La revista Psicothema fue fundada en Asturias en 1989 y está editada conjuntamente por la Facultad y el Departamento de Psicología de la Universidad de Oviedo y el Colegio Oficial de Psicología del Principado de Asturias. Publica cuatro números al año.
Se admiten trabajos tanto de investigación básica como aplicada, pertenecientes a cualquier ámbito de la Psicología, que previamente a su publicación son evaluados anónimamente por revisores externos.
Psicothema, 2003. Vol. Vol. 15 (nº 3). 401-406
Josep Baqués, Dolores Sáiz y Milagros Sáiz
Universidad Autónoma de Barcelona
El «Cuestionario sobre recuerdo de personajes y sucesos del pasado», una prueba diseñada para la medida de la memoria retrógrada que permite evaluar la memoria sobre información de dominio público de las últimas cinco décadas, fue administrado a 187 sujetos (86 hombres y 101 mujeres) de diferentes edades sin déficits cognitivos conocidos y a 23 pacientes (5 hombres y 18 mujeres) con diagnóstico de demencia. Los resultados muestran que esta prueba es capaz de detectar diferencias en memoria remota entre diferentes grupos de edad, así como entre ancianos sin déficits cognitivos y pacientes con diagnóstico de demencia de la misma edad.
Assessment of retrograde memory through a recall questionnaire of famous people and public events. Retrograde memory was assessed by means of the «Cuestionario sobre recuerdo de personajes y sucesos del pasado», a test of memory for famous people and public events from the last five decades. The questionnaire was administered to 187 subjects (86 men and 101 women) from a wide range of age, and to 23 patients with dementia (5 men and 18 women). Results indicate that the questionnaire is able to detect differences in remote memory among ages. Differences in remote memory between normal subjects and patients with dementia matched on age are also found.
El estudio sobre los problemas relacionados con la vejez ha generado un notable número de investigaciones (Sáiz, Baqués y Sáiz, 1998; Sáiz, Fernández, Valldeneu y Sáiz, 2000), muchas de ellas preocupadas por las variaciones que experimentan los procesos cognitivos con el transcurso de la edad. Así, los estudios evolutivos realizados desde la Psicología y desde la Neuropsicología han ido contribuyendo a la descripción de las funciones cognitivas que son más sensibles a los efectos de la edad. La memoria se ha visto desde esos estudios como una función que va declinando de forma progresiva a lo largo de toda la vida adulta y la «pérdida de memoria» ha sido presentada como una queja frecuente entre la población anciana (Belsky, 1996). Sin embargo, cada vez está más claro que la alteración de la memoria en el envejecimiento no es unitaria ni afecta a todas sus modalidades de la misma forma. Así, por ejemplo, las personas ancianas realizan las tareas de memoria implícita a un nivel similar a los adultos jóvenes (Light y La Voie, 1993). Igualmente, ciertos tipos de memoria semántica como el conocimiento de vocabulario no sufren un decaimiento con la edad (Park et al., 1996). Incluso se ha demostrado que las diferencias entre adultos jóvenes y viejos desaparecen según el tipo de tarea utilizada para la medida de memoria (Park, Puglisi y Smith, 1986).
