La revista Psicothema fue fundada en Asturias en 1989 y está editada conjuntamente por la Facultad y el Departamento de Psicología de la Universidad de Oviedo y el Colegio Oficial de Psicología del Principado de Asturias. Publica cuatro números al año.
Se admiten trabajos tanto de investigación básica como aplicada, pertenecientes a cualquier ámbito de la Psicología, que previamente a su publicación son evaluados anónimamente por revisores externos.
Psicothema, 2003. Vol. Vol. 15 (nº 3). 504-505
Bryan Kolb e Ian Q. Whishaw
Editorial McGraw Hill, Madrid, 2002
REVISION DE LIBROS/BOOK REVIEW
En el ámbito de la Psicología se recuerda con especial agrado el clásico texto de Bryan Kolb e Ian Q. Whishaw Fundamentos de Neuropsicología Humana (Editorial Labor), que muchos de nosotros hemos utilizado especialmente y cuya descatalogación ha motivado más de una búsqueda infructuosa por las librerías de antiguo. Por eso, cuando se empezaba a rumorear la aparición de un texto en castellano de los mismos autores, aun antes de conocer de cuál se trataba, se desató una justificada expectación en círculos docentes y científicos. Tanto si se trataba de una reedición del clásico como si se trataba de una nueva obra, seguro que podría satisfacer las expectativas más exigentes.
El presente texto sobrepasa los límites de la Neuropsicología, contenido fundamental del texto de 1986, para hacer un recorrido por las diferentes disciplinas que configuran la Neurociencia. Genética, Neurofisiología, Psicofarmacología, Psicología Fisiológica o, por supuesto, Neuropsicología, encuentran acomodo en las casi seiscientas páginas de ameno texto. Todo ello con un persistente interés por los aspectos clínicos, ya que, en palabras de los propios autores: «El material clínico ayuda a hacer la Neurobiología particularmente importante para aquellos que van a ser profesionales de la Psicología, Trabajo social u otras ocupaciones relacionadas con la salud mental, así como para los estudiantes que se forman en ciencias biológicas» (p. XVII). Y ese interés se manifiesta no sólo en alusiones constantes, sino también en la inclusión de numerosos cuadros de texto que hacen referencia a síndromes o trastornos relacionados con los contenidos de cada tema o apartado.
Como el propio título indica, se trata de una introducción al estudio de la relación entre el cerebro y la conducta. Pero esto no debe llevarnos a engaño, no se trata de un texto superficial. Es una introducción porque tratar de reflejar la relación entre la actividad cerebral y la conducta requeriría no sólo un volumen, sino probablemente toda una colección. Se trata de una introducción porque los autores han tratado de incluir todos los tópicos que deben ser considerados en un recorrido coherente por el ámbito de la Neurociencia y así, desde aspectos conceptuales básicos hasta la justificación de los modelos animales en experimentación, los autores nos llevan por los caminos de la organización cerebral, la neuroquímica de las neuronas, los procesos sensoriales o motóricos, las drogas, el sueño o los procesos superiores. Los propios autores asumen no haber respetado la organización tradicional de los contenidos que suele ser habitual en libros de esta temática. Y lo asumen porque reconocen que han seguido una organización más transversal en función de las necesidades comprensivas de cada uno de los capítulos. De esta forma, podemos encontrarnos con un capítulo concreto donde coexisten tanto contenidos referente a metodología básica de investigación relacionada con el objeto del capítulo como sus relaciones con algunos de los trastornos que se explican en sus páginas. Así, por ejemplo, si nos fijamos en el capítulo nueve, que trata esencialmente de la audición, podemos ir desde la física del sonido hasta diferentes alteraciones de la percepción auditiva en pacientes con daño cerebral, quedando un resquicio incluso para hablar de la ecolocalización en los murciélagos.
