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Psicothema was founded in Asturias (northern Spain) in 1989, and is published jointly by the Psychology Faculty of the University of Oviedo and the Psychological Association of the Principality of Asturias (Colegio Oficial de Psicología del Principado de Asturias).
We currently publish four issues per year, which accounts for some 100 articles annually. We admit work from both the basic and applied research fields, and from all areas of Psychology, all manuscripts being anonymously reviewed prior to publication.

PSICOTHEMA
  • Director: Laura E. Gómez Sánchez
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  • Digital Edition:: 1886-144X
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Psicothema, 1998. Vol. Vol. 10 (nº 3). 633-642




INVENTARIO DE COMPORTAMIENTOS SEXUALES NO CONVENCIONALES

Juan Delgado Sánchez-Mateos

Universidad de Salamanca

En una investigación previa no habíamos encontrado relaciones entre las respuestas dadas ante vídeos de contenido sexual explícito y algunos cuestionarios clásicos relacionados con las actitudes ante la sexualidad. A partir del contenido manifiesto del material sexualmente explícito, y de las fantasías sexuales de nuestras muestras de mujeres jóvenes, se propone un nuevo inventario de comportamientos sexuales no convencionales (ICSnC) que se pretende basado en el componente conativo, comportamental, de las actitudes. Se analizan algunas características métricas de este inventario y resalta su alta consistencia interna. Respecto de su estructura factorial, aunque es imprescindible más investigación, los resultados parecen prometedores. La naturaleza de los ítems, así como su agrupamiento factorial, permitiría la proposición de un constructo como el de la «no convencionalidad», asociado a las fantasías y a los comportamientos sexuales, que se relacionaría directamente con las respuestas ante estímulos o situaciones de carácter sexual.

The inventory of non-conventional sexual behaviors. In previous research we failed to find relations between responses to explicit sexual movies presented on videotape and some classical questionnaires related with sexual attitudes on women. Based on the manifest content of the sexually explicit material and on the sexual fantasies of our samples of young women, we propose a new inventory of non-conventional sexual behaviours (ICSnC), which is supposedly based on the conative, behavioural, component of attitudes. Some metric features of this inventory are analysed, and is highlighted its good internal consistency. Although it is imperatively necessary more research with this instrument, results seem to be promising. The nature of the items and its factorial structure probably allows to propose such a construct like «non-conventionality» associated to sexual fantasies and sexual behaviour, and directly related with responses to sexual stimuli or sexual settings.

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Es un lugar común en la literatura relacionada con la sexología y la psicología de la sexualidad que las actitudes predicen comportamiento, son disposiciones a comportarse, (López y Fuertes, 1989), son variables relevantes en la proposición de enfoques de terapia sexual (Leiblum y Rosen, 1989, Wincze y Carey, 1991), o son parte integrante fundamental de los programas de educación sexual (López, 1990; Ministerio de Educación y Ciencia, 1989). En cambio, en la literatura no específicamente relacionada con la psicología de la sexualidad se han discutido desde hace muchos años las relaciones entre actitudes y comportamiento, incluso se han revisado su importancia y la definición misma del término «actitudes» desde perspectivas conceptuales y empíricas (Greenwald, 1989) y de medición (Ostrom, 1989). Según Greenwald (1989) las actitudes son importantes porque: a) son omnipresentes; b) predicen comportamientos hacia sus objetos; c) sirven a diferentes funciones psicológicas. Pero cabe discutir esas razones:

a) El hecho de que las actitudes aparezcan en nuestras conversaciones o en nuestros artículos de investigación no significa nada especial. Pueden ser perfectamente ilusiones cognitivas (Bem, 1967) o ficciones explicativas (Skinner, 1977).

b) Existen relaciones entre actitudes y comportamiento cuando: 1. La conducta observada se juzga relevante para esa actitud; 2. Actitud y conducta se observan a niveles comparables de especificidad; 3. Cuando se toman en cuenta las intenciones conductuales en la mediación de la relación actitud-conducta (Greenwald, 1989).

c) Algunos programas de investigación iniciados en los presentes años noventa parecen intentar proporcionar algunos de los primeros apoyos empíricos a esta propuesta. En Pratkanis, Breckler y Greenwald (1989) se encuentran referencias adecuadas de los comienzos de esta investigación.

