constituyen lo que se denominaría la investigación académica. Además, es indiscutible que la universidad, por excelencia, debe constituirse en el centro para el fomento de la investigación, pues es de suponer que quienes tienen a su cargo la función de formación tienen la responsabilidad y el reto de estar a la vanguardia en el contexto científico.
El preámbulo anterior quiere conducir al lector a revisar con detalle los datos presentados en este estudio y, posteriormente, a reflexionar acerca de factores tan relevantes como la importancia de la formación doctoral en función de variables como el tema elegido, la universidad y el tutor seleccionados para dirigir el proceso. Todo esto en el marco de premisas fundamentales, como el objetivo que se persigue al realizar un doctorado, en el caso de los alumnos, o el interés que motiva a una universidad a ofertar determinados programas de doctorado. Además, supone e invita a una revisión constante de los programas, considerando asuntos de suma relevancia como, por ejemplo, el índice de éxito/fracaso, el cual con frecuencia no es tenido en cuenta (véase Agudelo et al., 2003). El presente estudio deja ver cómo es muy posible que muchos de los programas de doctorado impartidos en la actualidad no consideran estos aspectos y quizás ello explique los sorprendentes resultados hallados.
Los resultados presentados indican que en la totalidad de las áreas analizadas aparece un alto porcentaje de profesores que no ha dirigido tesis en los diez años que abarca el estudio. Aunque en este asunto puede influir el hecho de que muchos de los profesores titulares de universidad llevan poco tiempo en este cuerpo y, en consecuencia, no hayan tenido las mismas posibilidades para dirigir tesis que aquellos de mayor antigüedad, también es cierto que los datos muestran una gran proporción de profesores catedráticos de universidad y titulares de universidad con bastante antigüedad que tampoco han dirigido tesis. Aquí es importante mencionar que, a pesar de haberse considerado al inicio del estudio, dadas algunas reflexiones posteriores, se decidió no establecer ninguna comparación entre catedráticos de universidad y titulares de universidad, puesto que además de existir la variable de antigüedad, otro factor influyente y difícil de controlar es determinar la cantidad de tesis dirigidas por los catedráticos siendo titulares y las dirigidas siendo catedráticos, puesto que los datos aportados no discriminan en este asunto, haciendo así poco precisa la comparación. Ahora bien, ante datos tan elocuentes, en todos los casos superiores al 50%, cabría preguntarse por las razones para que en tanto tiempo no se haya dirigido alguna tesis. Valdría la pena analizar, a la hora de evaluar los sexenios de investigación, la producción de tesis doctorales, ya que constituyen un escenario propicio para estimar la capacidad del investigador, o, como dice Polaino (2002): «… ¿es que acaso dirigir la investigación de otros, que eso es dirigir una tesis, no es ya hacer investigación, hacer que otros la hagan?» (p. 369).
Tal como está concebida en la actualidad, la producción académica evaluada a través de las tesis tiene poco reconocimiento, pese a que la concesión de título de Doctor es una exigencia en diferentes ámbitos de la vida académica. La Ley Orgánica de Universidades (LOU) establece, por ejemplo, que para el caso de las universidades privadas al menos un 25% de los profesores deben ser doctores y además ser evaluados positivamente, insistiendo para esto en los criterios de evaluación propuestos por la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA), según los cuales se valora, además de otros puntos referidos a los recursos, la cualificación docente evaluada a través de la suficiencia investigadora, dando relevancia a las tesis doctorales dirigidas en los últimos seis años y a las iniciativas de formación de grupos de investigación integrados por diversos departamentos, universidades y otros centros especializados. De acuerdo con lo anterior, ¿cómo no otorgar valor a la dirección de tesis como tarea investigadora y a las tesis como producción científica?