Hasta la década de los 70 las medidas de memoria fueron fundamentalmente de tipo directo y asociadas a tareas similares a las utilizadas en el laboratorio (memoria verbal, memoria visual, etc.) midiendo generalmente memoria a corto plazo. A partir de esa fecha, poco a poco, se han ido introduciendo trabajos que tratan de aportar información sobre la ejecución de la memoria en situaciones cotidianas, o que recogen medidas de otros sistemas de memoria y que proporcionan información sobre tareas más funcionales y menos mecánicas como recordar caras o nombres, la ubicación de los objetos, una historia o relato, números de teléfonos, o, incluso, las noticias de la televisión (Adams, Labouvie, Hobart, y Dorosz, 1990; Crook y Larrabee, 1992; Sharps y Gollin, 1988; Stine, Wingfield y Myers, 1990; West y Crook, 1990, entre otros). En esta línea, el recuerdo de aspectos relacionados con la memoria retrógrada o remota se ha venido utilizando como un índice bastante discriminativo de los desórdenes de memoria (Storandt, Kaskie y Von-Dras, 1998; Dorrego et al., 1999; Poliakoff y Meudell, 2000; Viskontas, McAndrews y Moscovitch, 2000; Rapcsak, Nielsen, Littrell, Glisky, Kaszniak y Laguna, 2001, por citar algunos trabajos recientes). Concretamente, en psicopatología, se ha venido utilizando la terminología amnesia retrógrada al referirse al fenómeno de pérdida de memoria para acontecimientos que han ocurrido antes del inicio del traumatismo cerebral u otro tipo de deterioro (Hodges, 1995). Dentro de esta patología se señalan pérdidas relacionadas con memoria de personas o pérdidas relacionadas con la memoria de acontecimientos –ya sean de aspectos personales o públicos–, a los que podrían añadirse, también, aspectos relacionados con la pérdida de conocimientos semánticos. En este ámbito, pues, las pruebas más usualmente utilizadas en la medición de la memoria remota serían tests de recuerdo de acontecimientos o personajes públicos y tests de memoria autobiográfica, a los que en algunas ocasiones se añaden también tests de conocimientos semánticos. Sin embargo, dado que los tests de memoria autobiográfica han de ser contrastados con la información que puedan aportar los familiares del paciente y los tests de conocimientos semánticos están fuertemente cargados de factores culturales, educativos e intelectuales, son especialmente interesantes los tests de memoria remota pública que pueden ser aplicados sin necesidad de contar con información de terceras personas y que están menos cargados de factores educativos e intelectuales, puesto que al basarse en personajes o acontecimientos públicos de relieve minimizan todos estos aspectos. Existen, sin embargo, pocos instrumentos comercializados de memoria remota pública, ya que continúa siendo difícil el poder establecer la representatividad de los personajes y controlar las posibles variables que puedan todavía concurrir en su estandarización (repetición en los medios de comunicación, sesgo cultural, tipo de intereses de las personas, nivel de exposición que han tenido a los medios de comunicación, etc.). A pesar de estos problemas, este tipo de tests se continúan utilizando porque se considera que ofrecen información interesante (Greene y Hodges, 1996; Kazui et al., 2000; MacKenzie-Ross y Hodges, 1997; Fama, Sullivan et al., 2000; Fama, Shear et al., 2001; Shum y O’Gorman, 2001, entre otros).
Nuestro trabajo se sitúa en esta línea de medición de la memoria remota a través del recuerdo de personajes famosos y de información sobre noticias de dominio público. Por la información de que disponemos no existe en lengua española una prueba estandarizada específicamente diseñada con tal propósito y que sea capaz de diferenciar la memoria remota de una persona en función de las distintas etapas del pasado estudiadas. Por otro lado, aunque existen estudios españoles que intentan comparar el rendimiento entre sujetos con envejecimiento normal y sujetos con demencia (Muñoz, Iruarrizaga, Miguel y Cano, 1995; Peraita-Adrados, Galeote y González, 1999; Peraita-Adrados, González, Sánchez y Galeote, 2000; Sebastián y Elosúa, 2002, entre otros), tampoco se ha analizado esta medida en este tipo de pacientes. El «Cuestionario sobre recuerdo de personajes y sucesos del pasado» (Baqués, 1999) ha sido construido para tal fin y proporciona una medida subjetiva de recuerdo y otra objetiva de reconocimiento sobre información pública de las cinco décadas de la segunda mitad del siglo XX. Este instrumento ya fue comprobado en un primer estudio (Sáiz, Baqués y Sáiz, 2000) con resultados satisfactorios. El objetivo fundamental de la presente investigación pretende ampliar estos primeros resultados y verificar si esta herramienta es discriminativa entre sujetos de diferentes edades y si, a la vez, permite diferenciar entre ancianos normales y ancianos con demencias, y con ello conseguir cubrir el vacío que de este tipo de tests existe en lengua castellana.