El término «actitud» denota un conjunto complejo de significados analizables, al menos, en los tres componentes clásicos: cognitivo, afectivo y conativo. Refiriéndonos a este último, por «conativo» se entiende «propensión, tendencia, propósito». Es el que la investigación ha identificado como principalmente relevante en las relaciones entre actitudes y comportamiento: actitud y conducta a niveles comparables de especificidad, mediación intencional (conativa) en la relación actitud-conducta. También Rosenberg y Hovland (1960) distinguen esos tres componentes de las actitudes: cognitivo, afectivo y conductual. Se buscan indicadores del cognitivo a través de respuestas a cuestionarios que rastreen en las opiniones, predisposiciones, valoraciones (Insko y Schopler, 1967); del afectivo en respuestas psicofisiológicas (Caccioppo y Petty, 1983; Caccioppo, Petty y Geen, 1989); del conductual en indicadores comportamentales directos o de comportamiento verbal. Según Ajzen (1989):

...la validez de los comportamientos manifiestos como indicadores de una disposición latente no ha de darse por sentada, no más que la validez de respuestas verbales a ítems de cuestionarios. Ambos tipos de conducta deben someterse a procedimientos típicos del escalamiento, y sólo algunas respuestas -sean verbales o no verbales- podrán ser adecuadas para la evaluación de una actitud dada (...), por consiguiente, la mayor parte de las pruebas de la relación actitud-comportamiento se definirían mejor como pruebas de la relación entre indicadores verbales y no verbales de la misma actitud evaluativa». (p. 245)

Los indicadores no verbales (comportamiento manifiesto y/o encubierto) requieren del uso de técnicas especiales de recogida de datos y de análisis; y los indicadores verbales, si bien no directamente identificables con el componente conativo, se encuentran en un nivel comparable de especificidad con las respuestas comportamentales directas. Así, entre otras posibilidades, se podrían estudiar las respuestas dadas por las sujetos ante cuestionarios donde el componente conativo sobre comportamientos bien definidos constituya la totalidad de los ítems. Ciertos cuestionarios de actitudes no predirían adecuadamente comportamientos concretos por la escasa o nula presencia de ítems que reflejen el componente conativo de la actitud considerada. Y esto, frecuente en muchas áreas de investigación en Psicología, es norma en el área de la sexualidad.

Hemos utilizado, entre otros, la Sexual Opinion Survey (SOS) (White, Fisher, Byrne y Kingma, 1977; Gilbert y Gamache, 1984); el Eysenck Inventory of Attitudes to Sex (EIAS) (Eysenck, 1970); y el Sexual Anxiety Inventory (SAI) (Janda, 1980; Janda y O’Grady, 1980). Describamos brevemente algunas características de esos cuestionarios.

SOS.– Compuesto por ítems tales como «la masturbación puede ser una experiencia excitante», «casi todo el material pornográfico es asqueroso», etc. Estos ítems no son indicadores del componente actitudinal conativo, comportamental. Comparemos los ítems citados con las siguientes afirmaciones: «me masturbo para excitarme», «siento asco cuando veo fotografías pornográficas». Además las respuestas se miden en una escala de acuerdo o desacuerdo. Si indicasen en qué medida el/la sujeto que responde se siente capaz, incapaz o deseoso/a, o realiza a veces esos comportamientos, estaríamos entonces ante indicadores conativos de la actitud. El constructo actitudinal de referencia es el de «erotofilia-erotofobia» (Fisher, Byrne, White y Kelley, 1988). La dimensión «erotofilia-erotofobia», en cambio, es una dimensión fundamentalmente afectiva (Fisher, et. al., 1988; López y Fuertes, 1989).

EIAS.– ítems que se responden afirmativamente (SI), negativamente (NO), o de forma indeterminada (?), de muy diversos tipos: desde los que reflejan aspectos concretos de la vida del/de la sujeto: «mi vida sexual me ha causado problemas», hasta los que reflejan opiniones acerca de muy diversos aspectos sociales de la sexualidad: «la virginidad es la posesión más valiosa de una chica». Los ítems no se relacionan directamente con los comportamientos concretos de ese/a sujeto, ni se refieren a intenciones, o inclinaciones a comportarse Aludimos a la diferencia entre «la masturbación es una actividad saludable...» y «me gusta masturbarme».