Por otra parte, si al análisis anterior se suma el dato llamativo de los directores más productivos, considerados en el presente estudio a partir de la dirección de 5 o más tesis, resulta bastante importante considerar que la dirección de éstas en las distintas áreas no tiene una distribución muy homogénea, sino que indica que el mayor peso en la dirección de las tesis está en manos de pocos directores. ¿Qué supone esto? probablemente indica que la elección de un tutor se basa en muchos casos, como debería ser, en la trayectoria y conocimiento que se le atribuye o se le reconoce a determinados directores. Este dato es bastante importante, puesto que sin lugar a dudas el mayor aprovechamiento y, en todo caso, la mayor probabilidad de alcanzar el éxito en un programa de doctorado está relacionado con la adecuada elección del director de tesis, puesto que si es alguien que además de dominar un área del conocimiento, y en consecuencia ser experto, reúne características de investigador, coordina grupos de trabajo, pertenece a redes de comunicación científica y pública, con toda seguridad será más idóneo para dirigir un proceso de investigación (Agudelo et al., 2003). Ahora bien, un dato relevante sobre el cual merece la pena reflexionar es lo que pasaría si la producción de los 1.269 profesores incluidos en el estudio siguiera un patrón similar, en la producción de tesis, al que mantienen los 10 directores de tesis más productivos en España, quienes han dirigido en los 10 años analizados un total de 120 tesis. Si esto fuera así, el número de tesis sería 15.228 y no 1.344 como aparece indicado en el presente trabajo. Aunque este dato puede resultar muy elevado, e incluso escandaloso, realmente no lo es, por cuanto significaría una proporción anual de 1,2 tesis por profesor, lo cual es razonable; sin embargo, desde luego un número tan elevado de doctores podría ocasionar otra serie de dificultades a nivel del campo laboral, por ejemplo, pero esto remite entonces a una cuestión que ya se plantean muchos programas de doctorado y que tiene que ver con las políticas de admisión. Así, mientras más ajustados sean los criterios, probablemente el ingreso a dichos programas sea menor, pero también esto puede representar una disminución en los índices de deserción, ya que es más probable que estos ingresos estén condicionados a la inclusión del doctorando en proyectos de investigación, dentro de líneas concretas y bien establecidas que pueden aumentar la probabilidad de culminar con éxito el doctorado.
Dentro de la misma línea de los profesores más productivos no podría dejar de mencionarse el caso del Dr. José María Peiró Silla, quien en el período analizado ha dirigido 27 tesis, lo cual desde luego indica el trabajo, el esfuerzo y el compromiso con la investigación. Este dato lo ubica como el director más productivo de su área al ser el responsable de la dirección del 10,27% del total de tesis en su área y del 52,94% del total de tesis del área de Psicología Social en la Universidad de Valencia. Vale la pena apuntar aquí que, dadas las condiciones de la base de datos, sólo se contabilizaron las tesis donde cada profesor aparece como director, mientras que las tesis codirigidas no fueron tenidas en cuenta, puesto que no hay en la base de datos ningún campo que permita acceder a esta información.
Es importante considerar que desde luego en casos como el del Dr. José María Peiró Silla, o aquellos otros directores que tienen un porcentaje alto de dirección de tesis en sus universidades, la ubicación de estas últimas en la tabla general de productividad se vería afectada si ellos no estuviesen en esa Universidad. En el caso de Valencia pasaría de ocupar el primer lugar a estar en el tercero. Algo similar ocurre en la Universidad de Oviedo, que pasaría de ocupar la quinta posición a ocupar la novena si el Dr. Serafín Lemos Giráldez no hubiera dirigido allí sus tesis en el período analizado. De igual forma, la Universidad Autónoma de Barcelona pasaría a estar en los últimos lugares de no ser por la producción de la Dra. Edelmira Domenech Llaberia. Obviamente, estos datos se basan en el supuesto de que, de acuerdo con el comportamiento observado en cada una de las áreas, no hubiera otro profesor con un número de tesis igual o superior al de las personas enunciadas y que se siga el patrón del alto porcentaje de directores que no ha dirigido tesis.
