Psicothema was founded in Asturias (northern Spain) in 1989, and is published jointly by the Psychology Faculty of the University of Oviedo and the Psychological Association of the Principality of Asturias (Colegio Oficial de Psicología del Principado de Asturias).
We currently publish four issues per year, which accounts for some 100 articles annually. We admit work from both the basic and applied research fields, and from all areas of Psychology, all manuscripts being anonymously reviewed prior to publication.
Psicothema, 2002. Vol. Vol. 14 (nº 4). 816-822
Serafín Lemos Giráldez, Guillermo Vallejo Seco y Marta Sandoval Mena*
Universidad de Oviedo y * Universidad de Comillas
Se han realizado análisis de componentes principales y rotación varimax para cada sexo con los ítems del YSR (Achenbach, 1991) que describen conductas problema, sobre una muestra de 2.833 estudiantes de 11 a 18 años. A partir de los nueve factores de primer orden derivados para cada sexo, se derivaron los siguientes ocho síndromes centrales, que resultaron ser algo diferentes a los obtenidos por Achenbach: Depresión, Agresividad verbal, Conducta delictiva, Problemas de pensamiento, Quejas somáticas, Problemas de relación social (aislamiento), Búsqueda de atención y Conducta fóbico-ansiosa. A partir de dichos síndromes se obtuvieron dos factores de segundo orden que corresponden a psicopatología internalizante vs. externalizante (es decir, trastornos emocionales / trastornos de conducta), coincidentes con los obtenidos en otros análisis multivariados.
Factorial structure of the Youth Self-Report. Principal components/varimax analyses of the YSR problem items (Achenbach, 1991) were performed for each gender group, in a sample of 2833 students aged 11-18. From the analysis of the common items found in the nine first-order factors derived for each gender, the following core syndromes were derived, that were slightly different from those obtained by Achenbach: Depression, Verbal aggression, Delinquent behaviour, Thought problems, Somatic complaints, Social (withdrawn) problems, Attention-seeking behaviour, and Phobic-anxious behaviour. Second-order factor analysis of the eight syndrome scales reflected a distinction between internalizing vs. externalizing psychopathology (i.e., emotional / conduct disorders), to a great extent similar to that found in some other multivariate analyses.
El Youth Self-Report (YSR) es un autoinforme que fue diseñado por Achenbach (1991c) para obtener información sistematizada directamente de niños y adolescentes (entre 11 y 18 años) sobre diversas competencias y problemas de conducta, siguiendo el mismo formato que otros cuestionarios creados para recabar información de los padres (Child Behavior Checklist, CBCL) (Achenbach, 1991a) y de los profesores (Teacher’s Report Form, TRF) (Achenbach, 1991b). El interés del autor en la evaluación de la psicopatología infantil se ha recopilado en un sistema de evaluación multiaxial, denominado Achenbach System of Empirically Based Assessment (ASEBA). Esta tríada de instrumentos forma parte de dicho sistema de evaluación que incluye información proveniente de diversas fuentes, y que debe completarse con exámenes físicos y la evaluación de las funciones cognitivas.
El YSR consta de dos partes, evaluando la primera habilidades o competencias deportivas, sociales y académicas. La segunda parte incluye 112 ítems, de los cuales 16 exploran la frecuencia de conductas adaptativas o prosociales, y los restantes evalúan una amplia gama de conductas problema. Todos los ítems de la segunda parte deben ser contestados por el adolescente de acuerdo con su aplicabilidad y frecuencia, eligiendo 0 cuando su contenido no es verdad o no viene al caso, 1 cuando es algo verdad o le sucede a veces, y 2 cuando es muy cierto y le sucede frecuentemente.
Además de permitir obtener el nivel general de las conductas problema manifestado por el adolescente, el YSR ha sido ampliamente utilizado en la práctica clínica y en la investigación psicopatológica por tratarse de un instrumento que ha servido para establecer una taxonomía numérica o cuantitativa, consistente en un conjunto de síndromes de primer orden derivados empíricamente mediante el análisis factorial, y dos factores de segundo orden o patrones generales de psicopatología internalizante y externalizante. El YSR fue traducido a 59 idiomas y ha dado lugar a más de 300 estudios; lo que permite contrastar los resultados con otras investigaciones.
La utilización de técnicas estadísticas multivariadas en la investigación psicopatológica responde a un supuesto de continuidad de las experiencias y de los comportamientos anormales, que permite ubicar cada caso concreto dentro de un conjunto de dimensiones; en contraposición con los procedimientos diagnósticos categoriales utilizados en las clasificaciones oficiales.