SAI.– En este inventario se trata de elegir una de dos respuestas que aparecen en cada ítem. Por ejemplo: «Sexo oral: a) me excitaría, b) me aterraría»; Chistes de contenido sexual: a) me hacen sentir incómodo/a, b) a menudo me hacen reir», etc. Algunos ítems son de carácter más claramente conativo que los anteriores, con indicadores claros de la esfera comportamental. El/La sujeto debe elegir una de las dos opciones: una es favorable y la otra desfavorable. Contiene claramente alusiones a lo que el sujeto hace, le gustaría hacer, o le molesta, o no haría...; es de un nivel de especificidad diferente a los anteriormente considerados.

En un trabajo de grado no publicado (Vizcaíno, 1993), no habíamos encontrado relaciones entre las respuestas de los/las sujetos a los cuestionarios actitudinales SOS y EIAS y sus respuestas ante la contemplación de vídeos de actividades sexuales explícitamente expuestas, mientras que sí las había entre las respuestas al SAI y a los vídeos. Cierta cantidad de la varianza de las respuestas de los sujetos ante los vídeos puede explicarse por el modo en que se hacen las preguntas (componente conativo-comportamental) tanto ante los cuestionarios e inventarios SOS, EIAS y SAI, como ante los vídeos sexualmente explícitos. Pareció conveniente proponer un cuestionario o inventario que se relacionase con aquellas respuestas de los sujetos ante ítems de contenido sexual. Para ello se elaboró el inventario de comportamientos sexuales no convencionales (ICSnC).

Método

Participantes

Las muestras utilizadas estuvieron compuestas exclusivamente por voluntarios, extraídos de entre los alumnos de 3º de la Facultad de Psicología. Durante el curso académico 1989-90 se obtuvieron las primeras informaciones acerca de sus reacciones ante la contemplación de videos con contenidos sexuales explícitos y sus primeras narraciones de fantasías sexuales. A partir de ese material se comenzó a trabajar en el inventario, que ese año se probó en versiones piloto con una reducida muestra de personas. Durante los Cursos 1990-91 y 1991-92 se constituyen las dos primeras muestras de mujeres que cumplimentan el inventario en su primera versión. Rellenaron este inventario un total de 75 mujeres. Durante los Cursos 1992-93 y 1994-95, respondieron el inventario definitivo (Versión 3) 101 mujeres. Es un inventario idéntico al original, excepto por la inclusión de los ítems «M» (masturbación) a los que se alude después. Así 101 mujeres respondieron el cuestionario en su versión completa, y, a pesar de que se han analizado los resultados correspondientes a la versión original del inventario, aquí se informará sólo de esta versión completa. Aunque se recomienda que el tamaño de la muestra sea al menos cinco veces mayor que el número de ítems (Flury y Riedwyl, 1988), no se ha esperado más años para ofrecer estos primeros resultados.

En el análisis multivariado de la varianza para las muestras provenientes de los distintos cursos y para los conjuntos de ítems correspondientes, no se hallan diferencias significativas entre las comparables (F(3, 172) = 0’88, p ≤ 0’453) en el inventario original. Tampoco se produce interacción entre los años y las mediciones del inventario original («lambda» de Wilks = 0’49, p ≤ 0’098). Tampoco hay diferencias entre las medias de las muestras de los 2 últimos años (F(1,99) = 0’80, p ≤ 0’374). Ni se produce interacción entre los años y las mediciones del inventario completo («lambda» de Wilks = 0’62, p ≤ 0’482). Por estas razones se continúan los subsiguientes análisis estadísticos como si de una única muestra se tratase, aunque su procedencia sea la de muestras extraídas anualmente.

Instrumento

El Inventario de Comportamientos Sexuales no Convencionales se ha presentado en dos versiones sucesivas. En ambas los ítems consisten en descripciones de comportamientos de carácter sexual. Estos comportamientos se han rotulado como «no convencionales», entendiendo por «convención»: «norma o práctica admitida tácitamente, que responde a antecedentes o a la costumbre». Aluden a comportamientos que la costumbre no admite tácitamente como comportamientos sexuales confesables. Se propusieron por considerarlos cercanos conceptual, comportamental y conativamente a las temáticas que aparecían en dos fuentes principales: o bien en el material de contenido sexual explícito, o bien en las fantasías sexuales de las muestras de mujeres.

