Psicothema was founded in Asturias (northern Spain) in 1989, and is published jointly by the Psychology Faculty of the University of Oviedo and the Psychological Association of the Principality of Asturias (Colegio Oficial de Psicología del Principado de Asturias).
We currently publish four issues per year, which accounts for some 100 articles annually. We admit work from both the basic and applied research fields, and from all areas of Psychology, all manuscripts being anonymously reviewed prior to publication.
Psicothema, 1998. Vol. Vol. 10 (nº 3). 697-707
Dolores Morera Bello y Armando Rodríguez Pérez
Universidad de La Laguna
La presente investigación tuvo como objetivo determinar si la variabilidad categorial se almacena como información abstracta o si se elabora ad hoc, a partir de la recuperación de ejemplares. Para ello, se llevó a cabo una investigación experimental en la que participaron 48 estudiantes universitarios. Se presentó un conjunto de 24 estímulos conductuales sobre una categoría profesional, que diferían en el grado de variabilidad (alta vs. baja) y en el nivel de estereotipicidad (estereotípico vs. contraestereotípico). Tras una tarea distractora medimos, en primer lugar, el efecto sobre el juicio de variabilidad. En segundo lugar, contrastamos la latencia de respuesta al juicio de variabilidad con la de un juicio espontáneo, y la de un juicio basado en la memoria. Y por último, observamos la relación de dicho juicio con la variabilidad en el recuerdo de las conductas. Los resultados indicaron que existe información abstracta sobre variabilidad almacenada en la memoria, aunque es susceptible de revisión ante la información episódica.
Stereotypes and categorial variability: Contrast between representational models. The current investigation was conducted to examine if variability judgments are stored in an abstract fashion or if they are made ad hoc by retrieving exemplars from memory. 48 university students read a set of conductual stimuli which differed on variability (high vs. low) and on normative nature (stereotypical vs. counterstereotypical). After a distractory task we first measured the effect on variability judgment. We then compared variability judgment latency with a judgment intended to be on-line (liking) and with a judgment intended to be memory-based (thoughfulness). Finally, we observed the relationship between variability judgment and actual variability of retrieved behaviours. Results showed that variability information is stored in memory, though it is capable of revision with exemplar information.
Tradicionalmente el contenido del estereotipo se ha considerado una generalización del promedio de determinados atributos a todos los miembros de un grupo. Sin embargo, investigaciones recientes han encontrado que las personas no solo son sensibles a esa tendencia central sino que aprehenden las diferencias que existen entre los elementos que pertenecen a un mismo grupo, lo que da lugar al concepto de variabilidad percibida (Judd y Park, 1988; Linville, Fischer y Salovey, 1989; Park, Judd y Ryan, 1991; Lambert, 1995). Este hallazgo tiene consecuencias teóricas importantes, ya que se opone a las características de homogeneidad y sobregeneralización que se atribuyen a los procesos de estereotipia, y cuestiona la función de ahorro cognitivo de la categorización en la interacción social. Así mismo, este concepto abre nuevos interrogantes acerca del modo en que se recuerda la información categorial y especialmente, sobre el modo en que se representa y almacena la información de variabilidad.
Los modelos actuales de memoria social (v.g. Kunda y Thagard, 1996), asumen que los estereotipos consisten tanto en información abstracta (rasgos) como en información episódica (conductas). Sin embargo, no hay una posición definitiva sobre el tipo de información al que se recurre preferentemente cuando se elabora un juicio de variabilidad sobre una categoría social. A este respecto, contamos hoy en día con dos propuestas que abordan esta cuestión.
Por un lado, los modelos basados en la abstracción (Judd y Park, 1988; Park y Judd, 1990) entienden que lo que se almacena son representaciones cognitivas abstractas que resumen el conocimiento sobre los grupos. Además, consideran que los juicios de variabilidad sobre una categoría se elaboran espontáneamente mientras se procesa la información relativa a los miembros del grupo, y se almacenan como tal. Es decir, las personas disponen de información estereotípica que incluye información descriptiva y evaluativa acerca de los miembros de un grupo social, y al mismo tiempo, información sobre la variabilidad entre ellos.
