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Psicothema was founded in Asturias (northern Spain) in 1989, and is published jointly by the Psychology Faculty of the University of Oviedo and the Psychological Association of the Principality of Asturias (Colegio Oficial de Psicología del Principado de Asturias).
We currently publish four issues per year, which accounts for some 100 articles annually. We admit work from both the basic and applied research fields, and from all areas of Psychology, all manuscripts being anonymously reviewed prior to publication.

PSICOTHEMA
  • Director: Laura E. Gómez Sánchez
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  • ISSN: 0214-9915
  • Digital Edition:: 1886-144X
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Psicothema, 2003. Vol. Vol. 15 (nº 3). 503-504




EXPRESIÓN FACIAL DE LA EMOCIÓN

E. G. Fernández-Abascal y M. Chóliz Montañés

UNED ediciones, Madrid, 2001

REVISION DE LIBROS/BOOK REVIEW

El presente libro aborda uno de los aspectos más controvertidos en la actualidad relativo al estudio e investigación de las emociones. En particular, los autores focalizan su trabajo en el análisis riguroso de uno de los aspectos más característicos de la dimensión conductual de la emoción: la expresión facial de las emociones. Para ello describen un tipo particular de sistema de registro denominado Sistema de Codificación de Acción Facial, el FACS (Facial Action Coding System) de Ekman y Friesen (1978). Este instrumento permite evaluar la expresión facial y, en particular, la expresión facial de las emociones a partir de la acción combinada de una serie de «unidades de acción» específicas; entendiendo por unidad de acción la actividad de uno o varios músculos faciales que otorguen un cambio en la apariencia facial. Sin embargo, algunas unidades de acción no representan cambios en la musculatura facial (p.ej., posición de la cabeza).

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Los autores advierten que, si bien el FACS es un procedimiento que permite identificar las emociones a partir de las «unidades de acción», el reconocimiento de las mismas está modulado por la información proporcionada por el contexto y el propio observador (atribuciones, expectativas, experiencia, diferencias individuales, etc.).

Por otra parte, mantienen que el estudio de la expresión o manifestación de las emociones requiere la consideración de las tres dimensiones de respuesta (cognitiva/subjetiva; conductual/expresiva y fisiológica/adaptativa) para abordar la complejidad del fenómeno emocional y, ello en consonancia con la definición de emoción que sostienen: «una experiencia afectiva en cierta medida agradable o desagradable, que supone una cualidad fenomenológica característica y que comprende tres sistemas de respuesta: cognitivo-subjetivo; conductual-expresivo y fisiológico adaptativo» (p. 12).

En el presente libro destacan los hallazgos pioneros de la figura de Darwin como un claro antecedente del estudio e investigación de la expresión de las emociones, de referencia obligada a lo largo de los distintos apartados del libro y para los estudiosos de la psicología de la emoción en general. Desde los estudios de Darwin se asume la existencia de una serie de emociones básicas, innatas y de carácter universal, presentes en todos los seres humanos, y con una marcada continuidad filogenética a través de las especies.

Uno de los aspectos más interesantes a destacar es que esta obra nos deleita con la continua aparición de dibujos gráficos e ilustraciones en color que amenizan su lectura y aclara los aspectos más arduos, especialmente la descripción de las unidades de acción facial del FACS características de cada emoción básica. Además, este libro considera la vertiente práctica al incorporar un CD que contiene la expresión facial de las seis emociones básicas (alegría, ira, miedo, tristeza, sorpresa y asco) descritas en el texto, emuladas por diferentes personas y que, de forma interactiva, puede identificar el lector; con un valor didáctico añadido si se quiere, ya que proporciona feedback informativo de las unidades de acción implicadas.

Siguiendo el índice del libro podemos diferenciar claramente cuatro grandes bloques, un apartado de Bibliografía y, a modo de apéndice, una Hoja de registro de las principales UA del FACS tratadas a lo largo del libro.

• El primer bloque, «La emoción», aborda los diferentes aspectos conceptuales relativos a la emoción, sus funciones (adaptativa, social y motivacional) y el análisis de la experiencia emocional desde un punto de vista molar. En dicho análisis, se tratan los principales elementos a considerar en cualquier experiencia emocional (características definitorias, instigadores, actividad fisiológica, procesos cognitivos implicados, función, experiencia subjetiva y gestos faciales). En particular, los autores describen y aportan material ilustrativo, a modo de muestra, de las seis emociones consideradas como básicas desde el criterio de la expresión facial: la alegría, la ira, el miedo, la tristeza, la sorpresa y el asco. Precisamente, estas seis emociones son analizadas mediante el FACS en los dos últimos bloques.