Items del 1 al 5: descripciones de comportamientos que se consideran típicos de las personas que se activan sexualmente contemplando escenas de contenido sexual. Items del 6 al 15: descripciones de comportamientos que se cuentan entre los que aparecen en las fantasías de presentación u ostentación del propio cuerpo. Items del 16 al 19: aluden a comportamientos en los que intencionadamente se busca el contacto físico incidental con otras personas. Items del 20 al 23: descripciones de comportamientos de intimidad sexual, no necesaria ni primordialmente de coito, en situaciones en las que se puede ser descubierta, o en las que la relación sexual no es habitual para la mayoría de las personas. Items del 24 al 28: descripciones de comportamientos sexuales en grupo, que se propuso debido a su omnipresencia en el material sexual explícito, así como en las fantasías de algunas mujeres. Items del 29 al 32: se refieren a un tipo concreto de actividad sexual que despertaba en las mujeres de nuestras muestras reacciones opuestas: algunas mujeres mostraban un profundo desagrado ante la idea de que su pareja eyaculase sobre ellas o cerca de su cara o labios; en el extremo opuesto, otras mujeres lo consideraban extremadamente activador; y, curiosamente, algunas mujeres mantenían ambos tipos de reacciones. Se incluyó por tratarse de una actividad que aparece siempre en el material sexual explícito.

A lo largo del tiempo se puso de manifiesto que la masturbación podía formar parte de los comportamientos con los que las mujeres mantenían una relación de «no confesabilidad». Se masturbasen o no, si se les preguntaba acerca de la masturbación todas respondían que era una actividad «natural», ante la que no decían mantener objeción alguna. En cambio, si se les preguntaba si ellas se masturbaban, y mediante qué procedimiento(s), las respuestas se solían acompañar de rubor . A pesar de que es socialmente admisible manifestar que la masturbación no es problemática, manifestarse uno mismo (una misma) como onanista habitual no es admitido en la categoría de lo «correcto». Por esta razón, se añadieron los ítems M1 al M7. Se debe señalar que estos ítems maximizan la «no Convencionalidad» al aludir a formas de masturbación relacionadas con el material sexualmente explícito, o bien con la utilización de objetos. Si masturbarse en sí puede considerarse convencional, confesar que se utilizan materiales para maximizar la activación sexual puede serlo menos.

En todos los casos, la relación de los comportamientos con los contenidos de los vídeos sexualmente explícitos nos parecía que era imprescindible para cumplir uno de los objetivos del inventario: que la actitud y el comportamiento al que se refiere estén a un mismo nivel de especificidad, que aludan a los mismos tipos de conductas que van a ser contempladas. Se propusieron, entonces, estos siete grupos de ítems concretos con la intención de que formasen siete grupos desde la perspectiva de su validez aparente. En las instrucciones (Apéndice 1) se aludía claramente a una intención o predisposición de carácter conductual («en qué medida estaría Vd. dispuesta a realizar cada una de esas actividades»). Las propiedades métricas de la escala de respuesta, aunque sospechamos que pudieran ser análogas a las de las escalas tipo Likert, no se han establecido empíricamente.

Procedimiento

Cada año, en el contexto de una investigación mayor, se realizaba una primera reunión con las personas que acudían en respuesta a un anuncio en el que se informaba de que se necesitaban sujetos voluntarias para un trabajo sobre diversos aspectos relacionados con la sexualidad. En esa reunión se informaba de los objetivos de la investigación, y se solicitaba permiso por escrito para someterlas a las preguntas de los cuestionarios e inventarios, así como a las situaciones de contemplación de vídeos de contenido sexual explícito. Obtenido su permiso, se daba a cada persona un sobre que contenía un conjunto de cuestionarios, entre los que se encontraba el ICSnC, para que se los llevasen a casa, los respondiesen y los entregasen posteriormente en un casillero del autor del trabajo. El inventario se rellenó siempre de forma privada. La identidad de la sujeto estaba protegida por una clave.

Los datos se analizaron con el programa estadístico SPSS, en su versión 4.0 para ordenadores Apple Macintosh. Fueron sometidos a análisis de componentes principales con rotaciones VARIMAX y OBLIMIN. En un primer momento se utilizó como criterio el de las raíces latentes mayores que la unidad; después se restringió el análisis a los 7 primeros factores con la muestra del inventario en su versión completa.