El YSR fue objeto de adaptación y estudio en población española por nuestro grupo de trabajo (Lemos, Fidalgo, Calvo y Menéndez, 1992a, 1992b, 1994), habiéndose obtenido en los análisis de componentes principales nueve síndromes o factores de primer orden en los varones, siete en las mujeres y los siguientes siete centrales o comunes a ambos sexos: Depresión/ansiedad, Conducta delictiva, Conducta agresiva, Quejas somáticas, Problemas de pensamiento, Problemas de relación y conductas de Búsqueda de atención. Tanto los síndromes de primer orden como los de segundo orden obtenidos en nuestros estudios han demostrado ser algo diferentes a los encontrados por Achenbach.
Del mismo modo, han sido realizados estudios de validez y fiabilidad del instrumento que demuestran la existencia de un patrón más consistente de relaciones entre el síndrome de patología internalizante (por definición, perturbaciones asociadas a estados o experiencias subjetivas de tensión psicológica) y otras medidas de neuroticismo y ansiedad, que en el síndrome externalizante (que agrupa comportamientos disruptivos o que causan malestar en el entorno) respecto a otras escalas (Abad, Forns, Amador y Martorell, 2000; Lemos, Fidalgo, Calvo y Menéndez, 1992c).
La ausencia de otras publicaciones que hayan ofrecido resultados normativos y grupos sindrómicos derivados de la segunda parte del YSR, con amplias muestras en España, nos ha alentado a repetir el estudio aplicando la misma metodología que los autores del instrumento.
Método
Participantes
Los datos utilizados en este estudio proceden de una muestra de 2.833 sujetos (1.519 varones y 1.314 mujeres). La gran mayoría de los componentes de la muestra (2.529 sujetos) son estudiantes de numerosos centros públicos de educación primaria y secundaria de Asturias, mientras que 304 sujetos han sido obtenidos en cuatro institutos de enseñanza secundaria de la Comunidad de Madrid. La administración del YSR fue siempre colectiva y mayoritariamente de forma anónima, normalmente en grupos naturales o clases, habiendo sido utilizado dicho instrumento generalmente en conjunción con otras medidas para una evaluación más amplia. En la Tabla 1 se describen las características de la muestra.
Análisis
Para la derivación de los síndromes de primer y segundo orden se han analizado los 103 ítems del YSR que evalúan las conductas problema (en realidad, 110 ítems, por cuanto el ítem 56 incluye 8 sub-ítems), tomando como referencia los pasos descritos por Achenbach (1991c) para la obtención de los factores en población americana:
1. Aplicación de un Análisis Factorial de Componentes Principales a la matriz de correlaciones de los ítems para cada sexo.
2. Rotaciones varimax de 8 a 15 componentes para cada análisis.
3. Selección de la rotación que proporciona el conjunto de ítems que tienden a coocurrir, más coherente desde un punto de vista teórico.
4. Derivación de síndromes centrales, a partir de los ítems comunes para cada sexo, y entre los síndromes centrales.
5. Cálculo de las correlaciones entre los síndromes de primer orden separadamente para cada sexo, y entre los síndromes centrales.
6. Aplicación de un ACP a las anteriores matrices de correlaciones.
7. Rotación varimax de los componentes encontrados.
8. La puntuación directa de cada sujeto en los diferentes síndromes es la suma de las puntuaciones obtenidas en los ítems que componen los síndromes. La puntuación de cada sujeto en los síndromes de segundo orden es la suma de las puntuaciones directas obtenidas en los síndromes de primer orden que los componen.
Todos los análisis han sido realizados mediante el paquete estadístico SAS, versión 8 (SAS Institute, 1999).
Extracción de factores comunes
En el modelo de análisis factorial se asume que cada una de las p variables observadas se describe linealmente en términos de m factores comunes más un factor único. Existe una amplia variedad de procedimientos que pueden ser utilizados para estimar los coeficientes asociados con cada uno de los m factores comunes y con las varianzas específicas a partir de la matriz de correlaciones. Para evitar posibles problemas con la inversión de matrices, dada la singularidad de la matriz de correlaciones, en el presente trabajo utilizamos la técnica de los componentes principales. Para este enfoque, esto no supone ningún problema, pues no requiere invertir matrices. Un examen de los coeficientes de correlación múltiple y parcial reveló que no existían problemas de multicolinealidad, singularidad y factorización de la matrices de correlación.
Tras aplicar el análisis de componentes principales a la matriz de correlaciones de los 103 ítems que conforman la escala de problemas emocionales y del comportamiento, se obtuvieron 31 factores con valores propios mayores que la unidad para la muestra de varones y 30 para la muestra de mujeres. Aunque el porcentaje de varianza explicado en ambos casos se situaba en torno al 65%, el número de factores a retener de aplicar el criterio de Gutman-Kaiser, se nos antoja excesivo. El problema esencial del análisis factorial se basa en encontrar una matriz de correlaciones reproducida, de rango menor que la matriz de correlaciones observada, y que reproduzca lo más exactamente posible esta última. Sin embargo, resulta obvio que en nuestro caso esta operación choca frontalmente con el objetivo de parsimonia científica inherente a esta técnica analítica. Por consiguiente, optamos por retener un conjunto de factores que preservase, al menos, el 40% de la varianza contenida en el conjunto inicial de las variables observadas. Como resultado de aplicar dicho criterio, 15 factores fueron retenidos en cada una de las muestras.