Por otro lado, los modelos basados en ejemplares (Linville y cols., 1989; Kashima y Kashima, 1993) consideran que la memoria almacena hechos episódicos o unidades simples de información y que antes de juzgar una categoría social, las personas recuperan los ejemplares accesibles y realizan las inferencias necesarias para responder a las demandas del medio. Consecuentemente, el juicio de variabilidad se elabora sólo cuando la tarea lo requiere, en cuyo caso, es preciso recuperar la información episódica de la categoría que está almacenada en la memoria.
El propósito de esta investigación es averiguar si el conocimiento de variabilidad categorial está almacenado en la memoria como información abstracta acerca de la categoría, o se elabora a partir de la recuperación de información episódica, relativa a ejemplares de dicha categoría.
Un estudio representativo en esta dirección es el realizado por Park y Hastie (1987), quienes asumen que la información de variabilidad categorial está almacenada de forma abstracta en la memoria, de igual modo que otras características y atributos del grupo. Para comprobar este supuesto, elaboraron un conjunto de episodios en los que actores pertenecientes a un mismo grupo realizaban conductas de inteligencia y de sociabilidad. Para la mitad de los sujetos experimentales los episodios aludían a conductas uniformes en relación a dichos rasgos, y para la otra mitad, los episodios mostraban una alta variabilidad entre los personajes. Con el objeto de demostrar que el juicio de variabilidad se hace sin recurrir a la recuperación de ejemplares, controlaron la facilidad para recordar las conductas. Su hipótesis era que si el juicio de variabilidad dependía de la recuperación de información episódica, las conductas más fáciles de recordar deberían tener más influencia en dicho juicio que aquellas que lo son menos. En consecuencia, cuanto más variable fueran las conductas recordadas, mayor variabilidad se atribuiría al grupo. Tal como Park y Hastie (1987) predijeron, los resultados no apoyaron esta relación ya que, si bien el juicio dependía de la variabilidad de la información presentada, se mostró independiente de la variabilidad de las conductas que los sujetos recordaron. Por ello, se concluyó que la estimación de variabilidad fue realizada y almacenada como tal en el momento en que se presentaba la información sobre el grupo, y no como resultado de las informaciones episódicas recordadas.
Por otro lado, los resultados de Mackie, Sherman y Worth (1993) apoyan que los juicios de variabilidad se producen cuando se recuperan los ejemplares de la memoria. Estos autores adoptaron como medida de contraste la latencia de respuesta. Según Mackie et al. (1993), si los juicios de variabilidad están almacenados en la memoria, la latencia de respuesta será menor que si el juicio se elabora con los ejemplares disponibles en la memoria cuando se demanda el juicio. En el primer caso, dicho juicio ya estaría elaborado y disponible en la memoria, mientras que en el segundo, sería necesario recuperar los ejemplares para realizar entonces el juicio a partir de ellos. El experimento consistió en presentar conductas de inteligencia y de sociabilidad realizadas por individuos de un mismo grupo. Posteriormente, un tercio de los participantes evaluó al grupo en una escala de simpatía, un juicio que en opinión de Hastie y Park (1986), se realiza automáticamente. Otro tercio de los participantes evaluó el grado de religiosidad del grupo, considerado un juicio basado en la memoria, ya que dicho rasgo no se deducía directamente de la información presentada. El último tercio de los participantes evaluó el grado de similitud entre los miembros del grupo. La comparación entre las tres latencias de respuesta mostró que el juicio espontáneo (simpatía) requirió significativamente menos tiempo que el juicio basado en la memoria (religiosidad), y que el juicio de variabilidad. Consecuentemente los resultados apoyaron la hipótesis de que éste último se realiza a partir de los ejemplares recuperados de la memoria.