La organización de la información en cada capítulo está pensada de una manera altamente didáctica, ya que compartimenta los contenidos en apartados no demasiado grandes con numerosas negrillas que permiten localizar términos clave en el texto. A esto se añade una completa galería de figuras y esquemas ciertamente oportuna y correctamente diseñada que sirven de útil soporte al texto. Esto tiene una relevancia fundamental, ya que la comprensión de determinados pasajes podría quedar seriamente comprometida para muchos estudiantes de Psicobiología y Neurociencia si no fuera por el apoyo de figuras que, incluso, podrían llegar a sustituir al texto, al menos, en lo que a comprensión básica se refiere. Sin embargo, el interés pedagógico de los autores no se ha limitado a la inclusión de las figuras, ya que hay otros aspectos de innegable utilidad como las revisiones parciales que intercalan en los capítulos y que permiten al lector hacer una especie de recapitulación de lo leído últimamente. Además cada capítulo termina con un índice de términos clave que permite localizarlos en el texto, unas cuantas preguntas de revisión para que el lector se autoevalúe, algunas cuestiones abiertas para reflexionar sobre aspectos relacionados con el contenido del capítulo y, por último, unas cuantas recomendaciones bibliográficas comentadas, algo de agradecer frente a la costumbre de recomendar bibliografías indiscriminadamente sin la menor alusión al interés concreto que poseen los diferentes textos que se citan.
A lo largo de los quince capítulos del libro nos vamos a encontrar los contenidos más habituales en este tipo de obras pero articulados en torno a la idea central, es decir, el estudio de la relación entre el cerebro y la conducta. Los propios autores lo puntualizan: «Hemos destacado la relación entre el cerebro y la conducta en cada capítulo […]. Posteriormente, en el capítulo dedicado a la cuestión de cómo aprendemos, exploramos cómo las interacciones entre los diferentes componentes del cerebro hacen posible nuestras conductas más complejas, tema que habitualmente se reserva para una discusión de los procesos cognitivos» (p. XVI). Así, podemos leer sobre los orígenes del cerebro y la conducta (Capítulo I) o sobre la organización del cerebro (Capítulo II), sobre el funcionamiento de los componentes cerebrales (Capítulos III, IV y V), sobre los sistemas sensoriales y motóricos (Capítulos VIII, IX y X) o sobre la memoria, el aprendizaje y la cognición (Capítulos XIII y XIV). Mención especial merece el capítulo quince y último del libro donde, en la primera parte del mismo, se hace una revisión de los principales asertos que sobre el cerebro y la conducta se han venido sosteniendo a lo largo del libro con referencia a los capítulos en los cuales se ha abordado el tema o se ha hecho algún tipo de referencia al mismo. Esto permite una nueva forma de utilizar el libro y es que es posible centrar nuestro nivel de estudio sobre una característica de la relación entre el cerebro y la conducta para posteriormente localizar la información necesaria en los diferentes capítulos del texto. Este capítulo concluye con lo que ha sido una constante a lo largo del libro, el enfoque clínico. Aborda, por tanto, las bases biológicas de la enfermedad mental, con especial atención a la esquizofrenia y los trastornos afectivos, para concluir presentando brevemente los principales tipos de intervención terapéutica. Un apéndice final reflexiona sobre el por qué de la utilización de modelos animales en la investigación científica, cuestión esta polémica y controvertida de la que se pueden extraer diferentes lecturas según el posicionamiento de cada uno. El de los autores es claro a favor de su uso (como era de esperar), ya que, si bien incluyen argumentos en pro y en contra de la utilización de animales en investigación, abundan más en los primeros, pero, eso sí, sin otorgar patente de corso a cualquiera que se llame a sí mismo científico para utilizar animales sin un mínimo de coherencia investigadora. Por eso, termina el apéndice con un par de apartados dedicados a la legislación sobre uso y cuidado de animales de investigación y algunas directrices éticas planteadas por sociedades dedicadas a la protección de los animales.
En resumen, podemos decir que nos encontramos ante un libro que puede convertirse en una herramienta útil para los estudiantes que cursen asignaturas de contenido psicobiológico o neurocientífico en titulaciones como Psicología, Pedagogía o Medicina. Tanto los contenidos como la presentación de los mismos resultan atractivos, sin menoscabo del rigor imprescindible en obras de este tipo y sin descuidar aspectos pedagógicos que faciliten el acercamiento, comprensión y utilización de los contenidos por parte de los usuarios, bien sean estudiantes o profesionales. Si el texto que estos mismos autores publicaron en 1986 (edición española) se convirtió en un clásico de referencia cuando se hablaba de Neuropsicología, el presente puede convertirse en un clásico de la Psicobiología y la Neurociencia, sobre todo en el ámbito académico, ya que tanto el enfoque de los contenidos como la presentación de los mismos lo convierten en un atractivo y útil manual para los estudiantes de Psicobiología y Neurociencia, tanto de primer y segundo ciclo como de doctorado.