Método
Sujetos
El cuestionario sobre recuerdo de personajes y sucesos del pasado fue administrado a 187 sujetos (86 hombres y 101 mujeres), de entre 19 y 88 años edad, sin déficits cognitivos conocidos y a 23 pacientes (5 hombres y 18 mujeres), de 65 a 91 años de edad, con diagnóstico de demencia de tipo Alzheimer (17 pacientes) u otros tipos de demencia –de origen vascular u otras– (6 pacientes).
Material y procedimiento
A todos los sujetos se les administró de forma individual el «Cuestionario sobre recuerdo de personajes y sucesos del pasado» (Baqués, 1999), que recoge una medida subjetiva de recuerdo y una medida objetiva de reconocimiento sobre personas famosas y sucesos conocidos de entre los años 1950 y 1999. El cuestionario está estructurado por décadas e incluye diez elementos informativos para cada una de las cinco décadas estudiadas (ver Tabla 1). Al inicio de cada década se presenta al sujeto una lista de diez nombres (p.e. Gloria Lasso) y el sujeto debe responder a cada nombre si lo recuerda o no. A continuación se presentan los mismos diez nombres en una prueba de reconocimiento en la que a cada nombre se asocian cuatro alternativas posibles (p.e. Gloria Lasso: 1. escritora, 2. cantante, 3. periodista o 4. pintora) y el sujeto debe responder si cree que alguna de ellas es la correcta. La respuesta del sujeto en esta fase de reconocimiento se recoge en una escala de seguridad en la elección del 1 (muy inseguro) al 4 (totalmente seguro). Para la obtención de la puntuación de recuerdo de cada una de las décadas se otorga un punto para cada uno de los nombres que el sujeto ha dicho que recordaba, por lo tanto la puntuación máxima para cada década es de 10 puntos. Para la puntuación de reconocimiento de cada década se otorga un número de puntos igual al de la escala de seguridad en la elección. Esta puntuación tiene signo positivo si el sujeto ha acertado en la elección o negativo si ha escogido una respuesta errónea. Cuando además de acertar la respuesta con el máximo grado de seguridad (4) ha respondido en la prueba de recuerdo que conocía el nombre, se otorga un punto extra, es decir, obtiene 5 puntos para este elemento en la prueba de reconocimiento. Por lo tanto, la máxima puntuación para cada década en la prueba de reconocimiento es de 50 puntos. Para la elaboración de este cuestionario se recogieron nombres de personas o acontecimientos que fueran públicos y ampliamente divulgados por los medios de comunicación durante una determinada época pero que posteriormente hayan tenido poco eco informativo (p.e., Gerardo Iglesias, Rafi Escobedo, Terlenka, Cobi, etc.). En una primera versión del cuestionario (Baqués, 1998) se utilizaron 24 elementos informativos para cada una de las décadas y se administró a una muestra piloto de personas de diferentes edades. De estos 24 elementos se seleccionaron los diez que obtenían mejores puntuaciones por parte de las personas que eran mayores de edad cuando el personaje o suceso era conocido públicamente, y a la vez obtenían las puntuaciones más bajas por parte de las personas que en aquella época o bien no habían nacido o se hallaban en la infancia.
Resultados
a) Sujetos normales
En las tablas 2 y 3 se muestran los resultados correspondientes a las puntuaciones subjetivas de recuerdo (Tabla 2) y a las puntuaciones objetivas de reconocimiento (Tabla 3) para cada una de las décadas estudiadas en función de los diferentes grupos de edad en los que se ha dividido la muestra de sujetos sin déficits cognitivos conocidos.