Resultados

Fiabilidad

El inventario de 39 ítems (N = 101) presenta las siguientes características:

1.– Medias y varianzas notablemente desiguales para cada uno de los ítems, como, por otra parte, cabe esperar dada su naturaleza y formulación; las puntuaciones no «pesan» igual a lo largo de todo el inventario, lo que hace inadecuado considerar el análisis de este cuestionario desde la perspectiva del modelo paralelo. La alta significatividad de la prueba de Friedman (χ2 = 1.303’82, gl = 38, p < 0’001) correspondiente a la fuente de variación «inter-medidas»; o la alta significatividad del estadístico de Hotelling (T2 = 1.070’73, gl = 38 y 63, F = 17’75, p < 0’001), abundarían en este sentido.

2.– Alta consistencia, como se refleja en: a) correlaciones ítem-total altas y positivas, excepto en los ítems 2 (rit = 0’29) y 18 (rit = 0’37); b) alta correlación múltiple entre cada ítem y todos los demás, alcanzando valores de 0’96 (ítems 23 y 25); c) correlación media inter-ítem = 0’42; d) coeficiente «alpha» de Cronbach = 0’96 con las puntuaciones directas; e) coeficiente «alpha» de Cronbach que no decrece nunca sustantivamente al eliminar cada ítem; f) coeficiente «lambda» de Guttman (dos mitades) de 0’99 (utilizado porque las dos mitades no tienen medias, varianzas ni fiabilidades similares); g) fiabilidad estimada y fiabilidad estimada no sesgada, a partir del modelo paralelo, iguales ambas a 0’96.

Validez

La matriz de correlaciones entre los 39 ítems contenía correlaciones significativamente diferentes de cero en un número satisfactorio: Sólo el 0’9% de los elementos no diagonales de la matriz de correlaciones anti-imagen era superior a 0’09. Los estadísticos de adecuación muestral de Kaiser, Meyer y Olkin arrojaban valores que Kaiser (1974) llamaría «meritorios» (alrededor de 0’8) o «maravillosos» (alrededor de 0’9). El general para todo el inventario era igual a 0’88. En los ítems, el menor es igual a 0’66 (ítem18), y el mayor igual a 0’95 (ítem 9).

En el análisis de componentes principales aparecieron 8 raíces latentes mayores que 1, que explicaban el 77’2% de la varianza. Respecto de los residuos de la matriz de correlaciones reproducida, sólo el 17% era mayor que 0’05. La rotación VARIMAX agrupó los ítem en 8 factores. La estructura general de la solución era satisfactoria. A pesar de ello, y por considerar que una rotación oblicua sería más adecuada para el tipo de ítems y dimensiones supuestamente implicadas en nuestro inventario, se probó con una rotación OBLIMIN, que reprodujo casi exactamente la solución VARIMAX.

Nos parecieron excesivos, desde un criterio absolutamente convencional, esos ocho componentes: ya que nosotros habíamos propuesto siete grupos de ítems en función de la validez aparente de cada uno de esos grupos, optamos por forzar la solución a siete por si era adecuada y similar a la que originalmente habíamos supuesto. La varianza explicada en la solución a 7 factores descendía sólo hasta el 74’5%. Se mantenían los núcleos principales de los factores que aparecían en la solución no restringida, y sólo algunos ítems saturaban en factores diferentes (Tabla 1).

Primer agrupamiento: ítems relacionados con las actividades identificadas como «sexo en grupo» (ítems 24, 25, 26, 27 y 28), relaciones sexuales con desconocidos (ítems 21 y 23), contactos físicos con mujeres (16 y 17) y dos de los relacionados con la posibilidad de ser filmada o vista mientras está implicada en actos sexuales (ítems 10 y 14). Segundo agrupamiento: el conjunto de siete ítems nuevos relacionados con la masturbación. Tercer agrupamiento: coincide exactamente con el segundo del inventario original, formado por los ítems que describían comportamientos de curiosidad sexual, de activación a través de la contemplación visual de escenas sexuales. Cuarto agrupamiento: formado por algunos de los que se consideraron que tenían que ver con la presentación u ostentación del propio desnudo. Quinto agrupamiento: formado por dos ítems correspondientes a contactos físicos accidentales con hombres. Sexto agrupamiento: constituido por los ítems que describen la eyaculación sobre el cuerpo de la mujer, coincidentes exactamente con los previstos. Séptimo agrupamiento: ítems que describen actividades relacionadas con conocidos o con la posibilidad de que quien responde sea vista accidentalmente masturbándose. En general, la estructura factorial que se acaba de describir confirma algunas de nuestras expectativas originales, matiza otras, y ofrece nuevas interpretaciones en algunos casos.