Esta contraposición de resultados es el motivo fundamental de este estudio, que se aborda introduciendo un nuevo factor: la medida en que la información episódica proporcionada se corresponde con el estereotipo de la categoría. Si la información de variabilidad está almacenada en la memoria de forma abstracta, será menos sensible a la adquisición de información acerca del grupo que si se elabora con la recuperación de los ejemplares. En el segundo caso, el juicio dependerá estrechamente de la información episódica o de ejemplares disponibles en ese preciso momento. Así, es posible que el nivel de estereotipicidad intervenga en la elaboración de los juicios de variabilidad de modo que, a medida que se disponga de más información incongruente con el estereotipo, la percepción de variabilidad aumente. Por consiguiente, si existe una percepción de «todos son iguales» porque los ejemplares conocidos son muy similares entre sí, el hecho de añadir elementos diferentes (contraestereotípicos) cambiará esa percepción de homogeneidad. Además, si tenemos en cuenta que los ejemplares incongruentes son más llamativos o «sorprendentes» (Srull, Lichtenstein y Rothbart, 1985), y que requieren una mayor elaboración cognitiva o un mayor esfuerzo para ser procesados, lo que incrementa la probabilidad de ser recordados, tendrán también mayor probabilidad de influir sobre el juicio de variabilidad. Esto nos permitirá comprobar si existe relación entre el juicio, y la variabilidad de las conductas recordadas. Por todo ello, en esta investigación se empleará un atributo estereotípico de baja variabilidad, de tal modo que para un grupo la información irá en la dirección del estereotipo (más conductas estereotípicas que contraestereotípicas), y para otro, en contra del estereotipo (mayor número de conductas contraestereotípicas que estereotípicas).
En síntesis, el objetivo de esta investigación es estudiar si el juicio de variabilidad sobre un grupo social, se basa preferentemente en la recuperación de información abstracta, o en la recuperación de ejemplares. Para ello, emplearemos tres estrategias: en primer lugar, determinar si el juicio de variabilidad de una categoría social es estable, o se modifica ante la presentación de nuevos ejemplares. En segundo lugar, comprobar si la latencia del juicio de variabilidad es similar a la de un juicio espontáneo, y menor que la de un juicio basado en la recuperación. Y por último, determinar si el juicio de variabilidad es independiente de las conductas recordadas o si por el contrario existe relación entre ambos.
Método
Sujetos
En este experimento participaron 48 estudiantes, que fueron asignados aleatoriamente a los grupos experimentales. Todos ellos eran estudiantes de primer curso de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Laguna, y recibieron créditos en la asignatura por su colaboración.
Material
Se emplearon 24 estímulos que hacían referencia a conductas de eficacia y a conductas de ineficacia, relativas a la categoría «general del ejército». Tanto las conductas como la categoría social fueron seleccionadas a partir de un estudio normativo (Morera, 1996) con una muestra procedente de la misma población que los participantes en el experimento. En dicho estudio se determinó la estereotipicidad y la variabilidad de diferentes rasgos y conductas en relación a 6 categorías profesionales. De este modo, seleccionamos la categoría social y el atributo que más se adecuaba a los objetivos de este experimento. Concretamente, los resultados mostraron que el rasgo «eficaz» es compartido por el 75% de los miembros de la categoría social «general del ejército», por lo que sólo un bajo porcentaje es considerado «ineficaz». Se trata por tanto de un atributo de baja variabilidad. Seguidamente se elaboró un listado de conductas que ejemplificaran dicho rasgo (conductas estereotípicas) y otro que ejemplificara el opuesto (conductas contraestereotípicas). De ambos listados se extrajeron aleatoriamente las conductas estímulo empleadas en esta investigación. Cada una de ellas, era ejecutada por un personaje diferente, perteneciente a la misma categoría profesional.
La proporción de las conductas de eficacia y de ineficacia variaba según la condición, tal como se puede ver en la tabla 1.
Cada estímulo estaba configurado por la etiqueta categorial, unas iniciales, y una conducta (p.ej. «El general P.M.L., acabó el trabajo en la fecha prevista»).