Los factores extraídos en contadas ocasiones no pueden ser interpretados directamente, por lo tanto, se requiere alguna transformación en orden a simplificar la complejidad del patrón factorial y a facilitar la interpretación teórica de los factores. Para ello se aplicó el procedimiento de rotación varimax a los patrones factoriales obtenidos, tanto para los varones como para las mujeres. Aunque se llevaron acabo rotaciones con otro número más reducido de factores, se observó una mayor coherencia teórica cuando el número de factores sometidos a rotación oscilaba entre 13 y 15. A su vez, de los 15 factores rotados tan sólo se retuvieron nueve factores para cada uno de los grupos. Al margen de consideraciones relacionadas con la simplicidad, las razones últimas hay que buscarlas en el escaso número de variables que cargaban en los factores no incluidos, su escasa contribución para explicar la intercorrelación existente entre las variables observadas y el tamaño cada vez más reducido de las cargas. El porcentaje acumulado de varianza en el espacio de los factores resultó superior al 72% en cada uno de los grupos analizados.
Resultados
En primer lugar, se ha observado que la puntuación total de conductas problema (suma de las puntuaciones en los ítems problema) fue algo superior en la muestra de mujeres (Media= 47,03; DT= 19,71) que en la de varones (Media= 44,13; DT= 19,83), resultando la diferencia estadísticamente significativa (t= -3,67; gl= 2528; p<.000). La puntuación total de conductas problema para el conjunto de la muestra (Media= 45,77; DT= 19,85) también fue comparativamente más alta que la ofrecida por Achenbach en el manual de la prueba (Media= 38,12; DT= 20,27) y que la obtenida por Abad y cols. (2000) sobre 342 estudiantes catalanes.
En las Tablas 2 y 3 aparecen recogidas las estructuras factoriales encontradas tras la rotación varimax para la muestra de varones y de mujeres. Como se puede apreciar, las cargas factoriales aparecen ordenadas y, para evitar capitalizar al azar a la que nos conduciría la fórmula de los errores estándar aplicada usualmente para determinar la significación estadística de los coeficientes de correlación, dado el elevado tamaño de muestra, todas las cargas <0.30 han sido sustituidas por ceros. De ahí que tan sólo aparezca un número relativamente pequeño de ítems saturando con cada uno de los factores retenidos tras la rotación.
Posteriormente, se procedió a la derivación de los síndromes centrales, a partir de los ítems comunes para varones y mujeres dentro del mismo factor (Tabla 4). Para ello se tuvo en cuenta que no menos del 50% de los ítems ocurrieran simultáneamente en los factores de ambas muestras. En la presente investigación este criterio se satisfizo para todos los síndromes examinados, con la única excepción del factor referido como Trastornos de conducta. El porcentaje de ítems comunes osciló entre el 85% observado para el factor Quejas somáticas y el 57% para el factor asociado con la Conducta Fóbico-ansiosa.
Se procedió también a obtener las puntuaciones factoriales separadamente para cada sexo y entre los síndromes centrales (suma de las puntuaciones directas obtenidas por cada sujeto en los diferentes ítems que componen el factor) y a obtener las matrices de correlaciones existentes entre las escalas para los varones, mujeres y el total (Tablas 5 y 6). Finalmente, se efectuaron tres análisis factoriales de segundo orden siguiendo un procedimiento idéntico al descrito, tanto en lo referido a la extracción de factores como a la rotación de los mismos.
En la Tabla 7 se ofrecen los resultados obtenidos en los análisis factoriales de segundo orden. Como se puede apreciar, dos factores resultaron tras aplicar el análisis factorial a los factores de primer orden. Cada uno de los factores referidos como Internalizante y Externalizante, respectivamente, engloba cuatro de las escalas obtenidas para los síndromes de primer orden. La escala denominada problemas de pensamiento se considera un síndrome neutro, por cargar en ambos factores de segundo orden.
Discusión
Puede destacarse de los resultados que los nueve factores de primer orden obtenidos en varones y mujeres guardan un gran paralelismo, en términos generales, no sólo por el idéntico número de síndromes obtenidos sino por los ítems específicos que los componen.