Los sujetos más jóvenes (de 19 a 24 años) obtienen puntuaciones muy bajas en ambas puntuaciones en los bloques correspondientes a las décadas que no han vivido o en las que eran niños (50, 60, 70 y 80). Igualmente, los sujetos de entre 25 y 44 años muestran resultados bajos en las décadas de los cincuenta y sesenta. Los más mayores (entre 75 y 88 años) obtienen puntuaciones bajas en todas las décadas estudiadas si los comparamos con los dos grupos de entre 45 y 74 años. Los coeficientes de correlación (r de Pearson) entre las medidas subjetivas de recuerdo y las objetivas de reconocimiento se hallan todas entre r= .77 y r= .86, mostrando que la medida subjetiva de recuerdo es un indicador bastante aproximado de la medida objetiva de reconocimiento, además de resultar fácil de administrar y calcular. A pesar de ello, en los análisis que vienen a continuación nos hemos centrado exclusivamente en las puntuaciones de reconocimiento por ser las más objetivas. Para poder realizar el análisis estadístico de los resultados de los sujetos normales mediante pruebas paramétricas se han agrupado aquellos grupos de edad que contenían un número pequeño de sujetos y que finalmente ha dado lugar a las nuevas agrupaciones de 25 a 44 años de edad (n= 30 sujetos) y de más de 75 años (n= 38 sujetos). Una serie de análisis de la varianza (ONEWAY de SPSS) aplicados para analizar las diferencias entre grupos de edad en cada una de las décadas estudiadas muestran diferencias significativas entre grupos de edad en todas las décadas estudiadas (p<.001 en todos los casos). En la Tabla 4 se muestran resumidos los resultados de las pruebas de contraste (Contrastes de Scheffe o de Tamhane dependiendo de si existe homogeneidad de varianzas o no) entre los diferentes grupos de edad.
Las personas del grupo de alrededor de los 20 años de edad son las que obtienen puntuaciones significativamente inferiores en la prueba de reconocimiento en todas las décadas excepto en la de los noventa, cuando las comparamos con los demás grupos. Las personas de los grupos de edad de 45 hasta 74 años son los que, en general, obtienen puntuaciones más altas en todas las décadas. Concretamente obtienen puntuaciones estadísticamente superiores a los de los grupos de 19 a 44 años y a los más mayores en las décadas de los 50 y los 60, mientras que en las décadas de los 70 y 80 superan en puntuación a los más jóvenes y a los más mayores. El grupo de más de 74 años obtiene una puntuación significativamente inferior a todos los demás grupos en la década de los noventa y puntuaciones intermedias, es decir, superiores a los más jóvenes pero inferiores a los grupos de 45 hasta 74 años en las demás décadas estudiadas. El grupo de edad de entre 25 y 44 años puntúa de manera estadísticamente igual a los grupos de 45 a 64 años en las décadas de los setenta, ochenta y noventa, pero inferior a estos dos grupos en las décadas de los cincuenta y sesenta.
b) Sujetos con déficits cognitivos
En la Tabla 5 se presentan los resultados de la prueba de reconocimiento para los sujetos con déficits cognitivos debidos a demencia. Debido al tamaño pequeño de la muestra los análisis estadísticos de los resultados que se presentan a continuación se han realizado mediante pruebas no paramétricas.
Para cada grupo de edad se realizaron una serie de comparaciones de medias (U de Mann-Whitney) entre la muestra de sujetos normales y los que presentan déficits cognitivos en cada una de las décadas estudiadas. Para el grupo de edad de entre 65 y 74 años los resultados muestran diferencias significativas favorables a las personas mayores normales en comparación a las personas mayores con déficits cognitivos en todas las décadas estudiadas (p<.001, en todas las décadas). En las edades comprendidas entre los 75 y los 84 años también las personas mayores normales obtienen mejores resultados en la prueba de reconocimiento que las personas de la misma edad con déficits cognitivos en todas las décadas estudiadas (p<.02; p<.004; p<.001; p<.001 y p<.001, respectivamente, para las décadas de los 50 hasta los 90). En cambio, en el caso de los más mayores (de 85 a 88 años de edad) sólo se observan diferencias estadísticamente significativas en las décadas de los 50 (p<.02), de los 70 (p<.006) y de los 90 (p<.04). En estas décadas las diferencias son favorables a los ancianos normales, y en las décadas de los 60 y 80 aun no habiendo diferencias estadísticamente significativas se observa esa misma tendencia. Hemos comparado las puntuaciones de los pacientes en función del tipo de trastorno cognitivo que padecen. Para ello los hemos dividido en dos subgrupos: demencia tipo Alzheimer (17 sujetos) y otros tipos de demencia (6 sujetos) (ver Tabla 6).