Un dato bastante importante se refiere a la productividad a través de las diferentes áreas analizadas, observándose que la proporción de tesis por profesor difiere de unas a otras, pero, sin embargo, es realmente baja con respecto a lo que podría esperarse en función del tiempo analizado y del número de profesores, además del número de estudiantes de doctorado de Psicología en cada Universidad, que, aunque no se conoce con precisión y no se analiza en el estudio, se presume que es alto cada año o por lo menos muy superior al volumen de tesis que se dirigen (en la Universidad de Granada, por ejemplo, la relación entre estudiantes matriculados en Tercer Ciclo y la producción de tesis es del 10%, según los datos de Sevilla, 1996). Así, el área donde la proporción de tesis por profesor es mayor es Psicología Social, donde se cuenta con 1,33 tesis por profesor, mientras que el área con la menor proporción es Psicobiología, con 0,72 tesis por profesor (ver Tabla 13). En este punto hay que analizar con cuidado los datos, pues confirman lo expuesto acerca de las universidades donde no se dirige ni una tesis por profesor (titular y catedrático), pero además requiere considerar también que en todos los casos esta proporción se alcanza gracias a la labor de un grupo de profesores inferior al 50%, aunque según las áreas y las universidades este porcentaje puede aparecer más o menos repartido, en función de la presencia de directores con un alto volumen de tesis con respecto a los demás de su área y su universidad. Uno de los casos más llamativos, sin lugar a dudas, es el del Dr. José Francisco Navarro Humanes, quien dirige el 100% de las tesis de Psicobiología en la Universidad de Málaga, lo cual lo ubica como el director más productivo de su área en dicha universidad y como el tercero más productivo en su área en todas las universidades analizadas. Así, la ausencia de sus tesis supondría que la Universidad de Málaga pasara de ocupar la primera posición en la tabla de universidades más productivas en el área de Psicobiología, a ocupar casi el último lugar. Igual es el caso de la Dra. Mª Carmen Luciano Soriano, quien ha dirigido también el 100% de tesis en el área de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico en la Universidad de Almería. De manera similar sucede con la Dra. Rosario Martínez Arias, quien ha dirigido 7 de las 9 tesis del área de Metodología de las Ciencias del Comportamiento en la Universidad Complutense de Madrid. Este caso es aún más llamativo, puesto que en esta universidad esta área cuenta con más profesores que en las mencionadas anteriormente. De acuerdo con lo anterior, los resultados de estas universidades se verían afectados considerablemente si dichos profesores no hubieran dirigido allí sus tesis. Valdría la pena analizar las razones que hacen tan diferentes los datos entre las áreas, es decir, cómo puede explicarse que ciertas áreas ofrezcan datos tan diferentes acerca de las tesis doctorales. ¿Existirán diferencias en cuanto a la probabilidad de éxito en un doctorado según el área en la cual se realice? ¿Podría pensarse que hay mayor abandono de la formación doctoral en unas áreas que en otras? ¿A qué obedece esta situación? Muy probablemente con los datos que contiene el presente estudio estas preguntas no puedan ser respondidas, lo cual abre una de las posibilidades de investigaciones futuras en la línea de la formación doctoral.
Con respecto a la productividad por universidades es conveniente indicar cómo las diferentes universidades se comportan de manera diferente a como tradicionalmente se las ha clasificado en anteriores estudios (Civera y Tortosa, 2001; Mestre y Pérez-Delgado, 1991). Esto desde luego está marcado por la utilización de criterios de ponderación a la hora de analizar y presentar los datos, lo cual, obviamente, será más ilustrativo de la realidad, puesto que de otra manera las comparaciones no son justas y las atribuciones son erróneas, tal como lo plantean Agudelo et al. (2002). Es de considerar el alto índice de universidades donde la proporción de tesis por profesor no alcanza a 1, lo que indica que un alto porcentaje de profesores catedráticos de universidad y titulares de universidad no ha dirigido ni una sola tesis durante los diez años considerados en el estudio.