Posteriormente se presentó una tarea distractora, consistente en diversas preguntas (p.ej.«¿en qué medida te agrada participar en este experimento?; ¿en qué medida consideras útil participar en experimentos psicológicos?»). Cada pregunta se respondía en una escala de siete puntos (1=nada; 7=mucho).
Tras la tarea distractora se presentaron tres cuestiones relacionadas con la información presentada acerca del grupo estímulo: un «juicio espontáneo» (¿en qué medida son simpáticos?), un «juicio de memoria» (¿en qué medida son reflexivos?) y un «juicio de variabilidad global» (¿en qué medida son similares unos a otros?). Las mismas preguntas se repitieron posteriormente, pero acerca de los generales como categoría social real, en la vida cotidiana. Todas las preguntas se contestaban en una escala de siete puntos ( 1=nada / 7=muy ).
Seguidamente se pedía a los sujetos que decidieran la variabilidad de 12 pares de rasgos bipolares en la categoría social de los generales, tal como se perciben en la vida cotidiana, escribiendo el porcentaje de miembros del grupo que estimaran que comparten el rasgo. Tres rasgos bipolares se relacionaban con la información presentada (eficaces/ ineficaces, eficientes/ ineptos y competentes/ incompetentes), mientras que los otros nueve no (p.ej. rudos/ corteses; honrados/ deshonestos; arrogantes/ humildes).
Por último, los participantes realizaron una tarea de recuerdo que requería escribir todas las conductas que pudieran recordar, tan fielmente como fuera posible.
Diseño
Se trata de un diseño factorial de 2x2, en el que las variables independientes son la variabilidad de la información presentada (alta vs. baja) y el nivel de estereotipicidad (estereotípica vs. contraestereotípica). Las dos son variables intergrupo, por lo que se contó con cuatro grupos experimentales.
Empleamos tres tipos de medida dependiente: en primer lugar, el grado de similitud vs. variabilidad percibida en el grupo de generales del ejército, tanto en relación a la categoría de forma global, como en relación a diversos rasgos. En segundo lugar, medimos el tiempo de reacción a la cuestión sobre la variabilidad del grupo. Para dar significado a esta medida se contrastó con la latencia de respuesta a otras dos cuestiones que servían de criterio comparativo. En un caso, con un juicio que tiende a hacerse espontáneamente (simpatía), y en otro, con un juicio que requiere elaboración (reflexividad). Ambos juicios servirán para contrastar las latencias de respuesta y determinar si el juicio de variabilidad se hace espontáneamente y se almacena como tal, o se elabora a partir de los ejemplares recuperados de la memoria. Por último, una prueba de recuerdo libre de los estímulos presentados, servirá para determinar si existe una relación entre la variabilidad de las conductas estímulo recordadas y la estimación de variabilidad del grupo. Esto permitirá comprobar si el juicio de variabilidad se basa en la información episódica recordada, o bien es un juicio abstracto y espontáneo.
Procedimiento
Se situó a cada participante delante de la pantalla de un ordenador. A través de las instrucciones se pidió que se formaran una impresión sobre un grupo de generales, a partir de las conductas que se les iba a presentar. Se señalaba además que cada conducta era llevada a cabo por una persona diferente.
Las instrucciones, indicaban lo siguiente:
«La investigación en la que estás participando, tiene como objetivo estudiar de qué manera llegamos a saber cómo son las otras personas. Es decir, queremos averiguar de qué modo nos formamos una impresión sobre los demás.
Por ello, es importante que intentes elaborar una impresión significativa para ti sobre el grupo de personas del que te hablaremos a continuación».
En la siguiente pantalla, se decía:
«Dichos personajes y la información que sobre ellos te vamos a presentar, han sido extraídos de un libro sobre el ejército (el libro "Anécdotas de la historia mundial" de Melchor Arango). El grupo de personas del que te vamos a hablar, está formado por varios generales del ejército. Tu tarea consistirá en leer atentamente la información que te vamos a dar, y formarte una impresión sobre dicho grupo. Es decir, debes pensar cómo son esas personas en conjunto».