La comparación de medias entre ambos grupos no resulta estadísticamente significativa para ninguna de las décadas analizadas por separado, pero sí para la puntuación total (t = 2,612; p<.01), siendo inferior la puntuación total obtenida por el subgrupo de pacientes con demencia tipo Alzheimer.
Discusión
La medida de la memoria retrógrada y especialmente de la memoria remota es un aspecto importante a la hora de realizar la evaluación de la memoria de una persona (Hodges, 2000). El objetivo de este estudio era analizar el funcionamiento del «Cuestionario sobre recuerdo de personajes y sucesos del pasado» (Baqués, 1999), construido para la medición de la memoria remota, al ser administrado a una importante muestra de sujetos normales de distintas edades, así como a un grupo de personas mayores con déficits cognitivos debidos a diferentes tipos de demencia. Este cuestionario dispone de dos tipos de medida, una subjetiva de recuerdo y otra objetiva de reconocimiento, que están fuertemente relacionadas. Por lo tanto, en determinadas circunstancias (por ejemplo, cuando se dispone de poco tiempo) puede resultar adecuado utilizar únicamente la medida subjetiva de recuerdo para poder detectar un posible déficit en la memoria remota de un paciente. Sin embargo, en los casos en que sea posible será preferible administrar el cuestionario en su totalidad para obtener una medida más objetiva. El cuestionario es capaz de diferenciar entre la información a la que el sujeto ha podido estar expuesto a partir de la juventud de aquella otra información que, aun siendo pública, se refiere a períodos anteriores al de su juventud. La comparación de los resultados obtenidos por los distintos grupos de edad en relación a cada una de las décadas ha permitido comprobar que los sujetos puntúan muy bajo en la información referida a aquellas décadas que no han vivido. Esta característica del cuestionario, que parecería obvia, resulta importante, ya que una de las desventajas del uso de pruebas sobre recuerdo de personajes públicos es el peso considerable que tiene el nivel cultural del sujeto y el hecho de estar más o menos expuesto a los medios de comunicación (Hodges, 1995). Los resultados obtenidos mediante este cuestionario han permitido comprobar que las personas de los grupos de jóvenes y adultos jóvenes obtienen mejores resultados a medida que la década estudiada se aproxima más al momento actual. Los adultos hasta los 54 años de edad obtienen puntuaciones relativamente altas en todas las décadas estudiadas en comparación con los demás grupos y también muestran un cierto efecto de recencia al puntuar peor en las décadas más alejadas en el tiempo. Este efecto de recencia es el que se acostumbra a producir en muestras de sujetos normales al utilizar pruebas de memoria remota (Zola-Morgan, Cohen y Squire, 1983). Sin embargo, en los grupos de personas mayores de nuestro estudio este efecto de recencia va desapareciendo e incluso tiende a invertirse a medida que la edad es más avanzada. También hemos podido constatar que los déficits en memoria remota debidos a la edad en personas mayores sin déficits cognitivos no empiezan a producirse hasta pasados los 74 años. Es decir, los ancianos del grupo de edad de entre 65 y 74 años obtienen puntuaciones tan altas como el grupo de edad de 55 a 64 años, mientras que el grupo de ancianos de más de 74 años puntúa de manera significativamente inferior a los dos grupos anteriores. Por su parte, las personas mayores con déficits cognitivos debidos a diferentes tipos de demencias puntúan de manera significativamente inferior a los de su misma edad sin deterioro cognitivo, con lo que este cuestionario resulta también útil para detectar déficits de memoria remota no debidos al envejecimiento normal. Los trabajos