Es particularmente llamativo cómo algunas universidades de menor trayectoria y menor antigüedad representan mayores índices de productividad en cuanto a tesis doctorales. También es necesario indicar que, de acuerdo con los criterios establecidos para determinar la inclusión de las universidades en las diferentes clasificaciones, fueron excluidas universidades cuya producción de tesis es considerablemente alta, incluso sin contar con licenciatura de Psicología ni programas de doctorado, o que, contando con ellos, son apenas nacientes. Esto es importante porque muestra la productividad de aquellas que, aun siendo jóvenes, representan un peso importante con respecto a aquellas otras de mayor antigüedad y prestigio, y en el caso de las que no tienen licenciatura de Psicología o programas de doctorado con más de cinco años, indica el peso que otros programas y determinados directores tienen frente a la producción de tesis. En este sentido, es de mencionar la Universidad Miguel Hernández porque siendo bastante joven muestra un significativo índice de productividad en el área de Psicología Social. Asimismo, la Universidad de Extremadura, que, pese a carecer de licenciatura de Psicología, da cuenta de una alta proporción de tesis en el área de Psicología Evolutiva y de la Educación, al igual que la Universidad de Valladolid, en donde tampoco hay licenciatura de Psicología.
Es necesario señalar lo observado con respecto a la Universidad de Valencia, que, en general, aparece como la que presenta mayor productividad en tesis doctorales y que además en la Tabla 14, que recoge los directores más productivos, tiene una aportación bastante alta, lo cual desde luego indica que se constituye como la universidad con mayor productividad de tesis doctorales en el período analizado, no sólo por el número de tesis de acuerdo con el número de profesores, sino por la presencia de 4 de los 10 directores más productivos de la Psicología en España. Este tipo de información puede resultar bastante útil para futuros alumnos de doctorado, pues parece claro que la probabilidad de doctorarse puede ser mayor o menor en función de la Universidad y el director de tesis que se elija.
No podría dejar de mencionarse el caso de universidades en donde, debido a la ausencia de un director con alta productividad, tal como es el caso de la Facultad de Psicología de la Universidad de Sevilla con el Dr. Alfonso Blanco Picabia, se han dejado de contabilizar un elevado número de tesis, puesto que de acuerdo con los criterios utilizados en esta investigación, éstas se contabilizan para el área a la cual pertenece el profesor y en este caso concreto ya no pertenece a ninguna área de Psicología, aun cuando muchas de sus tesis fueron dirigidas a doctorandos en esta disciplina. Casos como éste afectan desde luego la ubicación de las universidades en la tabla general de productividad. En el caso concreto del Dr. Alfonso Blanco Picabia si no hubiera cambiado de área de conocimiento, la Universidad de Sevilla, que aparece en último lugar en productividad del área de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico (Tabla 3), quedaría en el octavo lugar si se contabilizaran las tesis dirigidas por él.