Se realizó un análisis factorial de 2º orden a partir de la matriz de correlaciones entre los factores obtenidos. Los resultados se muestran en la tabla 2: Aparece un único factor de 2º orden, que explica el 38’1 % de la varianza. En él saturan positivamente todos los factores excepto el constituido por el sexto grupo de ítems. Solamente el quinto grupo de ítems satura en él con una carga por debajo de 0’5.

Discusión

Ha sido intencionada la no utilización de etiquetas para rotular cada uno de los factores hallados o propuestos en nuestra investigación. La razón fundamental por la que, por ejemplo, no se ha llamado «exhibicionismo» al factor al que aparece referido como «presentación u ostentación del propio cuerpo» ha sido la de intentar evitar en todo caso la idea de un rasgo más o menos permanente, de una predisposición, de una «perversión» o «parafilia», etc. No se gana demasiado en la comprensión de los constructos implicados en esta investigación, y se puede suscitar, en cambio, en el lector la imagen de aquellas viejas perversiones ante las que tal vez todos estamos un poco avisados.

El primer factor agrupa ítems que se refieren a comportamientos muy poco frecuentes en el repertorio comportamental de las mujeres de la franja de edad contemplada, comportamientos sexuales extremadamente penalizados desde un punto de vista moral o social: difícilmente se puede contar a nadie que se fantasea con la posibilidad de mantener relaciones sexuales en grupo, o de ser filmada mientras se mantienen. Las medias de esos ítems son excepcionalmente bajas, lo que indica la escasa frecuencia con que se admiten como comportamientos que se tiene la intención de ejecutar. Y ello, junto con el carácter de disposición a la trangresión de normas morales o sociales que comparten estos comportamientos, explicaría el agrupamiento. No parece extraño que las personas que no deseen mantener relaciones en grupo sean las mismas que no desean sexo ocasional con extraños, por ejemplo. En este factor parecerían agruparse los ítems menos convencionales, los que aluden a comportamientos que se tendrá ocasión de llevar a efecto con menor probabilidad.

Procedemos a continuación en desorden, siguiendo con la lógica de la agrupación de los ítems del factor 7: Las medias de estos ítems son también bajas, los comportamientos descritos en ellos son como antes poco probables en la muestra de la que se dispuso. El factor 1 y este 7º parecerían relacionarse; excepto, tal vez, por que en este último se trata de comportamientos que la sujeto podría ejecutar con alguien cercano, alguien con quien fuese posible una transgresión. En todo caso, aunque no se dispone de registros sistemáticos en ese sentido, las entrevistas mantenidas con algunas de las sujetos en otra fase de la investigación global, se orientaban en sentidos compatibles con esta interpretación. No es lo mismo que la sujeto admita desnudarse sabiendo que alguien puede verla (no se cierra la ventana al cambiarse de ropa, por ejemplo), que permitir que alguien la filme mientras se desnuda. En este segundo caso no se trata tanto de la permisividad respecto del propio desnudo cuanto de juego sexual. Así, la interpretación del factor 7 como relacionado con comportamientos transgresores con alguien (no con la propia pareja necesariamente) parecería plausible. Como contraste, el factor 1 también implica transgresión, pero de una naturaleza más improbable, relacionada con comportamientos menos permisibles, etiquetados socialmente como promiscuos. Algunas diferencias parecerían evidentes además, como la relativa a los distintos grados de intencionalidad implicados en los comportamientos que se contemplan en esos factores, o, análogamente, el grado de «ocasionalidad» de esas conductas. Mientras es probable que ocasionalmente una mujer pueda tener un escarceo sexual con un amigo en el cine, lo es probablemente menos que ocasionalmente mantenga relaciones sexuales con varias personas. Se puede suponer un mayor grado de intencionalidad en los comportamientos descritos en el factor 1 que en los descritos en el factor 7.