A continuación se explicaba el modo en que aparecerían las frases, se presentaba un ejemplo, y se pedía toda la atención posible. Los estímulos fueron presentados de forma sucesiva, cada ocho segundos, en la pantalla de un ordenador. Las 24 conductas se presentaron en dos órdenes aleatorios diferentes para controlar los efectos de primacía y recencia. Además se tuvo en cuenta que el número de conductas estereotípicas y contraestereotípicas se distribuyera de forma homogénea en la secuencia de estímulos. Después de la presentación de la información, todos los participantes realizaron una tarea distractora de unos tres minutos de duración. Esta consistió en varias preguntas que se contestaban mediante una escala de siete puntos, similar a la que deberían usar más tarde para la medida de las variables dependientes. Tras la tarea distractora, se pasó a medir en primer lugar, la latencia y respuesta a los tres juicios (cuyo orden de presentación fue balanceado). Concretamente, se les pidió que indicaran en una escala de 1 a 7 en qué medida eran simpáticos (juicio espontáneo), en qué medida eran reflexivos (juicio de memoria), y en qué medida eran similares unos a otros (juicio de variabilidad global). Estas mismas cuestiones se plantearon nuevamente a los sujetos pero relativas a los generales tal y como son en la vida cotidiana. Después de responder a estas cuestiones, se pidió a los participantes un juicio de variabilidad de rasgos. Si antes se trataba de un juicio de variabilidad global o de la categoría en su conjunto (en qué grado son diferentes los miembros de un grupo entre sí), ahora se trata de un juicio de variabilidad respecto a rasgos particulares (cuánto varía un atributo en la categoría social). Las instrucciones resaltaban que el juicio se refería a la categoría social real, en la vida cotidiana, y no al grupo estímulo presentado, e indicaban lo siguiente:
«Trata de imaginar un conjunto de cien Generales del Ejército, elegidos al azar. A continuación vamos a presentar algunos adjetivos, y debes escribir con números, la cantidad de Generales que crees que son de una forma o de otra».
Seguidamente se presentaba un ejemplo de cómo sería la tarea. Luego se les decía nuevamente que debían leer atentamente los adjetivos, pensar la respuesta, y escribir una de las cantidades mediante el teclado numérico. Se les advertía que la cantidad complementaria, hasta sumar 100, sería completada automáticamente por el ordenador. Los sujetos experimentales emitieron su juicio sobre un total de 12 rasgos bipolares, entre los que se hallaban tres rasgos sinónimos relacionados con la información presentada (eficaces/ ineficaces, eficientes/ ineptos y competentes/ incompetentes).
Por último, se pidió a los participantes que escribieran todas las conductas que pudieran recordar, en un tiempo de cinco minutos, en un cuestionario de recuerdo libre.
Resultados
Antes de realizar los análisis pertinentes al contraste de nuestras hipótesis, se comprobó si los participantes fueron sensibles a la variabilidad de la información sobre el grupo. Para ello se realizó un análisis de varianza de dos vías, que mostró un efecto principal de la variabilidad de la información presentada (F(1,48) =4.87;p<.032). Es decir, los sujetos percibieron mayor homogeneidad en el grupo cuando las conductas presentadas tenían una baja variabilidad (M=3.87) y más heterogeneidad (M=4.72) cuando la información era más variable. Una vez comprobado este hecho, se realizaron los análisis relativos a los objetivos de la investigación. En un primer apartado se expondrán aquellos relacionados con el efecto del tipo de información presentada sobre el juicio de variabilidad. En un segundo apartado, se agruparán los que hacen referencia al contraste de las latencias de los tres juicios. Por último se expondrán los resultados referidos a la relación entre la variabilidad de las frases recordadas y el juicio de variabilidad.
Análisis del juicio de variabilidad de la categoría
Tal como se comentó anteriormente, se tomaron dos medidas diferentes de la percepción de variabilidad grupal. La primera fue una medida de variabilidad global de la categoría, y la segunda, una medida de variabilidad respecto a rasgos concretos. A continuación se exponen los resultados relativos a cada una de ellas.