Tras un análisis pormenorizado de los ítems, se ha optado, sin embargo, por denominar «Agresividad verbal» al síndrome que en nuestro anterior estudio factorial fue designado «Conducta agresiva» (Lemos et al., 1992c), a tenor del contenido específico de los comportamientos que lo componen y en comparación con otra dimensión ahora obtenida, que recoge conductas socialmente más problemáticas y que se denominó «Trastornos de conducta». Esta nueva dimensión, no obstante, es la que ofrece menor grado de correspondencia entre ambos sexos, ya que sólo dos de los ítems que la componen son comunes para varones y mujeres (consumo de alcohol y drogas y faltar a clase). En todas las restantes dimensiones, varones y mujeres comparten entre cuatro y nueve ítems, siendo el síndrome «Depresión» el más homogéneo al incluir un mayor número de ítems comunes.
Precisamente, la menor comunalidad de los contenidos del síndrome «Trastornos de conducta», entre ambos sexos, es la razón por la que resultan reducidos a ocho los síndromes centrales de primer orden; siendo de destacar que dos factores obtenidos por Achenbach (Problemas de atención y Auto-agresión y problemas de identidad) no han encontrado correspondencia en este estudio, a la vez que hemos obtenido un factor (conductas de Búsqueda de Atención) no descrito por el autor del instrumento. Las demás dimensiones de primer orden pueden considerarse, en gran medida, una réplica de los factores descritos en el manual original de la prueba.
Aunque la finalidad de la administración del YSR es, como se ha indicado, la evaluación de cada caso de acuerdo con un modelo cuantitativo o dimensional de la psicopatología, la naturaleza de los síndromes centrales observados en cierto modo también puede resultar de utilidad para representar o aproximar los resultados individuales en los términos categoriales utilizados por el DSM-IV y la CIE-10. En la Tabla 8, se apuntan posibles correspondencias diagnósticas, de acuerdo con las taxonomías oficiales al uso. La convergencia entre las dimensiones obtenidas por la CBCL (Achenbach, 1991) y diagnósticos DSM, establecidos mediante la entrevista DISC-P –versión para padres– (Costello, Edelbrock, Dulcan, Kalas y Claric, 1984), también ha sido confirmada en un estudio realizado sobre 231 niños y adolescentes (Kasius, Ferdinand, van den Berg y Verhulst, 1997), en el que se añaden dos relaciones que amplían la propuesta de la Tabla 8; como son los factores Quejas somáticas y trastornos depresivos, y Problemas de relación (aislamiento) y trastornos afectivos.
Las escalas sindrómicas que componen los factores de segundo orden se ajustan a la distinción ya establecida entre patología de expresión interna o trastornos emocionales, y patología externalizada o trastornos de conducta. Esta dicotomía reproduce, en términos generales, hallazgos obtenidos en numerosas investigaciones anteriores y replica, casi con exactitud, la composición de los síndromes de banda ancha de nuestro anterior estudio.
Finalmente, la comparación entre ambos sexos de las puntuaciones correspondientes a los síndromes centrales que conforman el factor internalizante replica un hallazgo repetidamente observado en diversas culturas, como es la mayor intensidad de este tipo de patología en las mujeres (Media= 12,56; DT= 6,41) que en los varones (Media= 9,81; DT= 5,58), siendo dicha diferencia claramente significativa (t= -12,08; p <.000).
La suma de las puntuaciones en los síndromes centrales que componen el factor externalizante es, en cambio, más alta en los varones (Media= 8,17; DT= 4,96) que en las mujeres (Media= 7,75; DT= 4,31), coincidiendo también con la tendencia generalmente observada (t= 2,41; p= .016).
Abad, J., Forns, M., Amador, J.A. y Martorell, B. (2000). Fiabilidad y validez del Youth Self Report en una muestra de adolescentes. Psicothema, 12, 49-54.
Achenbach, T.M. (1991a). Manual for the Child Behavior Checklist / 4-18 and 1991 profile. Burlington, VT: University of Vermont.
Achenbach, T.M. (1991b). Manual for the Teacher's Report Form and 1991 profile. Burlington, VT: University of Vermont.
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Costello, A.J., Edelbrock, C.S., Dulcan, M.K., Kalas, R. y Claric, S.H. (1984). Development and testing the NIMH diagnostic interview schedule for children in a clinic population: Final report. Rockville, MD: Center for Epidemiological Studies-NIMH.
Kasius, M.C., Ferdinand, R.V., van den Berg, H. y Verhulst, F.C. (1997). Associations between different diagnostic approaches for child and adolescent psychopathology. Journal of Child Psychology and Psychiatry and Allied Disciplines, 38, 625-632
Lemos, S., Fidalgo, A.M., Calvo, P. y Menéndez, P. (1992a). Estructura factorial de la prueba YSR y su utilidad en psicopatología infanto-juvenil. Análisis y Modificación de Conducta, 18, 883-905.
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Lemos, S., Fidalgo, A.M., Calvo, P. y Menéndez, P. (1992c). Validación de la escala de psicopatología infanto-juvenil YSR. Clínica y Salud, 3, 183-194.
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