que han estudiado la memoria remota en el caso de pacientes con demencia de tipo Alzheimer han utilizado generalmente tests de reconocimiento de caras de personas famosas (ver Hodges, 2000 para una revisión). En estos estudios se ha comprobado que los pacientes de Alzheimer obtienen puntuaciones sustancialmente bajas en este tipo de pruebas y además se acostumbra a encontrar un gradiente temporal en las puntuaciones de las distintas décadas estudiadas (Hodges, Salmon y Butters, 1993) aunque no siempre (Wilson, Kasniak y Fox, 1981). La expresión «gradiente temporal» se refiere a que a pesar de que el déficit de memoria se manifiesta extensivamente en todos los períodos de la vida del sujeto, se observa un ligero incremento en las memorias de períodos más alejados en el tiempo. Este efecto diferencial positivo en función de la lejanía en el tiempo se observa también en otros tipos de amnesia retrógrada como la debida al síndrome de Korsakoff (Hodges, 1995; Kopelman, Stanhope y Kingsley, 1999). En nuestro estudio, en la muestra de pacientes con trastornos, no hemos encontrado diferencias estadísticamente significativas entre las puntuaciones de las distintas décadas estudiadas a pesar de que las medias generales del grupo indicaban esta tendencia a puntuar más en las décadas más alejadas en el tiempo. Hay que tener en cuenta que la muestra estaba formada por pacientes con déficits cognitivos debidos a diferentes trastornos y que, por lo tanto, no es comparable a las muestras utilizadas en los trabajos citados anteriormente. Al estudiar separadamente al grupo de pacientes con demencia de tipo Alzheimer la presencia de este gradiente temporal parece producirse en la década de los cincuenta, aunque tampoco en este caso las diferencias con otras décadas son estadísticamente significativas. Sin embargo, debemos tener en cuenta que, tal como hemos comentado anteriormente, este cuestionario, al ser administrado a la población general de entre 45 y 64 años, produce un ligero efecto de recencia, es decir, la puntuación tiende a ser superior en las décadas más recientes, tal como sucede en otras pruebas de memoria remota (p.e., Zola-Morgan, Cohen y Squire, 1983; Kopelman, Stanhope y Kingsley, 1999).
En resumen, el cuestionario sobre recuerdo de personajes y sucesos del pasado parece específicamente indicado para la evaluación de la memoria remota tanto en pacientes con déficits cognitivos como en sujetos normales, ya que permite la medición de la memoria retrógrada referida a un período amplio de tiempo (cincuenta años), bien mediante la prueba subjetiva de recuerdo de rápida administración y puntuación, bien mediante la prueba objetiva de reconocimiento más fiable y discriminativa. Además, este cuestionario puede resultar especialmente útil para detectar déficits de memoria circunscritos a determinados intervalos de tiempo de la vida del paciente. Así, por ejemplo, en algunos casos de amnesia de lóbulo temporal, la amnesia retrógrada afecta a la memoria referida a unos intervalos de tiempo relativamente cortos –del orden de unos pocos años– (Gabrielli, Cohen y Corkin, 1988) y resulta por lo tanto conveniente poder determinar qué períodos de la vida del paciente se ven afectados por este déficit y cuáles no. Aunque, como hemos indicado en la introducción, la construcción de una medida de la memoria remota de uso general que esté completamente libre de sesgos de tipo cultural es una tarea prácticamente imposible, el cuestionario que presentamos puede administrarse a un amplio sector de la población española, el formado por aquellas personas que a lo largo de su vida han estado expuestas a la información procedente de los medios de comunicación (radio y televisión especialmente).
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