Juicio de variabilidad global
En primer lugar, se contrastó la estabilidad del juicio de variabilidad de la categoría social «generales» en la vida real. Para ello, se empleó un análisis de varianza de dos modos de clasificación, que mostró que el juicio de variabilidad global es estable, independientemente de la variabilidad (M bajaV=5.46 y M altaV=5.52) y de la estereotipicidad (M estereot.=5.29 y M contraest.=5.68) del conjunto de conductas presentadas (p >.1). Por lo tanto, la percepción de variabilidad categorial global no se ha visto afectada por nuestra manipulación, sino que ha permanecido estable en las diferentes condiciones. Este dato, indica que existe una creencia previa acerca del nivel de variabilidad global de la categoría «general», que permanece inalterable, independientemente de los ejemplares concretos que se han presentado. Por lo tanto, este primer elemento de contraste apunta la existencia de un conocimiento acerca de la variabilidad almacenado como tal, más que a la elaboración ad hoc a partir de la recuperación de ejemplares.
Juicio de variabilidad de rasgos
Con respecto al juicio de variabilidad de rasgos, la manipulación de la variabilidad de la información no produjo ningún efecto significativo. En cambio, la estereotipicidad de la información (más información estereotípica vs. más contraestereotípica) sí produjo algunas diferencias de variabilidad en los rasgos relevantes a las conductas presentadas, tal como se puede apreciar en los gráficos de sectores presentados en la figura 1. Estos nos muestran las diferencias en la distribución del rasgo dentro del grupo, en función de la estereotipicidad de la información presentada.
Concretamente, se hallaron diferencias significativas en el par ineptos/eficientes (F(1,48) = 7.16;p<.010), de manera que, cuando la información era estereotípica se percibió una menor variabilidad que cuando fue presentada más información contraestereotípica. Además existe una tendencia importante en el par eficaces/ineficaces, en la misma dirección (F(1,48) =3.64;p<.062), de modo que cuando la información era estereotípica se percibió una menor variabilidad, que cuando la información era contraestereotípica. Por lo tanto, la manipulación de la estereotipicidad de los ejemplares presentados, ha afectado a la percepción de variabilidad del grupo, en las dimensiones de rasgo relevantes a la información presentada. Estos datos indican que los sujetos tuvieron en cuenta la información nueva sobre la categoría para revisar el juicio de variabilidad sobre una característica determinada. Así, si bien encontramos que el juicio de variabilidad categorial global permanece estable, se puede afirmar que la dimensión o rasgo pertinente sí fue revisada a la luz de la información disponible.
Contraste de latencias de respuesta a los tres juicios (simpatía, reflexividad y variabilidad)
Con el objeto de determinar si la latencia de respuesta del juicio de variabilidad es similar al tiempo empleado en un juicio de simpatía (denominado juicio espontáneo) o al tiempo empleado en un juicio de reflexividad (juicio de memoria), se realizaron varios análisis de varianza.
Lo primero que se advierte al observar la figura 2, es que la latencia de los diferentes juicios sobre el grupo estímulo no se comportó conforme a lo esperado, ya que el tiempo más largo F(2,194) =6.35;p<.013, fue el del juicio espontáneo, mientras que el de memoria fue el más pequeño. De cualquier modo, la latencia del juicio de variabilidad fue más similar a la del juicio de memoria (la diferencia entre ambas no es significativa), que a la del juicio espontáneo, lo que significa que no fue realizado espontáneamente ya que los sujetos necesitaron un tiempo relativamente largo para tomar su decisión.
Sin embargo, el contraste de la latencia de los juicios relativos a los generales como categoría social en la vida real, mostró un comportamiento diferente. En este caso, la latencia del juicio espontáneo fue más pequeña (F(2,198)=7.48;p<.007) que la del juicio de memoria. También en esta ocasión la latencia del juicio de variabilidad fue más similar al de memoria (la diferencia no es significativa) que al juicio espontáneo.