Con respecto a la evolución temporal de las tesis se observan diferencias entre las áreas, sin embargo, llama la atención la presencia de acrofases en determinados años que hace suponer, probablemente, que coinciden con modificaciones en la normativa del doctorado que ha supuesto el incremento acelerado con respecto a los años precedentes. Esto puede entenderse en el aumento observado en el año 1999, de acuerdo con la Gráfica 8, puesto que en el año 1998 se produjo una modificación a través del Real Decreto del 30 de abril, con lo cual se podía esperar que aumentara el número de tesis en el siguiente año (D. Sevilla, comunicación personal, 6 de marzo, 2003). En la misma línea es notorio el decrecimiento observado en el año 2001 para todas las áreas, lo cual, desde luego, haría pensar que algo ha ocurrido en dicho año, podría tratarse o bien de una deficiencia en la base de datos, por cuanto es esperable que a la fecha de recolección de la información aún no se tuvieran los datos completos del año 2001, o bien que, durante ese año, hubo menos tesis porque menos personas culminaron el Doctorado. Este descenso resulta aún más preocupante si se asume que el número de estudiantes admitidos a programas de doctorado en los 10 años es considerablemente mayor al número de tesis que han sido realizadas. No obstante, y en relación con el conjunto de resultados acerca del volumen de tesis por universidad, este dato de la evolución temporal hace pensar necesariamente en una cuestión de gran relevancia en torno a la formación doctoral y es el referido al índice de éxito/fracaso que evidencian los alumnos de doctorado y que también desde luego afecta a la productividad y sobre todo a la eficiencia de los programas. En este contexto habría que considerar los asuntos que influyen en mayor o menor medida en la culminación o el abandono de un programa doctoral. Sin lugar a dudas un primer asunto tiene que ver con las motivaciones que conducen a una persona a realizar el doctorado, puesto que no será la misma motivación la de alguien que aspira alcanzar una plaza en docencia que la de otra persona cuyo interés es alcanzar un mayor grado académico o la de un tercero que pretende profundizar en determinada área del conocimiento o perfeccionar su desempeño en la investigación. De la misma manera, tampoco será igual la condición de quien se aproxima por primera vez a la investigación a través del doctorado que la de quien tiene una trayectoria más amplia a este nivel.
Otro aspecto que probablemente ejerce su influencia a la hora de culminar o abandonar tiene que ver con la cantidad de tiempo invertido cuando muchas de las personas que lo realizan trabajan simultáneamente en otras actividades que no tienen que ver con investigación, lo cual hace que los procesos de elaboración de tesis se prolonguen a veces indefinidamente. Sin embargo, también está el caso de quienes se encuentran desempleados durante la formación doctoral, lo cual supone dificultades a la hora de generar ingresos para garantizar su estabilidad económica durante la duración del doctorado, con lo cual muchos tienen que abandonar o nuevamente aplazar la elaboración de la tesis. Esto remite a un problema mayor en cuanto a las políticas educativas, donde desde luego se evidencia un bajo apoyo a la investigación expresado en la poca oferta de becas y apoyo a proyectos de investigación, en función de una alta demanda que hace muy competitivo el logro de uno de estos beneficios, además de la tremenda presencia de obstáculos administrativos y burocráticos que tienen que sortear quienes aspiran a una beca o a la financiación de un proyecto (véase Agudelo et al., 2003). Otro factor que puede influir en el éxito o fracaso en un programa de doctorado es, desde luego, el carácter del proyecto de tesis que se plantea, puesto que cuando los proyectos están mal formulados, son demasiado ambiciosos o poco claros, desde luego la posibilidad de culminar con éxito es más reducida. En la misma línea, y como se mencionó anteriormente, es probable que también influya no sólo el número, sino la selección de los estudiantes de doctorado, puesto que es muy posible que cuando las tesis se enmarcan dentro de proyectos I + D, lo cual limita el número y el tipo de estudiantes, el índice de éxito sea mayor.
De acuerdo con lo anterior sería interesante analizar, en detalle, la proporción de estudiantes que inician un doctorado frente a quienes lo concluyen, pues a pesar de que los datos aportados podrían indicar que esa proporción es baja sólo son datos intuitivos, pero carecen del rigor necesario para ser planteados. También sería conveniente considerar, sabiendo que España es uno de los destinos preferidos por los latinoamericanos para realizar estudios de doctorado, qué proporción de estos estudiantes llegan a ser doctores, puesto que seguramente en su caso inciden otros factores que median entre el éxito o el fracaso frente a un doctorado.