• El segundo bloque, «La expresión facial y la psicología de la emoción», expone, en primer lugar, la tortuosa trayectoria histórica de la investigación experimental de la expresión facial de las emociones, desde el último tercio del s. XIX, situando su origen en la figura de Darwin con la publicación de su obra en 1873 «La expresión de las emociones en los animales y en el hombre», enfatizando el papel adaptativo de las emociones. No obstante, después de varias incursiones realizadas a principios del s. XX, fue en los años 60 y 70 cuando se suscitó realmente el interés por el estudio de la expresión de las emociones, destacando las aportaciones de los autores neodarwinistas como Tomkins, Plutchik, Ekman e Izard. En concreto, Ekman y Friesen, por una parte, e Izard, por otra, aportaron los dos sistemas de codificación facial de las emociones más importantes: el FACS y el MAX, respectivamente. Con dichos procedimientos de evaluación facial se pretendía ir más allá y corroborar los postulados teóricos darwinistas relativos a la existencia de seis emociones básicas, y que tanto su expresión como su reconocimiento es innato y universal. Postulados que siguen sin confirmarse experimentalmente aunque no niegan el papel del aprendizaje como modulador de la expresión y como factor capaz de modificarla.

En segundo lugar, se trata los aspectos teórico-conceptuales y metodológicos de las emociones básicas desde los postulados darwinistas con mayor detalle, destacando la hipótesis del feedback facial de Tomkins como una explicación teórica de la expresión facial de las emociones.

Desde un punto de vista metodológico se describen los estudios realizados por Darwin en el estudio de la expresión facial de las emociones (animales filogenéticamente cercanos al ser humano como los monos; invidentes de nacimiento; niños; personas de diferentes culturas; en la esfera del arte y los estudios de la estimulación eléctrica de los músculos implicados en la expresión de las emociones).

Al respecto, los autores del libro mantienen una postura crítica al considerar que las emociones no pueden ser producto de la expresión facial y de la actividad muscular exclusivamente; es decir, el aspecto expresivo de la dimensión conductual de la emoción es un tipo particular de respuesta con la misma entidad que las otras dos dimensiones de respuesta de la emoción, cognitiva/subjetiva y fisiológica/adaptativa (ver p. 37). Por otra parte, las emociones pueden generarse por la presencia de estímulos (internos o externos) y no sólo por la mera acción muscular facial.

• En el tercer bloque, «La expresión facial de las emociones», los autores presentan el Sistema de Codificación de la Acción Facial, el FACS (Ekman y Friesen, 1978) y el Sistema de Codificación de Máxima Discriminación del Movimiento Facial, el MAX (Izard, 1979). Ambos sistemas se basan en la actividad muscular facial y se diferencian en el procedimiento por el cual fueron desarrollados; mientras el MAX tiene un origen teórico basado en los músculos supuestamente implicados en la expresión de las emociones, el FACS parte de una base anatómica y un desarrollo experimental. En este último no existe una relación unívoca entre la acción muscular y una determinada expresión; además, requiere de otros parámetros relevantes para identificar una emoción: la intensidad de cada acción facial (escala de 5 puntos), su duración y las unidades de acción (UA) implicadas.

A continuación se describen las seis emociones básicas (alegría, ira, miedo, tristeza, sorpresa y asco) mediante el FACS. Cada una de estas emociones se presentan con fotografías de personas (en blanco/negro y en color) en las cuales se analizan las UA correspondientes, junto con la presentación gráfica de los músculos implicados, y acompañado de un cuadro resumen de las UA características y otras adicionales.

• En el cuarto bloque, «El Sistema de Codificación de la Acción Facial (FACS)», se describe detalladamente el FACS como un sistema que permite analizar cualquier movimiento facial en términos de unidades de acción (UA) definidas anatómicamente.

De nuevo, los autores aportan fotografías y figuras gráficas que representan las unidades de acción que se describen, además de incluir un apartado de cómo conseguir realizar una UA concreta y cuáles son los requisitos mínimos para ello. Se describen un total de 27 unidades de acción. Como los propios autores apuntan, este libro no pretende ser un manual del FACS, tan solo ofrecer una descripción del mismo como un procedimiento que permite evaluar las seis emociones básicas (ver p. 95).

En términos generales, los autores del libro «Expresión facial de la emoción» son muy cautos y críticos a lo largo de la exposición de su obra manifestando explícitamente que algunos aspectos teóricos no están corroborados científicamente (por ejemplo, la existencia de seis emociones básicas y la hipótesis del feedback facial), aunque sometidos a discusión científica continua en la actualidad. Por otra parte, el FACS es uno de los instrumentos más utilizados en la codificación de la expresión facial que permite la investigación sobre la expresión de las emociones en aras de clarificar el análisis y la comprensión en el estudio del campo de la emoción, tal y como el lector podrá comprobar a través de su lectura.

En definitiva, los lectores podrán comprobar que se trata de un libro muy interesante que aborda de forma teórica y práctica los aspectos más interesantes de la expresión facial de las emociones a partir de uno de los sistemas de codificación más importantes en la actualidad, el FACS.

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