Para profundizar en el análisis de estos resultados, se contrastaron las diferencias entre los juicios realizados sobre el grupo-estímulo, y los realizados para los generales en la vida real, mediante un análisis de varianza. Esto permitió observar que el tiempo empleado en emitir el juicio, fue significativamente menor en el caso del juicio espontáneo F(1,99) =33.44;p<.000, y en el de variabilidad F(1,100)=8.19;p<.005, pero no alcanzó la significación en el caso del de memoria (p >.05). Esto marca una diferencia cuantitativa, pero también cualitativa entre los procesos realizados para emitir los juicios referidos a los estímulos experimentales y los juicios para la categoría social real. En este último caso, la mayor rapidez indica una menor dificultad para responder a esas cuestiones, lo que podría interpretarse a favor de la existencia de un conocimiento de variabilidad almacenado previamente.
Relación entre la variabilidad de las conductas recordadas, y el juicio de variabilidad
Otro supuesto de la investigación fue que, si el juicio de variabilidad se basa en la recuperación de ejemplares de la memoria, deberá existir una relación entre la variabilidad de las conductas recordadas y la estimación de variabilidad del grupo. Tal como plantean Park y Hastie (1987), se debería percibir una mayor variabilidad categorial cuanto mayor fuera la variabilidad de los ejemplares accesibles en la memoria. Para contrastar esta cuestión, se elaboró un índice de variabilidad del recuerdo, mediante la sustracción del número de conductas estereotípicas y contraestereotípicas recordadas de tal modo que, a mayor puntuación menor variabilidad. Para hallar este índice se contabilizaron las frases recordadas de forma exacta, y aquellas en las que variaban las palabras empleadas pero mantenían el significado original. Las frases recordadas que no guardaban relación con el sentido del estímulo presentado, fueron eliminadas.
Varios análisis de regresión en los que la variable predictora era la variabilidad de la información recordada, y la variable criterio, los diferentes juicios, no mostraron relación alguna entre dichas variables. Lo cual se interpreta nuevamente a favor de que dichos juicios han sido abstraídos espontáneamente.
Discusión
El concepto de variabilidad ha originado un considerable interés, dadas las implicaciones que tiene para la comprensión de los estereotipos, y del procesamiento de información social en general. En primer lugar, nos obliga a determinar si las personas son realmente sensibles a las variaciones dentro de un grupo. Los resultados obtenidos en esta investigación muestran que, efectivamente son capaces de captar la variabilidad de la información concreta sobre grupos. Tal como se pudo ver, los participantes advirtieron las diferencias en la variabilidad de la información estímulo presentada, de modo que, en las condiciones de alta variabilidad, los sujetos expresaron una menor percepción de homogeneidad. Este primer dato es relevante, si se tiene en cuenta que el concepto tradicional de los estereotipos, asume que éstos simplifican la realidad, y dan lugar a una percepción homogénea de los miembros de un grupo. Sin embargo, los resultados hallados indican que cuando las personas poseen conocimiento estereotípico sobre un grupo, la percepción de variabilidad de conductas concretas no se ve afectada: aceptar que un alto porcentaje de generales son eficaces en la vida real (es decir son poco variables en este atributo), no ha interferido en la percepción de variabilidad del grupo presentado.
En segundo lugar, nos plantea el problema de saber en qué medida las personas tienen en cuenta los elementos almacenados en la memoria para realizar la estimación de la variabilidad categorial, y si cuantos más ejemplares se poseen, mayor es la variabilidad estimada. En nuestra investigación la muestra empleada poseía poca información de ejemplares sobre los generales por lo que, el hecho de añadir nuevos elementos (que además serían muy accesibles en ese momento) debería haber afectado a la estimación global de variabilidad. Sin embargo, aunque los participantes advirtieron la variabilidad de los casos presentados, esta información no afectó al juicio sobre la variabilidad global de la categoría, ya que la opinión acerca de la categoría social en general, permaneció invariable. Dicho resultado cuestiona el supuesto del modelo de ejemplares (Linville y cols., 1989).