El siguiente grupo de ítems (factor 2) ya permite una caracterización clara: se trata de los ítems que aluden a la masturbación. Los siete ítems forman un grupo netamente diferenciado y explicable. Algo similar cabe decir del factor 3: en él se agrupan los ítems relacionados con los comportamientos que implican curiosidad sexual: ver sin ser vista. El factor 4, en cambio, nos parece refractario a una interpretación simple: en efecto son ítems que tienen que ver con la sujeto mostrándose desnuda, pero no ante su posible pareja, no ante su posible amigo u «otro significativo» como antes le llamábamos. Ante un extraño, justificadamente (un pintor, un fotógrafo) o injustificadamente (alguien que puede verla, un extraño). No es simplemente que la participante pueda permitir que alguien vea ocasionalmente su cuerpo desnudo (ítem 6), sino que lo vea alguien «no significativo», tal vez este tipo de desnudo sea el menos «sexual» de los considerados en el inventario. Finalmente, los dos grupos de ítems que quedan se explican en sí mismos: el factor 5 se relaciona con los ocasionales contactos físicos intencionados con personas del sexo contrario (probablemente más admisibles que los contactos con personas del propio sexo femenino); y el factor 6 que agrupa ítems relacionados con los contactos con el semen.

En el análisis factorial de segundo orden, los siete factores se agrupan en un único factor de orden superior, lo que consideramos que permite utilizar los términos propuestos en el nombre del inventario: «Comportamientos Sexuales no Convencionales». El único valor propio mayor que 1 que aparece explica el 38 % de la varianza. La solución final aparecía en la tabla 2. Las saturaciones son mayores que 0’6 en todos los casos excepto en el factor 5 (contactos intencionales con personas del sexo contrario). Este hecho es compatible con considerar que esas conductas son más permisibles para las sujetos de lo que lo son las demás conductas descritas en el inventario. Son los más convencionales de los comportamientos no convencionales.

El análisis de este inventario ha suscitado un conjunto de problemas que necesariamente obligarían a una revisión más detallada de sus propiedades. Es imprescindible probar el inventario con muestras mayores para estabilizar las mediciones e índices estadísticos. Han de refinarse los ítems para poder eliminar interpretaciones espurias de sus agrupamientos. Ha de profundizarse en el estudio de esta «no convencionalidad» como constructo psico-social. Es un trabajo que se orienta a problemas más vinculados al análisis de los comportamientos sexuales como comportamientos socialmente reglados, a la investigación en sexualidad como investigación histórica, geográfica y socialmente contextualizada. No es papel que pueda un psicólogo atribuirse en tanto tal el de ese análisis. Pero ese tipo de discurso es imprescindible para el análisis de instrumentos de medición como el ICSnC. No parece posible discutir acerca de los deseos o intenciones sexuales de las personas sin tener en cuenta el marco de lo convencionalmente admisible. Un ejemplo: puede que para un hombre de orientación heterosexual no sea problemático admitir que se buscan los roces intencionados con mujeres en lugares estrechos, e incluso ciertos hombres se jactarían de ello. Para él es menos admisible, en cambio, reconocer que busca los roces intencionados con otros hombres en el mismo caso, o notar esos contactos incidentales. Esto en mujeres es radicalmente diferente: una mujer heterosexual no suele jactarse de rozarse con hombres (incluso aunque lo haga o lo quisiera hacer), ni suele preocuparse excesivamente si se roza incidentalmente con otras mujeres. Es imprescindible para el análisis de los constructos implicados en inventarios como el ICSnC la discusión acerca de la construcción social de este tipo de convencionalismos en el discurso de lo admisible o inadmisible. Y al medir características o propiedades de los comportamientos nos enfrentamos necesariamente a ese evanescente conjunto de valoraciones (morales) de esos comportamientos. Finalmente, si las características métricas del ICSnC se replican con otras muestras, cabría proponerlo en el contexto de la investigación comportamental de la sexualidad, no en el de las actitudes sexuales, como un instrumento apto para clasificar a las personas en dimensiones vinculadas a constructos psicosociales como el de la costumbre, el uso o la «convencionalidad» dentro del comportamiento privado.

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Aceptado el 22 de enero de 1998

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