Finalmente, es necesario mencionar las limitaciones encontradas a la hora de realizar el estudio. Sin lugar a dudas, el acceso a la información resulta mucho más fácil al disponer de una base de datos especializada en las tesis doctorales, como es el caso de TESEO. Sin embargo, hay una serie de inconvenientes en su manipulación que dificultan el trabajo. Un primer aspecto y probablemente el responsable de las mayores, sino todas, limitaciones encontradas se refiere al poco cuidado con que se diligencian las fichas en las distintas universidades; estas fichas contienen la información que posteriormente alimenta la base de datos, con lo cual si están cumplimentadas de forma imprecisa e incluso errónea es prácticamente imposible detectar y corregir el error. Así, se encuentra que muchas de las fichas no se rellenan en todos los campos requeridos, dejando espacios muy importantes sin información, o incluyendo información que no es correcta y que luego impide una obtención precisa de la información sobre las tesis. Un aspecto importante y responsable seguro de muchas imprecisiones en estudios previos se debe a la utilización inadecuada del campo destinado a los llamados «Descriptores», que se refieren a los conceptos claves que identifican la tesis. Este dato, que podría ser bastante útil a la hora de analizar las tesis en función de la temática o área a la cual pertenecen, resulta ser quizás uno de los más inadecuados, puesto que además de no contener información realmente ilustrativa acerca de la tesis obvia la utilización de los términos sugeridos desde la misma base de datos como más apropiados, siguiendo la clasificación propuesta por la UNESCO. Así, se eligen muchos descriptores que no favorecen la obtención de la información requerida.
Estas limitaciones, a la hora de obtener la información, impiden el avance en la recolección de los datos y suponen dificultades que conllevan a recurrir a medidas de comunicación directa con las personas implicadas para aclarar la información encontrada, lo cual siendo muy beneficioso supone la destinación de mayor tiempo y da lugar, desde luego, a posibles sesgos, puesto que este recurso se emplea sólo en casos donde la duda no se puede resolver entre los investigadores, pero deja abierta la posibilidad de haber tomado decisiones imprecisas en base a la información disponible.
En la misma línea también es de anotar la limitación encontrada con la lista de profesores proporcionada por la Dirección General de Universidades, donde pueden aparecer los nombres de los docentes de manera diferente a como aparecen en la base de datos, lo cual limitó la búsqueda ya que ésta se restringió en función de los datos oficiales proporcionados. No obstante, se procuró ajustar al máximo los criterios para sino evitar, al menos limitar este tipo de errores.
Resta decir que estudios de esta índole resultan ser bastante ilustrativos y necesarios para ofrecer información actualizada y más precisa sobre el panorama académico español y ponen de manifiesto la necesidad de evaluar constantemente la manera de trabajar al llamar la atención acerca de las implicaciones que conlleva hacer estudios descriptivos, en el caso de los investigadores; diseñar y dirigir programas de doctorado, en el caso de los cuerpos docentes y administrativos de las universidades; dirigir tesis e investigaciones, en general, en el caso de los profesores; administrar los recursos informáticos, en el caso de las instancias que tienen a su cargo la organización y distribución de la información; y, finalmente, elegir las condiciones para la formación doctoral, en el caso de los alumnos. Todo esto enmarcado desde luego en el interés por alcanzar objetivos de excelencia que posicionen al país dentro de los estándares de calidad deseados.
A modo de conclusión final, los autores del presente estudio consideran que la mayor o menor productividad entre autores, áreas de conocimiento y universidades, radica, en definitiva, en las distintas motivaciones y modos de trabajar de los profesores. Es decir, los directores más productivos hacen algo diferente que les permite establecer una diferencia marcada con respecto a los demás profesores. Parece que su forma de trabajo es más efectiva y más eficiente. Por esta razón, se ha realizado un segundo estudio en el cual se recogen las opiniones de los directores más productivos en cada una de las áreas de la Psicología, en torno a temas relacionados con la formación doctoral (véase Agudelo et al., 2003).
Agradecimiento
Los autores expresan su agradecimiento al Dr. Andrés Catena Martínez por la revisión del manuscrito y los aportes metodológicos.
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