Ahora bien, la estabilidad de la percepción de variabilidad no es total ya que, aunque el juicio de variabilidad global sobre la categoría permaneció estático, no ocurrió lo mismo en el juicio de variabilidad de los rasgos. En efecto, cuando la información presentada era contraestereotípica (es decir, había un número mayor de ejemplares ineficaces que eficaces) el juicio de variabilidad en la dimensión ineptos/eficientes, y en menor medida en eficaces/ineficaces, se modificaba. De este modo, procesar un mayor número de ejemplares ineficaces que eficaces, aumentó la percepción de variabilidad para dichos atributos en relación a la categoría social de los generales. En cambio, cuando la información presentada apoyaba las creencias normativas de los sujetos, los juicios de variabilidad de los rasgos, fueron muy similares a los del estudio piloto realizado previamente.
Estos hallazgos permiten afirmar que la percepción de ejemplares concretos, sí afecta al juicio de variabilidad pero únicamente en la dimensión relevante a ese atributo. Esta conclusión apoya la necesidad de formular un modelo de almacenamiento de información de variabilidad muy flexible y adaptable a las informaciones nuevas. En consecuencia, se puede asumir que los rasgos estereotípicos son susceptibles de cambio cuando el contexto provee información contradictoria con las creencias. De cualquier modo, sería interesante de cara a futuras investigaciones determinar si este cambio permanece en el tiempo, o se debe principalmente al efecto del priming de los ejemplares contradictorios.
Por otro lado, el análisis de las latencias de respuesta, nuestro segundo elemento de contraste, no permite llegar a conclusiones definitivas. Cuando se contrasta la latencia de los juicios sobre el grupo presentado se observa que, contrariamente a lo encontrado por Mackie y cols. (1993), el de simpatía fue el que llevó más tiempo. Es posible que ello sea debido a que es un juicio implicativo para los participantes y por esa razón, han sido más concienzudos a la hora de llevarlo a cabo. También es posible que la información presentada sobre los generales, por carecer de significado afectivo (eficacia o ineficacia), en contraste con el juicio de simpatía, dificulte la realización de dicho juicio. En cualquier caso, no se puede considerar realmente como un juicio espontáneo. Sin embargo, es interesante lo que ocurrió con los juicios realizados sobre la categoría social real, ya que en este caso la latencia del juicio de simpatía fue la más pequeña, lo que indica que los participantes poseen un juicio evaluativo sobre esos grupos. Además la latencia del juicio de variabilidad fue también más pequeña que en la ocasión anterior, lo que indica que ha sido más fácil emitir esta respuesta en el segundo caso. Esto lleva a pensar que existe un conocimiento sobre variabilidad preelaborado, aunque este no estaría almacenado como tal, ya que el tiempo fue más largo que el de simpatía, y similar al de reflexividad.
Además los contrastes realizados con la cantidad de recuerdo, tampoco apoyaron el supuesto de que el juicio de variabilidad se base en la memoria, ya que no se encuentra relación entre la variabilidad de la información recordada y la estimación de variabilidad sobre el grupo, al igual que ocurría en el experimento de Park y Hastie (1987).
En conclusión el experimento realizado no apoya la hipótesis de elaboración del juicio de variabilidad basado en la recuperación de ejemplares. Sin embargo, la latencia de dicho juicio tampoco permite afirmar que se realice espontáneamente, aunque no niega la posibilidad de que dicho juicio forme parte del conocimiento almacenado previamente sobre la categoría. Los datos obtenidos llevan a pensar en un modelo que asume la existencia de información de variabilidad preelaborada en la memoria, y por tanto con un cierto nivel de abstracción, pero susceptible de revisión y modificación ante la información contextual.
Agradecimientos
El trabajo que se presenta en este artículo se ha realizado gracias a la financiación por los proyectos de la DGICYT número PB94-0259-C02-02 y número PS93-0129, de la misma entidad. Asimismo, los autores agradecen los comentarios y sugerencias de Verónica Betancort, Rosaura González, Fátima Marichal, Ana Puy, Mª Nieves Quiles, Ramón Rodríguez y José Manuel Yanes.
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Aceptado el 6 de abril de 1998